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El poder de la fe

LA TROMPETA

El poder de la fe

Mientras estuvo en la Tierra, Jesucristo expuso la terrible falta de fe de la humanidad materialista. Preguntó si alguien en el planeta tendría verdadera fe cuando Él regresara. Descubra el poder de la fe, y cómo le ayudará cada día.

Transcripción de La Llave de David

Cuando Jesucristo estuvo en la Tierra, preguntó una vez: Bueno, cuando el Hijo del hombre venga a gobernar la Tierra, ¿encontrará Él fe en ese momento en esta Tierra? Y continuó diciendo, bueno, que iba a haber una ausencia de fe, realmente falta de fe en este tiempo final cuando Él regrese. Esa es Su profecía de lo que va a suceder muy pronto cuando Él regrese, y eso va a suceder muy pronto.

Pero Él está criticando a algunas de las personas y cómo están conduciendo sus vidas espirituales en este tiempo final, y la gente incluso irá por ahí hablando de… bueno de que no parecen tener el tipo de fe que les gustaría tener, y no son fuertes como les gustaría ser.

Pero realmente necesitan comprender lo importante que es tener fe en Dios; eso lo es todo en muchos sentidos. La fe es una cuestión espiritual y no tiene nada que ver con los cinco sentidos.

Tenemos un folleto sobre ¿Qué es la fe? que le explicará todo eso, y realmente es un librito crítico que necesita entender, y es muy sencillo de comprender. Así que esperamos que lo solicite; toda nuestra literatura es gratuita.

En Efesios 2 en verso 8, habla de que lo que debemos hacer es relajarnos y confiar en Dios y confiar en lo que Él dice en Su Biblia. Y, sin embargo, muy poca gente escucha esa afirmación o la pregunta.

Aquí hay algo (sólo les leeré) que escribimos: “[La Iglesia de Dios tiene] la fe de Jesús. ¡Fíjese, la fe de Jesús! No es sólo nuestra fe en Él, sino la fe Suya, la misma fe con la que realizó Sus milagros, puesta en nosotros y actuando en nosotros”. ¡La fe misma de Cristo está en nosotros! La fe que Él tuvo en la Tierra y realizó todos esos milagros en ese tiempo, y Él dice que usted va a tener esa fe. Y ese es el tipo de fe que debemos tener para realizar milagros, incluso, de vez en cuando.

Continúa diciendo, lo que escribimos: “¿Cómo puede usted obtenerla? Al acercarse a Dios. Llegue a conocer a Dios. Ríndase del todo ante Él y haga Su voluntad. Y luego ore. Usted lo llega a conocer en la oración. Estamos demasiado cerca de las cosas materiales”. Vean, estamos demasiado cerca de todas las cosas materiales de este mundo, y Dios dice que realmente necesitamos orar fervientemente todos los días a Dios para estar cerca de Él. ¡Eso es fundamental para todos nosotros!

Cuando Cristo caminó por la Tierra en carne humana, poseía fe. Poseía fe. Ahora, “El Padre que mora en Mí”, dice Él, “hace las obras” hoy. Y hoy Cristo vive en nosotros, y esa es Su fe en nosotros. ¿Qué significa esto para usted y para mí? Al fin y al cabo, la fe nos traerá la salvación, o no nos la traerá.

Y luego escribimos un poco más adelante en este folleto que este es un mundo materialista, y es difícil encontrar personas que simplemente se entreguen a Dios. Hay distracciones aquí y allá ¡y por todas partes! Pero debemos dejarlas de lado y construir la fe de Dios en nosotros. ¡Eso es poderoso! Poderoso tener eso dentro de uno. Y sin embargo, eso es lo que dice la Biblia muchas veces.

Noten I Juan 5 en verso 4: “Porque todo lo que es [engendrado, debería leerse], [engendrado] de Dios vence al mundo; y esta es la victoria que ha vencido al mundo, nuestra fe”. Esto es algo. No se trata sólo de su propio país, sino que esta fe va a vencer al mundo entero y a su maldad, y a su terrible, terrible forma de guiarnos. Estas cosas están sucediendo en todo el mundo, ¡y Dios dice que se puede vencer al mundo mediante la fe! ¿No es maravilloso que Dios nos dé esa clase de fe y esa clase de comprensión? ¡Pero la mayoría no lo cree! En realidad, sólo lo hace un pequeño rebaño. Lucas nos lo señaló.

