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¿Está Estados Unidos teniendo un despertar conservador?

fred schilling, colección del tribunal supremo de estados unidos

¿Está Estados Unidos teniendo un despertar conservador?

La agenda de la izquierda radical está siendo expuesta y en algunos casos bloqueada. ¿Cuántas victorias más lograrán los conservadores?

Después de medio siglo de victorias izquierdistas ganadas en la guerra de las culturas, muchos conservadores creen que Estados Unidos está en la cúspide de un Tercer Gran Despertar. Los cristianos en todo el país están felices por la sentencia del Tribunal Supremo del 24 de junio pasado que anula el caso Roe contra Wade. Aquellos que creen en la santidad de la vida humana ganaron lo que parecía una batalla imposible contra el Goliat de la industria del aborto, y ahora están inspirados para luchar con más fuerza.

La decisión de la Corte Suprema en el caso Dobbs contra Jackson Women´s Health Organization regresó el tema del aborto a la jurisdicción estatal, y por lo menos nueve estados ya lo han prohibido. Mientras tanto, 26 estados han presentado proyectos de ley para expandir los derechos de los padres en las escuelas públicas y limitar el adoctrinamiento sexual de los niños. Y 42 estados han formulado propuestas legislativas para restringir la enseñanza de la teoría crítica de la raza neomarxista en las escuelas públicas.

La Corte Suprema de EE UU también anuló recientemente restricciones inconstitucionales en materia de armas, permitió a los empleados de las escuelas públicas orar en el trabajo, hizo más difícil que los estados excluyan a las escuelas religiosas de los programas de financiación pública, y limitó el poder de la Agencia de Protección Ambiental para regular las emisiones de carbono. El juez Clarence Thomas cree que la Corte apenas está comenzando. Hace poco él escribió que espera que la Corte Suprema revoque los derechos falsamente constitucionales a la sodomía, al “matrimonio” entre personas del mismo sexo y a la anticoncepción (no es que todas las formas de anticoncepción sean malas, pero el empleador no está constitucionalmente obligado a pagarlas).

Los jueces conservadores por fin están contrarrestando el tsunami cultural, político y legal de la izquierda radical, y los conservadores de a pie se están animando. Muchos todavía no aceptan que Joe Biden haya ganado las elecciones de 2020 y demandan un recuento de votos. El documental 2000 Mules (2000 mulas) una de las exposiciones más claras del fraude electoral, atrajo a millones de espectadores. Las decisiones económicas de Biden han provocado algunas de las peores noticias económicas de las últimas décadas, por lo que los analistas pronostican enormes pérdidas para los demócratas radicales en las elecciones de medio término de este otoño.

“La única pregunta real para los demócratas este año es si las elecciones serán sólo moderadamente malas o completamente terribles”, escribió el periodista Alan Greenblatt para la revista Governing: The Future of States and Localities (Gobierno: El futuro de los estados y sus localidades). “Si se piensa como un meteorólogo, todo tipo de datos apuntan a una gran tormenta. Según todos los indicadores que se puedan imaginar —recaudación de fondos, reclutamiento de candidatos, entusiasmo de los votantes, cambios demográficos— se está formando una gran ola que barrerá a cientos de demócratas de sus puestos en cualquier nivel” (Mayo 27).

Con todas estas buenas noticias, ¿está EE UU realmente en la cúspide de un Tercer Gran Despertar en el que la derecha cristiana regresa, hace retroceder al secularismo radical y restaura el gobierno constitucional y el espíritu de los fundadores de EE UU? ¿Podrá el movimiento Hacer Estados Unidos Grande Otra Vez devolver la grandeza al país?

Una nueva generación

Es innegable que Estados Unidos se encuentra actualmente en medio de una guerra intergeneracional. El presidente con más hostilidad por la Biblia en toda la historia de EE UU fue elegido por los jóvenes. Las encuestas a pie de urna mostraron que el 66% de los votantes menores de 30 años votaron por Barack Obama en las elecciones de 2008, un hombre que escribe en una de sus varias autobiografías que “no existe” la “verdad absoluta”. Ese fue el porcentaje más alto de la historia de votantes en ese rango de edad para un candidato presidencial y es un claro indicador de que las generaciones de millennials y zoomers son más liberales que cualquier otra generación anterior.

