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Boris, Britain

¿Haciendo a Gran Bretaña grande otra vez?

Un Primer Ministro polarizador lidera a su pueblo a un futuro incierto.

En 2016, Estados Unidos tuvo un punto de giro. ¿Está comenzando uno igual ahora en Gran Bretaña? El hecho de que Gran Bretaña ha experimentado un cambio importante este verano no es algo controversial. Pero la controversia está en pleno apogeo sobre si este cambio es bueno o malo.

Al igual que en EE UU, este punto decisivo consiste de una fuerte reacción conservadora, en contra del liberalismo agresivo. E igualmente, toda la situación está girando alrededor de un hombre osado.

El 24 de julio, Boris Johnson se convirtió oficialmente en el nuevo primer ministro de Reino Unido después de ser elegido líder del Partido Conservador gobernante.

Johnson obtuvo un aplastante 66% de los votos entre los miembros del Partido Conservador, lo que sacudió a las clases parlanchinas de la nación. “Ahora sabemos lo que es vivir en una dictadura”, tuiteó un periodista. “Ésta fue la primera etapa de un golpe de estado de derecha”, tuiteó otro. Un autor de superventas declaró que los seguidores de Johnson eran “solo racistas”. Incluso periodistas en EE UU estaban conmocionados. Un encabezado del New York Times decía: “Boris Johnson es cómo termina Gran Bretaña”.

Pero para otros, este fue un momento de tremenda esperanza. “¡Ahora tráenos el sol!” proclamó en la primera página el Daily Mail. “El nuevo primer ministro promete una ‘época de oro’”, declaró el Sun, en su primera página retratando en un amarillo radiante a Boris “John-sun”.

Para algunos, éste es el fin. Para otros, es un nuevo nacimiento de libertad; una oportunidad para sacar a Gran Bretaña del aprieto del Brexit. ¿Quién está en lo correcto?

Esta no es la única pregunta importante acerca de los eventos de este verano. Otra pregunta importante es: ¿Por qué los políticos de Gran Bretaña son tan similares a los de EE UU?

Boris Johnson no es un clon del presidente de EE UU, Donald Trump; hay marcadas diferencias. Sin embargo, los paralelos entre los dos son notables. Ambos tienen estilos políticos poco ortodoxos. Ambos vuelven locos a sus oponentes. Ambos simpatizan con parte de su propio partido, mientras otros del mismo partido lo odian. Incluso el presidente Trump comentó que hay quienes llaman al Sr. Johnson, el “Trump de Gran Bretaña”.

¿Por qué están EE UU y Gran Bretaña recorriendo la misma senda, y hacia dónde lleva esa senda? La Biblia contiene una profecía que le da sentido a esta insólita tendencia.

El trasfondo vital

La profecía fue escrita por el profeta Amós, quien predijo un mundo idílico con tanta abundancia que “el que ara alcanzará al segador” (Amós 9:13). Esto claramente no ha sucedido aún. Es una profecía para el futuro.

Amós también habló acerca del rey Jeroboam. Históricamente se refería a Jeroboam ii, quien gobernaba el reino de Israel en ese tiempo. El enfoque del libro de Amós es en el tiempo del fin, y sus descripciones de Jeroboam ii también son proféticas. Amós estaba prediciendo a un líder futuro que tendría logros similares a los de Jeroboam ii. Esa es una razón por la que Dios se aseguró que el libro de Amós fuera preservado por cerca de 3.000 años.

La historia del reinado Jeroboam ii está registrada en 2 Reyes 14. “Porque [el Eterno] miró la muy amarga aflicción de Israel; que no había siervo ni libre, ni quien diese ayuda a Israel; y [el Eterno] no había determinado raer el nombre de Israel de debajo del cielo; por tanto, los salvó por mano de Jeroboam hijo de Joás” (versículos 26-27).

“¡Israel estaba a punto de colapsar!”, escribió el jefe editor de la Trompeta, Gerald Flurry. Pero Dios intervino para salvar a la nación. “Dios fue misericordioso, y usó a Jeroboam para supervisar una última era de prosperidad” (“¿Puede el presidente Donald Trump obtener control de su propio gobierno dividido?”, 2 de agosto de 2019, latrompeta.es).

Los descendientes modernos del reino de Israel incluyen a los estadounidenses. Desde las elecciones de 2016, los líderes radicales han tratado de retomar el control del gobierno y de la nación. “Aquellas personas estaban tomando el control del gobierno”, escribió el Sr. Flurry. “La justicia en la tierra fue destruida. El estado de derecho fue tergiversado y pervertido. La gente estaba perdiendo la fe en el gobierno. Si esta tendencia hubiera continuado, ¡hubiera significado el final de nuestra república!”