Hoy tenemos el 95% de los propios miembros de Dios, y no están venciendo a este mundo. Se han apartado de lo que Dios enseña, y es una tragedia terrible. Pero Cristo aún nos da la fe para vencer al mundo. Es una afirmación poderosa si lo piensan. ¡Es tan poderoso! Y ustedes tienen que vencer a Satanás y a su naturaleza humana para que todo eso suceda.

Pero ¡miren lo que Dios nos da! ¡Él nos da Su propia fe! Les mostraré un verso que dice exactamente eso en un momento. Es Gálatas 2 en verso 20; lo parafrasearé. Pablo dijo: Vivo por la fe del Hijo de Dios. Dijo: ¡Vivo por la fe del Hijo de Dios! ¿Lo cree usted? ¿Lo creo yo? Así vivía Pablo. Y Dios nos da la fe del Hijo de Dios, Su propio Hijo, el Hijo unigénito del Padre.

¡Así que la fe es necesaria para vencer a este mundo malvado! ¡Debemos tener esa clase de fe! Pero ¿cuántas personas lo creen y lo hacen realidad? Pero lo cambiará todo y nos traerá alegría y felicidad y prosperidad y todo tipo de bendiciones y sanaciones y todo lo que podamos imaginar, ¡si tan sólo le creemos a Dios! ¡Él es nuestro Sanador! Y Él nos sana, y nos sana espiritual y físicamente si confiamos en Él y tenemos fe en Él, fe para vencer nuestra naturaleza carnal. Eso es lo que debe preocuparnos a todos.

Hoy quiero hablarles sobre El poder de la fe. ¡El poder de la fe! Y quiero decir que nos está hablando espiritualmente, pero si dejamos que Dios nos ese poder espiritual, entonces vamos a vencer al mundo entero. ¡También vamos a vencer a Satanás el diablo!

Este mundo está lleno de maldad, y Dios dice, ¡Ahora les digo que a través de Mi fe vencerán al mundo! ¡Éste no les vencerá! ¡Está lleno de maldad! ¡Él dice que ustedes pueden vencerlo!, así como a todos los problemas que enfrentamos en este mundo! ¿Les parece práctico? Bueno, tiene que ser una percepción espiritual. ¡Tenemos que ver esto espiritualmente! Y ¡oh, qué diferencia marca en nuestras vidas!

Y mire los problemas que tenemos en este mundo. ¡Sólo vemos a este mundo morir en violencia y maldad y guerras y odio y asesinatos y terrorismo! Oh, qué malvado es este mundo. Y Dios dice: ¡Te daré un poder enorme para vencer a este mundo! Ahora, eso debería llamar nuestra atención, pero tenemos que hacer algo, nosotros mismos.

Noten Apocalipsis 3 en verso 21. El verso 21 dice: “Al que venciere, le daré que se siente conmigo en mi trono, así como yo he vencido, y me he sentado con mi Padre en su trono”. Él nos está diciendo que debemos vencer a Satanás como él lo hizo, y si lo hacemos, Él dice, ¡te dejaré sentarte en Mi trono! El mismo trono de David desde el que Él va a gobernar, ¡y las primicias pueden sentarse allí en ese trono con Él y gobernar por toda la eternidad! ¡Esa es la asombrosa recompensa que Él nos está dando! Asombrosa recompensa si tan sólo nos detenemos a pensar en eso y oramos al respecto, les digo que Él nos está ofreciendo todo, la recompensa más grande que puedan siquiera imaginar, ¡por toda la eternidad! Ahora bien, si eso es real en nuestras mentes, seguramente nos haría pensar profundamente sobre este tema y esta fe.

Mateo 18 en verso 1: “En aquel tiempo los discípulos vinieron a Jesús, diciendo: ¿Quién es el mayor en el reino de los cielos? (2) Y llamando Jesús a un niño, lo puso en medio de ellos, (3) y dijo: De cierto os digo, que si no os volvéis y os hacéis como niños, no entraréis en el reino de los cielos”. En otras palabras, ¡va a tener que estar escuchando y ser enseñable ante Dios para que se le conceda esta fe! Tiene que humillarse como un niño pequeño y dejar que Dios le enseñe. Tiene mucho que enseñarnos a todos. ¡Qué forma de vida tan maravillosa! No podemos ni imaginarlo a menos que lo estemos viviendo. ¡Pero Dios quiere enseñarnos!