La rebelión de Obama en contra de la verdad absoluta transformó la política, la gobernabilidad, la diplomacia, la policía, la moralidad, la raza, el sexo, la tradición y la cultura estadounidenses de tal forma que motivó a los votantes pasivos a tomar acción. En las elecciones presidenciales de 2016, unos 70 millones de estadounidenses, mayores de 50 años, votaron; y en su mayoría lo hicieron por Donald Trump. Estas estadísticas no representan necesariamente una desviación impactante de las tendencias en los votantes, pero muchos analistas políticos todavía se refieren a la victoria del Presidente Trump como el último adiós de los baby boomers.

Aquellos con edad suficiente para recordar a Estados Unidos antes de la insurrección cultural radical de la década de 1960, lamentaban la pérdida de su país y anhelaban un candidato republicano conservador que reconociera que Estados Unidos había sido grande, que ya no lo era y que necesitaba ser salvado, y que prometiera nombrar jueces originalistas [es decir, que buscan interpretar la Constitución según su intención original].

El Presidente Trump mantuvo su promesa y designó a Neil Gorsuch, Brett Kavanaugh y a Amy Coney Barrett a la Corte Suprema, a pesar de la violenta oposición de la izquierda radical. Estos jueces se unieron a los jueces Clarence Thomas y Samuel Alito para revocar varias leyes y precedentes jurídicos importantes e inconstitucionales. Estos acontecimientos son innegablemente positivos; pero, ¿son lo suficientemente fuertes como para empezar a cambiar la tendencia política?

Lamentablemente, la respuesta a esta apremiante pregunta es que ni siquiera un gran aumento de las sentencias constitucionales de la Corte Suprema, las leyes del Congreso y las nuevas elecciones pueden cambiar las cosas. Las leyes virtuosas son una gran bendición para una nación, pero en realidad hacen poco para hacerla grande a menos que sean acatadas por personas virtuosas. Por esa razón, salvar a Estados Unidos del liberalismo radical y de la destrucción física total requiere un resurgimiento espiritual. Y el hecho de que las personas mayores eligieran un presidente que designó a algunos jueces conservadores no significa que los estadounidenses en conjunto se estén arrepintiendo de sus pecados y volviéndose más virtuosos. De hecho, las estadísticas indican justo lo opuesto. A pesar de las sentencias judiciales, los estadounidenses son cada vez más lascivos.

Una encuesta de Gallup en mayo de 2022, muestra que el 76% de los estadounidenses piensa que la fornicación es moralmente aceptable, el 71% cree que las relaciones homosexuales son apropiadas, y el 52% cree que el aborto es permisible. Esta es la primera vez en 22 años de la línea de tendencia de Gallup que más de la mitad del país piensa que el aborto es un bien positivo. La derogación del caso Roe contra Wade dispuso que el tema del aborto fuera un asunto de derechos estatal, como la mayoría de las demás leyes. Pero en general, el electorado estadounidense ve el aborto de una forma más positiva que en cualquier otro momento de la historia de ese país.

Los baby boomers (aquellos nacidos entre 1946 y 1965) son mucho más propensos a entender el aborto como la destrucción de una vida humana. Pero no han logrado inculcar los principios conservadores a sus hijos que ahora son adultos. Históricamente los padres estadounidenses guiaban a sus hijos de manera más directa. Pero después de la Primera Guerra Mundial, muchos padres empezaron a delegar las labores de enseñanza a los profesores de las escuelas públicas, quienes se adentraron cada vez más en la ciencia darwiniana, en la economía marxista y en la moralidad freudiana. La mente de los estadounidenses empezó a cambiar.

“El mundo de la ‘nueva moral’ surgió en nuestro siglo”, escribió el difunto Herbert W. Armstrong en su libro La dimensión desconocida de la sexualidad, publicado 40 años antes de la actual condición moral estadounidense. “Tuvo su fase embrionaria durante la Primera Guerra Mundial y después de la Segunda Guerra se desarrolló ampliamente, sobre todo entre los adolescentes y muchas veces sin que sus padres se dieran cuenta. Con el advenimiento de la televisión, esta tendencia cobró nuevo ímpetu”.

Dios les dijo a los ancestros israelitas de EE UU que enseñaran Sus leyes a sus hijos (Deuteronomio 4:1-10). Sin embargo, esta orden tan importante no se ha cumplido. La condición actual, como lo escribió el Sr. Armstrong, ¡debería “sacudirnos a todos … ¡impulsarnos a tomar alguna acción desesperada por invertir la ominosa marea!”. A menos que los estadounidenses se arrepientan de transgredir las leyes de Dios y de destrozar a sus propias familias, no habrá corte, ni presidente ni ningún líder que pueda devolver la grandeza a Estados Unidos.

