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JULIA GODDARD/TRUMPET

Europa: Lista para el ascenso de demagogos

Un recorrido por las naciones europeas muestra que la democracia está en su lecho de muerte.

A primera vista, Europa parece una de las grandes historias de éxito de la democracia. Durante la mayor parte de su historia, Europa ha estado dominada por imperios. Durante el siglo xix y después de la Primera Guerra Mundial, éstos fueron reemplazados por democracias.

Estas democracias comenzaron a caer en la década de 1930, y casi desaparecieron en la década siguiente.

Pero luego la democracia regresó. Después de la Segunda Guerra Mundial, Gran Bretaña y Estados Unidos llevaron la democracia a Europa Occidental. Los que aún faltaban, España y Portugal, hicieron la transición a la democracia en la década de 1970. Poco más de una década después, el Muro de Berlín se derrumbó y la democracia conquistó el resto de Europa. Muchos países que alguna vez estuvieron detrás de la Cortina de Hierro ahora están firmemente en el club. Es la democracia ‘über alles’ (por encima de todo).

Pero mire más de cerca y las cosas no parecen tan buenas. De hecho, en un país tras otro, la democracia enfrenta problemas graves.

España

En los últimos cuatro años, España ha celebrado cuatro elecciones no concluyentes. Los partidos opositores han logrado formar coaliciones de unidad, pero ninguna ha durado.

España celebró elecciones en abril pasado después de que otra coalición colapsó. Nadie logró formar un gobierno, por lo que en noviembre se volvieron a realizar nuevas elecciones. Al cierre de esta edición, la nación aún no ha podido formar un gobierno.

Es difícil ver cómo España podría volver a tener un gobierno democrático que funcione. Está dividida entre izquierda y derecha, pero con la complicación adicional del separatismo. Regiones como Cataluña tienen fuertes movimientos independentistas. Algunos partidos políticos quieren tomar medidas drásticas contra cualquier tipo de separatismo; otros creen que es mejor permitir a las diferentes regiones una considerable autonomía local. Cualquier facción tendrá dificultades para lograr una mayoría.

El único vencedor claro en España es la extrema derecha, en la forma de un partido llamado Vox. En las elecciones de abril, Vox ingresó al parlamento español por primera vez en la historia democrática de la nación, con el 10% de los votos. En noviembre, se catapultó al tercer lugar, ganando un 15% y más del doble de su número de escaños en el congreso de España.

Francia

En Francia, el partido extremista Rally Nacional se ha convertido en uno de los partidos más populares del país. Tras abandonar su antiguo nombre (el Frente Nacional) para distanciar su asociación con el antisemitismo y la extrema derecha, quedó en primer lugar en las elecciones al Parlamento Europeo de Francia. En las elecciones presidenciales de Francia en 2017, la líder del Rally Nacional, Marine Le Pen, ocupó el segundo lugar en la etapa inicial de votación y llegó a la ronda final. En última instancia, el extremismo del partido desanimó a suficientes votantes para que éste no ganara.

Aun así, Francia es claramente infeliz. En diciembre, la nación se vio envuelta en protestas masivas que cortaron la electricidad y cerraron las escuelas, cuando una gran cantidad de personas se manifestaron contra los impopulares cambios en las pensiones. El movimiento “chalecos amarillos” de la nación ha estado en los titulares durante más de un año, mientras cientos de miles expresan su insatisfacción con el gobierno.

Bélgica

En 2010 y 2011, Bélgica estableció un nuevo récord mundial por el período más largo que algún país desarrollado haya estado sin un gobierno: 589 días.

Si España compite por llevarse este premio, Bélgica parece no estar dispuesta a dejarlo ir. Las últimas elecciones de la nación fueron el 26 de mayo, y al momento de escribir esto todavía no tiene una coalición gobernante. Al igual que España, está dividida entre izquierda y derecha y entre separatistas y unionistas. El resultado es un punto muerto.