“Pero Dios no estaba listo para eso. Él iba a salvar a EE UU, junto con Gran Bretaña y la nación judía” (ibíd).

Dios usó a Donald Trump para salvar a EE UU de ese destino. ¿Usó también a Donald Trump para salvar a Gran Bretaña al mismo tiempo?

¿Y si Hillary Clinton hubiera ganado?

Tal vez ninguna elección en la historia de EE UU ha significado tanto para Gran Bretaña, con la posible excepción de la elección de Franklin D. Roosevelt en 1940, antes de que EE UU entrara a la Segunda Guerra Mundial. Considere dónde estaría el Brexit justo ahora si Hillary Clinton hubiera ganado.

“No me disculpo por estar en contra del Brexit desde el principio”, dijo Clinton durante un discurso en la Universidad Queen de Belfast en 2018. “[B]ien podría considerarse como una de las heridas auto infligidas más grandes de la historia moderna”.

En 2017, ella le dijo al Sunday Times que los partidarios del Brexit “votaron contra la Gran Bretaña moderna y la UE, creyendo que de algún modo esto podría ser bueno para su pequeña aldea. No tiene sentido”.

Ella dijo esto después de que 1,7 millones de votantes británicos (52%) votaron por dejar la Unión Europea. Ella dejó claro que si la obligaran a escoger entre la UE y Gran Bretaña, ella escogería la UE.

Mientras recibía un grado honorífico en la Universidad de Swansea en Gales, en octubre de 2017, Clinton reiteró su solidaridad con la UE: “Personalmente continúo creyendo en el valor de la Unión Europea, y más en general de una Europa entera, libre y en paz”.

Antes de 2016, este sentimiento le pertenecía no sólo a una candidata presidencial fracasada, sino también al líder más poderoso del mundo: el presidente Barack Obama. Hablando a la prensa en el 10 de Downing Street en Londres, con el entonces primer ministro David Cameron, en abril de 2016, Obama le dijo al mundo que su prioridad número uno sería un acuerdo comercial con la UE y que, si Gran Bretaña escogía salir, él la pondría “al final de la cola”.

Esto fue dicho después de ocho años de la presidencia de Obama, poniendo un frío infame a la relación de EE UU con el Reino Unido. Él retiró un busto de Winston Churchill que había en la Casa Blanca. Dijo: “[N]o tenemos un amigo y aliado más fuerte” que Francia. Le dijo a la canciller alemana Angela Merkel que era su “aliado internacional más cercano”. ¿Y Gran Bretaña? Un grupo de expertos del Congreso reveló un memorando secreto que decía: “El Reino Unido no deberá ser visto como uno decisivamente relevante para Estados Unidos, en todos los temas y relaciones consideradas como prioridad en la agenda de EE UU” (énfasis añadido).

Los izquierdistas estadounidenses aman a la UE. Aman su sistema de gobierno de expertos, de poder centralizado en una súper burocracia, con una interferencia mínima de los votantes reales. Eso es lo que ellos quieren imponer en EE UU. Si pudieran, probablemente incorporarían a Estados Unidos a la UE.

Gobernado por expertos, por poder burocrático centralizado y poder mínimo de los ciudadanos es exactamente el modelo que los votantes del Brexit rechazaron. Antes y después del referendo quedó claro que una administración [del partido] demócrata en EE UU, nunca apoyaría a Gran Bretaña por encima de la UE.

Justo ahora, “la presidente” Hillary Clinton no estaría prometiendo acuerdos lucrativos al primer ministro Johnson. Ella estaría poniendo a Gran Bretaña públicamente “al final de la cola” y uniéndose con Europa para obligar a Gran Bretaña a un acuerdo que lo convertiría en un suplicante humillado y casi conquistado de la UE, y un ejemplo de castigo para advertir a otros a no priorizar la democracia sobre la burocracia.

Contraste eso con el enfoque del presidente Trump al Brexit.

El Sr. Trump amaba el Brexit incluso antes de que se convirtiera en presidente. Cuando el voto de Leave (salir) ganó, él comentó: “Me encanta ver a la gente tomar a su país de regreso”. Él ha prometido constantemente traer al frente de la fila a Gran Bretaña para los acuerdos comerciales. Con su elección a la presidencia, la nación más poderosa y próspera del mundo repentinamente se cambió de enemiga, a aliada respecto al Brexit.

Idealmente, el Sr. Boris Johnson quisiera dejar la UE con alguna clase de acuerdo. Él quiere hacer que Gran Bretaña tenga su propia soberanía nacional de nuevo, y también encontrar una forma de que el comercio fluya sin problemas con la UE, para beneficio de ambos. La oferta del presidente Trump de un acuerdo comercial lo ayuda enormemente. Sin éste, Gran Bretaña parecería (y probablemente lo esté) desesperada, sin buenas opciones comerciales excepto volver a la burocracia no democrática de la cual está tratando de librarse. Europa habría apostado a que Gran Bretaña pagaría un alto precio —incluso renunciando a su soberanía— en las negociaciones comerciales con Bruselas.