Estados Unidos se inclina hacia la izquierda

En el 2014 una encuesta del Pew Reserch sobre el panorama religioso reveló que sólo el 51% de los millennials está seguro de que Dios existe, comparado con el 70% de los baby boomers quienes creen que hay un Creador. Y las estadísticas son aún peores con respecto a la Biblia. Sólo el 20% de los millennials creen que la Biblia es literalmente la Palabra de Dios, comparado con el 35% de los baby boomers que creen que “todas las Escrituras fueron dadas por inspiración divina”.

Si las tendencias actuales continúan, aquellos que nacieron después de 1997 se convertirán en la primera generación poscristiana de EE UU. ¿Es de extrañar que este país esté girando hacia el socialismo e incluso al comunismo? Aquellos que carecen de fe en Dios y en la Biblia son más propensos a poner su confianza en los gobiernos humanos para que les resuelvan sus problemas. Esto es lo que vemos ahora. La misma generación que dice que Dios no existe y que la Biblia no fue escrita bajo inspiración, también dice que Estados Unidos necesita un gobierno central aún más poderoso que proteja, eduque y provea para ellos.

No hace mucho, las opiniones de los “conservadores” actuales habrían sido consideradas radicalmente liberales. Observe dónde el Partido Republicano ha marcado los límites: no puede matar a su hijo no nacido; no le puede dar a su hijo de 9 años hormonas que bloquean la pubertad; hasta el cuarto grado escolar, no se pueden inculcar influencias sexuales desviadas a los hijos de otros. Mientras tanto la mayoría de los republicanos ahora apoyan el matrimonio entre personas del mismo sexo y muchos están empezando a aceptar la transexualidad. También están cayendo en la inmoralidad, en flagrante violación de las leyes escritas en la Biblia, sólo que a un paso más lento.

“No se puede tener un gobierno conservador en una cultura liberal, y esa es la posición que ha tomado el Partido Republicano”, explicó Mark Steyn en “Why the Real Battle for America Is Over Culture, not Elections” (Por qué la verdadera batalla en Estados Unidos es cultural y no electoral). “Los liberales hacen un gran esfuerzo en cambiar la cultura y los conservadores hacen un gran esfuerzo en cambiar a los funcionarios electos cada dos años en noviembre (y luego les sorprende que no haya mucha diferencia). La cultura triunfa por sobre la política; por eso, una vez resuelta la cuestión cultural, los conservadores se ven reducidos a intentar ponerse al día, contorsionándose para explicar porqué el matrimonio homosexual realmente es conservador después de todo o porqué el Partido Republicano tiene como ‘aliados naturales’ a 30 millones de inmigrantes sin habilidades o calificación alguna y donde la mayoría de los nacimientos se producen fuera del matrimonio,” (New York Post, 19 de octubre de 2014).

En otras palabras, las escuelas, las élites empresariales, los magnates de los medios, los productores de Hollywood, los compositores, todos son liberales, hasta los republicanos e incluso las iglesias son liberales. Entonces, la elección de un presidente republicano no ha hecho ni hará gran diferencia a menos que la cultura estadounidense cambie. Y la cultura estadounidense no mejorará sin la ayuda de la Biblia.

Los fundadores de Estados Unidos fueron criados por una generación que había dejado atrás las sociedades europeas decadentes e intentaron construir una nueva sociedad basada en los principios enseñados en la recién traducida Biblia King James. Ellos entendían que una alta moral y el practicar una religión sincera, eran los pilares fundamentales de una sociedad virtuosa. El presidente George Washington dijo durante su famoso discurso de despedida en 1796: “De todas las disposiciones y hábitos que conducen a la prosperidad política, la religión y la moral son apoyo indispensables” (énfasis añadido).

Ni un presidente conservador ni una Corte Suprema conservadora o incluso un Gran Despertar nacional podrán salvar a Estados Unidos, a menos que ese gran despertar regrese a los estadounidenses no sólo a la Constitución o a los fundadores o incluso al protestantismo, ¡sino a las leyes escritas en la Biblia! Nada menos que el arrepentimiento nacional podrá hacer la diferencia.