Los Países Bajos

El populista holandés Thierry Baudet y su partido del Foro para la Democracia sorprendieron a los Países Bajos en las elecciones más recientes del país el 14 de marzo. Su partido, establecido en 2016, ganó más escaños que ningún otro. Foreign Policy lo llamó “uno de los mayores vuelcos políticos en la historia política holandesa”.

Para los partidos políticos establecidos, toda la elección del 20 de marzo fue una sorpresa: varios partidos Euroescépticos y Verdes lograron ganancias notables, debilitando el control del primer ministro Mark Rutte sobre la cámara alta del parlamento holandés.

Baudet ha adoptado algunas de las políticas de la extrema derecha, pero rechazó su lenguaje más divisivo. Su rápido aumento en popularidad muestra que los holandeses están entusiasmados con su nuevo enfoque de la política.

Alemania

Los alemanes no alcanzaron el récord de Bélgica para las negociaciones de coalición después de las últimas elecciones, pero establecieron una mejor marca personal. Sus cuatro meses para resolver un gobierno fueron los más largos de la nación desde la Segunda Guerra Mundial.

El resultado es una coalición inestable que podría colapsar en cualquier momento. La razón por la que tardó tanto en formarse es que los votantes han abandonado tanto la derecha como la izquierda dominantes por partidos más extremos. En las elecciones locales más recientes, en Turingia el 27 de octubre, los partidos extremos ganaron la mayoría de los votos. Die Linke (la Izquierda), sucesor del brutal régimen comunista de Alemania Oriental, ocupó el primer lugar con un 31%. El nuevo partido de extrema derecha, Alternativa para Alemania, quedó en segundo lugar, con un 23,4%. Uno de estos dos debe ser incluido en cualquier coalición para tener una mayoría en el parlamento estatal.

Italia

El Banco Central Europeo obligó efectivamente al entonces primer ministro Silvio Berlusconi a dejar el cargo en 2011, reemplazándolo por un gobierno de expertos. En retrospectiva, está claro que esto no fue saludable para la democracia italiana. Dos partidos advenedizos ganaron sus últimas elecciones nacionales.

El partido que recibió más votos fue el Movimiento Cinco Estrellas. Éste fue fundado en 2009 por el comediante Beppe Grillo, y quiere expulsar a las élites e introducir un nuevo sistema político. Ha defendido el uso de encuestas en línea para tomar decisiones importantes basadas en la voluntad de sus miembros.

El otro gran ganador fue Lega (la Liga). Originalmente Lega Nord (la Liga del Norte), era un partido marginal de derecha que hacía campaña por la autonomía e incluso la independencia del norte de Italia. Pero para esta elección, abandonó el “Norte” y realizó una campaña a favor de políticas anti-UE y antinmigrantes, pidiendo deportaciones masivas, etcétera. Lega es ahora el mayor partido de derecha de Italia. Su líder, Matteo Salvini, se ha inspirado conscientemente en el antiguo dictador de Italia, Benito Mussolini.

Estos dos partidos sorprendentes gobernaron en coalición hasta este año (2019). Pero la popularidad vertiginosa de Lega llevó al partido a intentar dividir la coalición y celebrar nuevas elecciones. No pudo realizar esas elecciones y ahora está fuera del cargo, pero la coalición que ocupó su lugar es inestable y el partido pronto podría volver.

Suecia

El gobierno de izquierda de Suecia aceptó a los que emigraron a Europa en 2015. Desde entonces lo ha pagado en las urnas. En 2018, los socialdemócratas, el partido de centroizquierda establecido de Suecia, experimentaron su peor resultado desde 1911. A todos los partidos establecidos les fue tan mal en esas elecciones que les tomó cuatro meses forjar una coalición.

Según algunas encuestas, los demócratas de Suecia de extrema derecha se han convertido en el partido político más popular de la nación. Mientras tanto, los residentes de algunas de las regiones étnicamente más diversas de Suecia deben tener cuidado con los artefactos explosivos improvisados si se mueven por sus ciudades de noche.