Los europeos aún pueden apostar, pero eso se ve mucho menos probable ahora. Una Gran Bretaña con otras opciones es una Gran Bretaña en una posición mucho más fuerte.

En todo caso, sin el presidente Trump, ¿sería Boris Johnson siquiera primer ministro? Imagínese que si cuando a principios de año la primera ministra Theresa May presentó al Parlamento su humillante acuerdo de salida, ella hubiera sido felicitada por la “presidente” Clinton. Pero con Donald Trump animándolos a rechazar ese acuerdo, y prometiéndoles un acuerdo comercial, los miembros del Parlamento a duras penas votaron contra el acuerdo de la Sra. May. ¿Habrían votado ellos en cambio por el humillante acuerdo de la Sra. May, si se hubieran sentido presionados por EE UU? ¿Estaría ya Gran Bretaña subyugada a Bruselas?

¿Entonces está Donald Trump salvando a Gran Bretaña? No. Pero cuando usted contempla esta profecía y la compara con los hechos en el escenario, ¿podría estar Dios usando al presidente Trump para salvar a Gran Bretaña?

Ciertamente así parece.

Una Gran Bretaña resurgiendo

El Sr. Johnson ha estado en el cargo sólo por unas semanas, pero ha traído un nuevo sentido de propósito y optimismo al gobierno.

El 23 de julio, a minutos después de que fuera anunciado como líder del Partido Conservador de Gran Bretaña, él dijo: “Vamos a creer de nuevo en nosotros mismos y en lo que podemos lograr. Y como un gigante dormido, vamos a levantarnos y arrancar las sogas que nos ataban con la falta de confianza y negatividad”.

En su primer discurso como primer ministro el siguiente día, dijo: “[N]o subestimen a este país”.

“Nadie en los últimos siglos ha tenido éxito en apostar contra el coraje, el ahínco y la ambición de este país”, dijo. “Y no tendrían éxito hoy tampoco”.

En su primer discurso ante el Parlamento en su nuevo rol, le dijo a la Cámara que él “haría de este país el lugar más grande en la Tierra”, y pintó un cuadro utópico de Gran Bretaña en el año 2050.

En su primer día en el trabajo, el Sr. Johnson realizó uno de los cambios más radicales en el personal gubernamental en la historia reciente. Salieron los conservadores (de nombre) de centro izquierda del gabinete de su predecesora. Y entró un cuadro completo de ministros realmente conservadores y pro Brexit.

Allister Heath escribió en el Telegraph: “Las primeras señales son que hay al menos una posibilidad de que algo extraordinario pueda pasar. Sus nombramientos hasta ahora han sido excepcionales, tan buenos como podrían ser desde una perspectiva euroescéptica y de mercado libre” (24 de julio).

Tal vez su selección más notable fue la de Dominic Cummings, como asesor principal. Cummings fue el ícono de la campaña del voto de “Salir” (y el villano del Brexit, para la izquierda). Él es impulsivo, poco ortodoxo y no le tiene miedo a la confrontación. A estas alturas, seguramente está volviendo loco al bloque pro-UE en Whitehall [avenida frente a la sede del gobierno británico]. Al traerlo a él, el Sr. Johnson hizo una poderosa declaración sobre qué tipo de gobierno está liderando.

Casi todos los nombrados en el Gabinete comenzaron su trabajo con un enfoque de sentido común que ha estado muy ausente en los gobiernos anteriores. El nuevo ministro del Interior, Priti Patel, dijo que los criminales deberían “sentir terror”, un claro cambio del enfoque suave del control bajo la Sra. May. El nuevo ministro de Hacienda, Sajid Javid, quiere cortar las regulaciones y tiene un cuadro de la ex primera ministra Margaret Thatcher en su oficina. La nueva secretaria de Comercio Exterior, Liz Truss, ya está trabajando en un acuerdo comercial con Estados Unidos, uno que su predecesor eludió.

Con respecto al alejamiento del socialismo globalista radical de izquierda en EE UU, el Sr. Flurry escribió: “Es refrescante ver a Estados Unidos recuperando algún sentido de cordura…” (op. cit.). Es igualmente refrescante ver un cambio de rumbo correspondiente en Gran Bretaña. Pero como él escribió: “El resurgimiento nacional provocado por este Jeroboam del tiempo del fin es solo temporal. La profecía es clara en que el destino final de EE UU es solo devastación, ¡e incluso mucho peor de lo que fue en el reino de Israel antiguamente!”