Sólo Dios puede salvar a Estados Unidos.

Haciendo grande a Estados Unidos

El redactor jefe de la Trompeta ha explicado en repetidas ocasiones que el presidente Donald Trump es un tipo de Jeroboam ii del tiempo del fin, y está profetizado que liderará el movimiento que causará un resurgimiento temporal de la fuerza, potencia y poderío estadounidenses (2 Reyes 14:26-28). También específica que ese breve resurgimiento ocurrirá no porque el pueblo estadounidense esté arrepentido de sus pecados, sino como resultado de la misericordia de Dios. Es una última oportunidad para que los estadounidenses se arrepientan de sus pecados antes de ser destruidos moral, cultural y literalmente.

“Las maldiciones sobre Estados Unidos están a plena vista”, escribe el Sr. Flurry en su folleto Great Again (Grande otra vez). “¡La profecía se está cumpliendo en acontecimientos en todo el mundo! Uno pensaría que a medida que los tiempos empeoran, las personas regresarían a la Biblia para saber qué es lo que Dios tiene que decir. Las condiciones se están intensificando y empeorando tanto que cualquiera puede reconocer que algo está terriblemente mal. Pero prácticamente nadie está recurriendo a Dios. Es así para vergüenza nuestra. Los problemas de Estados Unidos son resultado directo de sus propios pecados. Ningún político podrá “regresarle la grandeza a Estados Unidos”, ¡no importa lo que la gente piense! Me encantaría que pasara, pero no va a pasar en esta época. ¡Todos llegarán a reconocer esa verdad antes de que pase mucho tiempo! ¡Dios le devolverá la grandeza a Estados Unidos en el Mundo del Mañana!

Dios es bondadoso y misericordioso, y no se apartará de los que se arrepienten (2 Crónicas 30:9). Pero la Biblia claramente indica que la mayoría de los estadounidenses no se arrepentirá sin antes sufrir un colapso nacional, invasión extrajera, exterminio masivo y esclavitud brutal (vea Jeremías 30:3; Ezequiel 5:11-12; Amós 9:14). Este es el ciclo trágico de la historia. El famoso historiador escocés Alexander Tytler escribió hace más de 200 años, que la fe espiritual inspira coraje, el coraje trae libertad, la libertad causa abundancia, la abundancia adormece a las personas en complacencia, la complacencia corrompe el carácter y lleva a la apatía, la apatía invita a la dependencia, la dependencia se convierte en esclavitud y finalmente, la esclavitud mueve a las personas a buscar a Dios y a obedecerle.

Han transcurrido cuatro siglos desde que el primer colono temeroso de Dios pisó el Nuevo Mundo, Estados Unidos ha pasado por casi todas las etapas de este ciclo y se acerca a la esclavitud. Estos no son tiempos para la complacencia. Necesitamos desesperadamente volvernos a Dios y a Su Palabra escrita en la Biblia. Pero incluso si los estadounidenses rechazan ésta última oportunidad de arrepentimiento, hay esperanza. El profeta Amós escribió que después de un breve tiempo de esclavitud, Dios sacará a los israelitas modernos del cautiverio para que edifiquen las ciudades desoladas y las habiten (Amós 9:14). Esta salvación para los estadounidenses, los británicos y los otros descendientes modernos del antiguo Israel será permanente. Por eso Dios promete que plantará a Israel “sobre su tierra, y nunca más serán arrancados de su tierra que yo les di” (versículo 15).

Así que pronto habrá un Tercer Gran Despertar en Estados Unidos, y en todas las demás naciones, que sobrepasará cualquier otro renacer religioso en la historia humana. Sin embargo, antes de que ocurra una mejoría, los acontecimientos van a empeorar mucho. Esto es algo muy serio, pero usted puede consolarse con el conocimiento de que este renacimiento religioso será permanente. Y puede protegerse a usted y su familia si se arrepiente y busca a Dios ahora.

Dios promete refugio a todos aquellos que son fieles a Él en un lugar de protección especial (Cantar de los Cantares 2:14; Ezequiel 5:3; Daniel 11:41; Apocalipsis 12:14). Puede leer más acerca de este lugar de protección especial en nuestro folleto gratuito Jordania y la Iglesia de Dios en profecía, por Gerald Flurry. Este renacer religioso necesitará maestros, así que ¡Dios seguirá protegiendo a Sus maestros hasta que los estudiantes estén listos para escuchar!


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