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El secreto de Meloni en la política de poder europea

Antonio Masiello/Getty Images

El secreto de Meloni en la política de poder europea

La Biblia lo predijo hace milenios.

Mientras la mayoría de los líderes europeos parecen débiles, Giorgia Meloni, primera ministra de Italia, parece fuerte. El Bild alemán la llamó “la jefa secreta de Europa”. También identificó la clave de su éxito: las buenas relaciones con la Iglesia católica.

“No hace mucho, casi no valía la pena recordar el nombre del primer ministro italiano, ya que los gobiernos cambiaban tan rápidamente en Roma”, señalaba Bild el 29 de abril. “Esos días se han terminado, desde que Giorgia Meloni se convirtió en la primera mujer en tomar el timón en octubre de 2022”.




Meloni no sólo ha sobrevivido a los constantes cambios de humor de los italianos, las disputas políticas y las desafiantes crisis externas. También ha demostrado ser una líder capaz de hablar en nombre de toda Europa.

Fue la única dirigente de la Unión Europea que asistió a la toma de posesión del presidente Donald Trump. Viajó a Washington durante la disputa arancelaria, suavizando eficazmente las relaciones comerciales con Estados Unidos. También convenció a Trump para que visitara Europa, más concretamente Italia, en sus primeros 100 días.

Europa depende de Meloni. Este es un punto de inflexión notable, como señaló Bild:

En la Europa política se produjo una gran conmoción cuando Meloni ganó las elecciones parlamentarias con su partido, Fratelli d’Italia (Hermanos de Italia), y asumió el gobierno junto con el partido de derecha Lega, del amigo de [Vladimir] Putin, Matteo Salvini, y Forza Italia, del ahora fallecido multimillonario y escandaloso político Silvio Berlusconi.

La relación poco clara de Meloni con el fascismo del dictador italiano Benito Mussolini, que llevó a su país a la Segunda Guerra Mundial junto a la Alemania nazi de Hitler, fue motivo de una preocupación especial.

Desde entonces, Meloni se ha distanciado de sus declaraciones anteriores: ella “nunca ha sentido ninguna simpatía ni cercanía por los regímenes antidemocráticos (...) incluyendo el fascismo“. Sin embargo, el logotipo del partido Fratelli d’Italia sigue mostrando la llama eterna de la tumba de Mussolini, un símbolo popular entre los radicales de derecha y los neofascistas.

El partido de Meloni es una rama del Movimiento Social Italiano, un partido fundado por los partidarios de Mussolini después de que su partido fuera prohibido.

Son detalles preocupantes. Antes de la elección de Meloni, Brookings.edu escribió:

También será su primera jefa de gobierno cuyo partido político nunca ha renunciado del todo a sus antecedentes fascistas. Durante su campaña, Meloni alternó entre declaraciones reconfortantes y otras extremadamente controvertidas sobre su agenda política. También definió ambiguamente al ex primer ministro italiano Benito Mussolini como una personalidad que debe ser enmarcada en un contexto histórico específico. Las elecciones se producen casi exactamente 100 años después de la marcha de Mussolini hacia Roma que dio paso a su dictadura.

Pero como señaló Bild, “claramente los votantes italianos no estaban muy interesados en esto; ellos anhelaban un nuevo comienzo”.

¿Cómo logró ganarse no solamente el favor de Italia, sino el de Europa y el de gran parte del mundo? Bild lo explica:

Meloni apela a la Italia tradicional y católica y a su imagen conservadora de la familia. A diferencia de la [Alternativa para Alemania] en Alemania o de los nacionalistas en torno a Marine Le Pen en Francia, Meloni combinó la ideología de derecha con los valores cristianos: “Soy Giorgia, soy mujer, soy madre, soy italiana, soy cristiana”, gritó en el escenario de la campaña.

Como jefa de gobierno, buscó la cercanía con la Iglesia y el Vaticano y fue la primera en realizar una visita oficial al lecho de muerte del Papa recien fallecido. “Italia y yo siempre le estaremos agradecidos”, dijo después de la muerte de Francisco. Tuvo “el privilegio de una relación personal y sincera con el Papa” y pudo “hablar con él de todo”.

Meloni (…) es mucho menos conservadora en su vida privada que en la política. En octubre de 2023, se separó de su pareja Andrea Giambruno después 10 años de noviazgo. Anteriormente, habían aparecido grabaciones de video en las que el presentador de televisión le pedía a una colega hacer un “trío”. (...)