El verso 6 dice: “Y cualquiera que haga tropezar a alguno de estos pequeños que creen”, o tienen fe, “en mí, mejor le fuera que se le colgase al cuello una piedra de molino de asno, y que se le hundiese en lo profundo del mar”. Ahora, Él está hablando de Su pueblo que camina por esta fe, y mire cómo Dios va a protegerlos. Es decir, Él dice: Si van a creerme, y dice que va a velar por esos pequeños, y si alguien empieza a tratarlos de forma malvada, bueno, será como si les colgaran del cuello una piedra de molino y los arrojaran al mar. ¡Es mucho lo que Dios va a hacer para salvar y proteger a Su propio pueblo! ¿Dónde se puede encontrar algo así en la Tierra, cuando todo es tan violento y malvado, que no se sabe lo que puede pasar? ¡Pero Dios dice que va a velar por Su pueblo! Ahora bien, ¿cuánto vale eso? ¿Cuánto vale eso?

Ahora echemos un vistazo a Jeremías 17 en verso 5. Verso 5, dice: “Así ha dicho [el Eterno]: Maldito el varón que confía en el hombre”, maldito el hombre que confía en el hombre, “y pone carne por su brazo, y su corazón se aparta de [el Eterno]”. ¡No se puede confiar en los hombres! O se aparta del Eterno. ¡No puede hacer eso! Está maldito si hace eso, si mira a un hombre, a cualquier hombre. Pero usted mira esta Biblia, la propia Palabra de Dios, y es Jesucristo en esa Biblia. De eso trata la Biblia; es la forma de vida de Jesucristo y lo que ha hecho y lo que nos enseña, ahí mismo en la Biblia. ¡Él es la vida de la Biblia! Así que tenemos que creer en la verdad de Dios.

Y luego abajo en el verso 9 dice: “Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso; ¿quién lo conocerá?”. Así que esa es la naturaleza humana; eso también lo tenemos que vencer. Debemos vencer la naturaleza humana, que es engañosa más que todas las cosas y desesperadamente perversa. ¿Podemos vencerla? ¡Claro que sí! ¡Dios dice que debemos vencerla! Y traerá alegría y entusiasmo y prosperidad y salud y sanidad y todo lo que podamos imaginar que nos gustaría saber sobre la sanidad y vencer la naturaleza humana. ¡Dios nos ayuda de forma milagrosa!

El verso 10 dice: “Yo [el Eterno] que escudriño la mente, que pruebo el corazón”, en otras palabras, Él prueba nuestra fe a veces, “para dar a cada uno según su camino”, si usted está teniendo muchos buenos caminos Él lo va a recompensar de acuerdo con ello, una promesa de Dios. No puede mentir: “según el fruto de sus obras”. Hay que tener fruto.

Mateo 7 en verso 20 dice: “Así que, por sus frutos los conoceréis”. ¡Sus frutos! Dios va a esperar que usted venza la naturaleza humana, ¡y Él quiere ver esos frutos! ¡Y qué manera tan maravillosa de vivir! Ni siquiera podemos imaginarlo a menos que Dios nos dé su Espíritu Santo y comprensión. ¡Hay que tener el poder de Dios! Y ¡oh, cómo lo necesitamos hoy!

Ahora los llevaré a Gálatas 2 en verso 20. He aquí uno de los versos más poderosos de toda la Biblia. El verso 20 dice: “Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí”. ¡Cristo vive en mí! ¿Lo creemos? Bueno, Dios dice que, si no lo creemos, no conocemos a Dios. Continúa diciendo: “y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios”, ¡él vive en la fe del Hijo de Dios! Tiene la misma fe, o la tenía cuando estaba vivo, la misma fe del Hijo de Dios en él, y eso es exactamente lo que Dios nos dará a usted y a , individualmente. Esa es una promesa de que esa fe vivirá dentro de usted, y usted vencerá al mundo, vencerá a Satanás, vencerá a la naturaleza humana, vencerá al mundo entero y toda su maldad y malas acciones. No es una fe con la que se nace, se lo aseguro. Este es un poder que Dios nos da, y es simplemente alucinante si lo piensan espiritualmente. Realmente es una maravillosa, maravillosa promesa que Dios nos da cuando dice que esta fe es un don, un regalo de Dios; eso es lo que Mateo 11 dice y Mateo 18, así que necesitamos estudiar la Biblia tanto como podamos. Y ¡oh, qué maravillosos son esos versos! Pero él dijo: Yo vivo por la fe del Hijo de Dios. Dios nos da ese tipo de fe en la Tierra de hoy.