Jeroboam ii fue el último rey estable de Israel. El pueblo de Israel continuó en sus pecados y rechazó arrepentirse hacia Dios, debido a que las circunstancias se tornaron favorables. A los pocos meses de la muerte de Jeroboam, la nación se desgarró en una guerra civil.

Dios profetizó que habría un resurgimiento en el Israel del tiempo del fin. Y lo ha habido. Advirtió que sería temporal. Y lo será. Nuestras naciones están siendo abatidas por el pecado. ¿Van a arreglar el primer ministro Johnson o el presidente Trump (o siquiera confrontar) los problemas de la desintegración familiar de nuestras naciones? El presidente Trump no ha seguido el ejemplo del presidente Abraham Lincoln en abordar los pecados de la nación y recurrir a Dios. El Sr. Johnson ha sido un fuerte defensor del movimiento lgbt (lesbianas-gays-bisexuales-transgéneros). Él no está casado con la novia con la que vive, un hecho que ya no sorprende a nadie en Reino Unido.

No resolveremos las crisis resultantes sin resolver los problemas de familia de nuestras naciones. No resolveremos nuestra espiral criminal, nuestros desastres de drogas, o el incremento trágico del suicidio y las autolesiones entre los jóvenes. Podemos arrojar algún dinero para aliviar los efectos, pero sin entender la causa sólo estamos aplicando un parche.

Pero sólo podremos arrojar dinero a esos problemas por un tiempo. Ambas naciones, aunque se comprometieron a gastar, gastar, y gastar... tienen deudas masivas que a fin de cuentas deben pagarse.

Boris Johnson puede estar prometiendo una utopía para 2050, pero él no es quien hará realidad las profecías de Amós de superabundancia y paz.

Es natural regocijarse cuando usted ve su país resurgir. Pero no debemos poner nuestra esperanza en estos políticos humanos. En lugar de eso, hay una fuente de esperanza y optimismo aún más poderosa.

El pecado siempre trae sanciones. Estos líderes pueden enfrentar algunos de los problemas de nuestras naciones, pero no enfrentarán los pecados de éstas. Pero hay esperanza: Dios sí lo hará. Dios tiene un plan para corregir a nuestras naciones. Él confrontará la verdadera causa raíz de todo lo que agobia a Gran Bretaña y EE UU. Él nos mostrará las terribles consecuencias de nuestros pecados, y nos humillará. Entonces finalmente nos volveremos a Él, y nuestras naciones experimentarán bendiciones y abundancia como nunca antes. Ahí es cuando las utópicas profecías de Amós, incluyendo una acerca del segador tratando de traer toda la abundancia, incluso mientras el labrador comienza a plantar más, finalmente se cumplirán.

El plan de Dios no para ahí; de hecho, eso es solamente el principio. Él tiene un plan para todo el mundo, una estrategia cuidadosamente planeada para ofrecer a toda la humanidad un futuro glorioso y eterno.

Si usted invierte su optimismo en el Sr. Johnson o el Sr. Trump, tarde o temprano esa inversión fallará. Pero poner su confianza en el verdadero Dios, es la mejor inversión que usted puede hacer.

En primer lugar, ¿por qué ha venido este resurgimiento temporal? ¿Por qué no ir directo al castigo que nuestras naciones necesitan, y el arrepentimiento y la abundancia que le siguen? El Sr. Flurry respondió esta pregunta en un programa de Key of David (La llave de David) en mayo de 2018, diciendo que es porque “hay un mensaje que tiene que salir una vez más”.

Este resurgimiento es una oportunidad enorme, no sólo para la obra de la Trompeta publicando el mensaje de Dios de advertencia y esperanza, sino también para usted personalmente. Es una oportunidad para apoyar este maravilloso mensaje. Es una oportunidad para hacer mucho bien a la gente dando la verdadera esperanza que necesitan en el tiempo que viene. Es una oportunidad para ayudar a la gente a arrepentirse, a volverse a Dios y recibir bendiciones abundantes.

¿Quién sabe cuánto durará esta oportunidad? En Gran Bretaña, las cosas se ven bien, por ahora. Pero la Biblia nos dice que a fin de cuentas, la Unión Europea llegará a la cima. Y ese “fin de cuentas” es probable que venga muy rápido.

La buena noticia en Gran Bretaña y EE UU es que esa profecía está claramente siendo cumplida. Lo que prueba que hay un Dios Todopoderoso con un plan para la humanidad. Esa es una razón fantástica para estar optimista. Ponga ese optimismo no en hombres sino en el fundamento seguro de la visión de Dios para el futuro de los hombres. Luego use esa energía para sacar ventaja de este resurgimiento temporal ayudando a publicar este mensaje de esperanza a la mayor audiencia posible.

Boletín, AD