Mientras tanto, sin embargo, ellos parecen estar llevándose bien de nuevo, con la “Primera Familia” apareciendo en los titulares cuando pasaron juntos unas vacaciones de verano en una lujosa casa de vacaciones en Puglia, en el sur de Italia (aproximadamente 8.000 euros por noche).

En Europa es cada vez más raro encontrar personas que defiendan los principios cristianos tradicionales. Virtualmente casi nadie considera el matrimonio como una unión sagrada que merezca la pena preservar. En la actualidad, basta con que un líder rechace las últimas tendencias woke para que se le tache de conservador.

Millones de personas confían en estos líderes “conservadores” emergentes que dan una sensación de estabilidad. Al hacerlo, están creando un espacio para que resurja el mal histórico.

“Los Hermanos de Italia (...) hablan mucho de la herencia cristiana de Europa y de la importancia de la familia”, escribió el redactor jefe de la Trompeta, Gerald Flurry. “Estos puntos suenan bien, pero tenemos que ponerlos en este contexto histórico. ¡La alianza de Mussolini con la Iglesia católica dio frutos terribles! La Biblia nos advierte específicamente que debemos esperar el retorno del mismo Imperio que dirigieron Hitler y Mussolini, con la misma relación con la Iglesia católica”.

En 1929, Mussolini estableció un concordato con el Vaticano en el que pedía la restauración del Sacro Imperio Romano. Adolfo Hitler también firmó un concordato con el Vaticano. Herbert W. Armstrong, redactor jefe de La Pura Verdad, predecesora de la Trompeta, estaba en la escena en ese momento y en 1930 escribió:

Resulta que Mussolini es católico romano oficialmente por razones políticas, pero en privado es un infiel y odia la religión católica. Hitler la odia aún más y ha estado tratando de erradicarla al establecer su propia religión estatal personal en Alemania. Pero Mussolini es muy consciente de la influencia del Papa y, por tanto, del valor que tiene para él. Por lo tanto, llegará a un acuerdo importante con el Papa. El Papa aceptará ejercer su influencia para hacer renacer al llamado sacro imperio romano. Mussolini aceptará a su vez convertir al papa en jefe religioso supremo de todo. Después, Mussolini hará otro pacto con Hitler, mostrando la necesidad estratégica de la poderosa influencia del Papa y cómo esta influencia puede utilizarse como herramienta para otorgar aún más poder a estos dos dictadores poseídos por demonios. El trato con Hitler consistirá en conceder al papa el poder religioso supremo en Alemania y en todos los países hasta que haya servido su propósito; ¡en ese momento estos gobernantes sin principios se volverán contra él y acabarán por completo con la religión católica!

Revelaciones recientes han demostrado que Hitler llegó a mantener conversaciones secretas regulares con el papa Pío xii. Con la ayuda del papa, Hitler y Mussolini construyeron un imperio. Sin embargo, este imperio fue destruido antes de alcanzar todos sus objetivos.

Después de que terminara la guerra, el Sr. Armstrong llegó a comprender que este imperio representaba la sexta cabeza de la bestia de siete cabezas de Apocalipsis 17. Esta profecía muestra que la unión de la Iglesia y el Estado, representada simbólicamente por una mujer montada en una bestia, se levantará de nuevo.

Para el mundo, el Sacro Imperio Romano parece muerto y sepultado. Sin embargo, está profetizado que revivirá una vez más. Apocalipsis 17:8 registra: “La bestia que has visto, era, y no es; y está para subir del abismo e ir a perdición; y los moradores de la tierra, aquellos cuyos nombres no están escritos desde la fundación del mundo en el libro de la vida, se asombrarán viendo la bestia que era y no es, y será”.

La Biblia revela quién gobernará este imperio: “Y los diez cuernos que has visto, son diez reyes, que aún no han recibido reino; pero por una hora recibirán autoridad como reyes juntamente con la bestia” (versículo 12).

Esta profecía no se cumplió en la Segunda Guerra Mundial. Los versículos consecutivos, que hablan de una ruptura entre la Iglesia y el Estado (versículo 16), se cumplirán justo antes del profetizado regreso de Jesucristo, que pondrá fin a este sistema engañado (versículo 14).

Durante décadas después en la Segunda Guerra Mundial, el Sr. Armstrong profetizó que los líderes europeos volverían a utilizar una alianza con la Iglesia católica para ascender al poder. Nuestro folleto gratuito ¡Él tenía razón! destaca su pronóstico basado en la Biblia.