Europa central y oriental

Europa oriental está en un camino diferente. Allí, varios hombres fuertes políticos disfrutan de mandatos sólidos de sus votantes. Algunos han llamado a esto “democracia intolerante”. Con la izquierda influyendo fuertemente en el poder judicial, en instituciones financieras y medios de comunicación en estos países, estos hombres fuertes han roto las reglas tradicionales de la política occidental y comenzaron a involucrarse en estas instituciones.

La izquierda ha usado su control de estas instituciones para librar la guerra de guerrillas contra sus opositores políticos. Pero la forma en que la derecha está luchando también tiene algunos aspectos preocupantes. Ha creado gobiernos que “no solo mantienen un control firme en las ramas legislativa y ejecutiva”, dice el Journal of Democracy, “sino que también dominan prácticamente todas las esferas de la vida social, incluido el comercio, la educación, las artes, las iglesias e incluso los deportes”.

¿Indica esta tendencia en Europa oriental la dirección que tomarán aquellos en Europa occidental? Ciertamente lo parece. En Austria, Sebastian Kurtz ha revertido el declive de su partido de derecha al adoptar el mismo tipo de política impulsada por la personalidad y la identidad cristiana de oriente. Muchos en occidente están prestando atención.

Se busca: ¡Un líder fuerte!

Está claro que la democracia europea está lejos de ser saludable. De hecho, tiene una enfermedad terminal. Los gobiernos están dejando de funcionar. Los problemas que amenazan a la nación no se están resolviendo. Y en toda Europa, la gente está preocupada.

Tal ambiente amenaza con producir un resultado aterrador.

“Conozca al señor de la guerra medieval alemán con un mensaje para los políticos modernos”, escribe The Local De, un sitio web en inglés centrado en Alemania. El comentario dice: “En una era de incertidumbre y agitación, vale la pena tener líderes fuertes. Quizás Alemania podría recurrir a la historia en busca de inspiración”. El artículo argumenta que Alemania necesita un líder fuerte, alguien como Enrique el León, un señor de la guerra medieval que practicó la conquista militar y apoyó al Sacro Imperio Romano.

Este tipo de pensamiento se está volviendo notablemente común. El 26% de los adultos jóvenes en Alemania Oriental y el 23% en Alemania Occidental quieren “un líder fuerte que no tenga que preocuparse por los parlamentos y las elecciones”. Menos de la mitad “está totalmente en desacuerdo” con esta declaración.

Un estudio de la Universidad de Leipzig concluyó: “Alrededor del 40% de los alemanes muestran características autoritarias, mientras que solo el 30% son explícitamente democráticos”.

Esta es exactamente la tendencia sobre la que advirtió el jefe de redacción de la Trompeta, Gerald Flurry, en su artículo de portada de enero de 2019, “Alemania—un nuevo rey es inminente”. “Hoy, Alemania clama por un líder más fuerte, y la Unión Europea quiere un liderazgo y dirección más fuertes de parte de Alemania”, escribió él. “Hay una fuerte demanda de un nuevo líder en Alemania. La gente no puede ponerse de acuerdo sobre cuáles deberían ser sus políticas, pero quieren a alguien diferente de Merkel y a alguien con visión”.

La Biblia describe este cambio inminente en Europa. Apocalipsis 17 habla de 10 reyes que gobernarán sobre Europa, todos bajo un solo rey general.

“Este gobernante que viene pronto podría literalmente llamarse rey”, escribió el Sr. Flurry. “Incluso si no lo es, la Biblia le da ese título. Cuando la Biblia habla de un rey, en la mayoría de los casos no se refiere a un gobierno democrático. Incluso si este hombre no tiene el título de ‘rey’, liderará como un monarca absoluto, como un rey autoritario de la Edad Media”.

La profecía bíblica muestra que Europa está a punto de volver a la monarquía con la que ha estado familiarizada durante la mayor parte de su historia. La conquista y expansión que también forman esa historia pronto seguirán. 

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