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Hay vida inteligente

(NASA/JPL-CALTECH)

Hay vida inteligente

Curiosity, el milagroso explorador de Marte de la NASA ya ha revelado un descubrimiento notable.

La NASA hizo aterrizar un vehículo robot de propulsión nuclear con un láser para romper rocas en la superficie de otro planeta usando una grúa aérea. Suena como ciencia ficción, pero en realidad, es historia de la ciencia. Sucedió por primera vez en 2012, y nuevamente el 18 de febrero de este año. Este tipo de misión se está convirtiendo casi en una rutina. Y la más reciente llevó un helicóptero.

Después de todo, hay vida inteligente, está aquí en la Tierra.

El Perseverance de la NASA viajó 472 millones de kilómetros, el equivalente a dar casi 12.000 vueltas al ecuador de la Tierra. Al acercarse a Marte, viajaba a unos 20.100 kilómetros por hora, lo suficientemente rápido como para volar de Londres a Nueva York en poco más de 15 minutos. Al entrar en la atmósfera marciana, su escudo térmico se vio sometido a temperaturas superiores a los 1.400 grados Celsius.

Para aterrizar con seguridad, Perseverance tuvo que desacelerar de 20.100 kilómetros por hora hasta detenerse en siete minutos, sin dañar su brazo robótico, el espectrómetro, las cámaras, la estación meteorológica, el radar de penetración en el suelo, el láser u otros equipos. Las señales de radio del Perseverance tardan 11 minutos en llegar a la Tierra, por lo que el aterrizaje tuvo que ser completamente automatizado. Los científicos no sabrían si Perseverance había tocado la atmósfera sino hasta cuatro minutos después de haber tocado suelo, o haberse estrellado.

La atmósfera redujo la velocidad del vehículo a “sólo” 1.600 kilómetros por hora. Luego la nave desplegó su paracaídas. Aun viajando más rápido que la velocidad del sonido, el paracaídas de 21 metros de ancho se desplegó y redujo la velocidad de la nave a 320 kilómetros por hora.

El explorador Perseverance también tuvo que seleccionar su propio lugar de aterrizaje, sin tiempo para tener algún aporte de seres humanos. Su objetivo, el cráter Jezero, no ha albergado un explorador de Marte antes, es demasiado rocoso para que aterrice uno. Cuando Perseverance se acercó al suelo para hacer visibles las rocas y los acantilados, los ordenadores escanearon y encontraron una zona lo suficientemente lisa para aterrizar.

Estando a 2.100 metros sobre la zona de aterrizaje seleccionada, el explorador desprendió el paracaídas y encendió sus ocho cohetes, ralentizando aún más su descenso. Pero no podía aterrizar usando los cohetes; la nube de polvo habría dañado sus instrumentos. En su lugar, una grúa aérea sostenida por cohetes flotó sobre el suelo y descargó a Perseverance por medio de correas en la superficie marciana. 


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