Y nuestro folleto sobre ¿Qué es la fe? se los enseñará realmente de una forma poderosa.

Efesios 2, versos 8 y 9 dice aquí: “Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; (9) no por obras, para que nadie se gloríe”. Dice que es un don de Dios, ese tipo de fe. ¡Él tiene que dárnosla! En nuestras obras si hiciéramos eso, bueno, Dios diría que estamos teniendo fe en nuestras obras, ¡pero esto es un don de Dios!

¡La fe sin obras está muerta! Santiago 2, versos 14 al 20 dice todo al respecto.

“(21) ¿No fue justificado por las obras Abraham nuestro padre, cuando ofreció a su hijo Isaac sobre el altar? (22) ¿No ves que la fe actuó juntamente con sus obras, y que la fe se perfeccionó por las obras? (…) (24) Vosotros veis, pues, que el hombre es justificado por las obras, y no solamente por la fe”. Bueno, continúa diciendo que somos salvos por fe, ¡pero fe con obras! La fe sin obras está muerta. Pero Dios quiere darnos una fe que traiga obras a nuestras vidas, las mismas obras de Dios. La Obra misma de Dios es una Obra de fe. Tiene que ser así; ¡sólo Dios puede hacerlo!

Sólo la sangre de Jesucristo puede lavar nuestros pecados, y realmente necesitamos entenderlo. Tenemos que ser hacedores de la Obra, dice en Santiago 1.

Noten Mateo 19 en versos 25 y 26. “¡Ahí está la respuesta de Cristo Mismo! Con los hombres es imposible”, o sea, guardar la ley de Dios. Mateo 19:17, “Con los hombres es imposible, totalmente imposible de realmente guardar Sus mandamientos. Pero aquí está la bendita verdad: con Dios, sí es posible, incluso guardar Sus mandamientos”. ¿Empieza a ver que se requiere fe? ¡Fe en el poder de Dios! ¡Fe en el poder de Dios! ¡Y lo que eso hará por sus vidas! ¡Y cómo los cambiará! Y les dará una verdad maravillosa y una visión que ni siquiera han imaginado, si es que no la tienen ya. “Y, así como su propio esfuerzo diligente junto con la fe hace que la fe sea perfecta, ¡así la fe junto con su esfuerzo hace que la obediencia sea perfecta! Los dos van de la mano. ¡Y no se puede tener una sin la otra!”. Debemos tener fe y obras si queremos tener el poder, ¡el poder de Dios! Está hablando de Su poder en nuestras vidas, ¡y de milagros en nuestras vidas!

¿Por qué los hombres no se lanzan rápidamente y hacen todo lo posible? ¿Cómo podrían no preocuparse por ello?

Pueden seguir y leer un ejemplo de Daniel, Daniel 3, versos 4 al 6 donde habla de tres jóvenes amigos judíos —Sadrac, Mesac y Abed-nego— que fueron llevados cautivos. Cuando estaban cautivos, se les dijo que se inclinaran ante Nabucodonosor, y ellos dijeron que no lo harían. Sólo se inclinarían ante Dios. Y él dijo: Bueno, si no se inclinan ante mí, los arrojaremos a un horno de fuego, ¡y eso será su fin! Y ellos dijeron: Bueno, adelante, hazlo. Pero eso no nos hará cambiar de opinión en absoluto. No vamos a hacer lo que dices. Vamos a confiar en Dios, aún si aquello quema nuestras vidas, a los tres. Vamos a confiar en Dios.

¿Es eso fe? Piénselo. ¡Eso es la fe! A veces Dios nos pone a prueba. Puso a prueba a esos tres jóvenes y ellos confiaron en Él. Los arrojaron al fuego, y entonces Nabucodonosor se dio cuenta de que no eran sólo tres, ¡eran cuatro! ¡Y ese cuarto era Jesucristo Mismo! ¡Siempre está ahí para ayudar a Su pueblo y obra milagros para Su pueblo! ¡Ese es uno de los mayores milagros que jamás leerá en la Biblia! ¡Y es verdad y ocurrió! ¡Y puede demostrarlo! Puede comprobarlo simplemente dejando que la Biblia le muestre exactamente lo que Dios dice sobre Daniel, y cómo es realmente para nosotros en este tiempo final.