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La Trompeta

El misterio del hombre (transcripción)

Saludos a todos. Se preguntó alguna vez: ¿por qué existo?, ¿qué soy y qué es lo que estoy haciendo aquí en la Tierra? Usted mismo es un misterio para este mundo y para los líderes intelectuales del mundo.

Si usted ve a la educación superior, encontrará que ellos le dan a usted cursos técnicos y todo tipo de psicología, fisiología, anatomía, antropología. No obstante, ellos van a tomar al hombre y estudiarlo en toda faceta, toda fase, pulgada por pulgada, parece, y ellos también destazan el cerebro humano y la mente humana. Estudian la mente humana y aun así no pueden explicar qué es la mente humana, no pueden decirle. Es un misterio para ellos.

Yo creo que todos tenemos que detenernos a pensar y preguntarnos, pues, ¿realmente llegamos todos aquí a la Tierra debido a la evolución, este proceso ciego sin diseño? ¿Es eso realmente de lo que pasó? ¿Tenemos nosotros un alma inmortal? ¿Por qué es que los seres humanos pueden razonar y, pues, definitivamente disfrutar la cultura y otras artes? No obstante, ¡los animales, como nosotros debiéramos entenderlos, no pueden hacer nada de eso! ¿Por qué esta gran diferencia entre la mente humana y el cerebro de animales? No obstante, si lo estudiamos cuidadosamente, verán que los cerebros de los animales y los humanos son casi igual. ¿Qué es lo que causa esa gran diferencia de la mente humana? Ésta es una pregunta que nosotros debemos responder si alguna vez vamos a entender por qué estamos aquí y qué somos y qué es lo que somos. Debemos de saberlo. Debemos querer saberlo, ¿no piensa usted?

Si usted ve en el siglo XX y el siglo XXI, la educación superior, pues, dirán casi unánimemente que creen en la evolución y no solamente creen en ello pero rechazan y expulsan todos tipos de educación bíblica en nuestras universidades y se burlan y lo tratan con desdén. Eso es algo que no debemos tomar a la ligera. No obstante, la teoría evolucionaria no puede explicar todos estos logros maravillosos del hombre. Y al mismo tiempo todos los problemas están aquí y ellos no saben cómo resolverlos. Pues, ¡no hay esperanza en eso!

Pero hay un modo en que nosotros podemos cambiar todo eso y no tener el desdén por las enseñanzas de la Biblia como la mayoría de los educadores principales lo hacen. ¿Qué hay con lo que el Creador Dios dice? Esto es lo que la Biblia reclama y que Dios es.

Quiero recalcar en algunos minutos, yo creo, uno de las pruebas más grandes que viene de la Biblia, que la evolución no puede ser verdadera, o sea, que la teoría de la evolución. Simplemente, ésta está, pues, comprobada falsa en una forma, pienso yo, fácil, práctica, directamente de su Biblia. Y si no le gusta eso y si sólo estudia esto, inclusive sin la Biblia, sin usar la Biblia, usted puede ver de lo que estoy hablando hoy en mucho extenso. Esta prueba es algo que todos necesitamos entender.

Yo quiero darles un versículo aquí que es interesante para todos nosotros verlo: versículo 25 de Mateo 11 y dice: “En aquel tiempo, respondiendo Jesús, dijo: Te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque escondiste estas cosas de los sabios y de los entendidos, y las revelaste a los niños”.

Pues bien, ése es un mensaje en código. Cristo dijo que Dios ha escondido estas cosas de los sabios y de los entendidos o, es decir, de los intelectuales de nuestros tiempos y, pues, yo creo de todos los tiempos. Definitivamente, ha sido un problema verdadero. Pero Él dice que revela estas cosas a los bebés.

Pues bien, ésa es una actitud diferente de lo que uno encuentra en este mundo y, definitivamente, en la educación superior. Ellos no tienen esa actitud de un bebé o un niño, no son maleables como niños. Mateo 18:1-3 dice que debemos de volvernos como pequeños niños, dispuestos a ser enseñados por el gran Dios, porque fuimos creados para tener una relación con Él. Esto es algo que todos debiéramos entender.

Vea usted nomás al mundo y lo que está sucediendo. Las bombas nucleares están por todos lados y la Biblia nos dice en Mateo 24, versículos 21 y 22, que si Jesucristo no regresara y detuviera todo esto, no quedaría nadie con vida. ¡Ninguna carne quedaría con vida! Y, no obstante, nosotros no podemos resolver eso. ¡No sabemos qué hacer!

Si alguna vez hubo un tiempo en la Tierra que debiéramos de realmente fijarnos en Dios y en lo que dice y lo que Él profetizó. Bueno, ésa es una gran profecía en Mateo 24. No ha habido un poder militar hace 100 años donde pudiera alguien destruir toda vida humana. Ése es el problema número uno que tenemos hoy, la supervivencia humana, y la teoría de la evolución no puede resolverlo y, ni siquiera, pues, es un misterio para ellos. Ellos no pueden resolver ese problema y nosotros vamos a tener que resolverlo pronto o, pues, no va a haber nadie vivo. Pero Jesucristo tiene un plan y Él va a detenerlo, Él mismo, y por una gran razón, si usted entiende el plan de Él. La razón más grande posible que pueda imaginar y le dice a uno, le explica acerca del misterio del hombre. ¿Por qué existe el hombre? ¿Qué es el hombre? ¿Y por qué estamos aquí?

Si usted ve en Isaías 28, voy a parafrasear esto para usted, en versículos 8 al 11, habla acerca de todos los problemas que estamos enfrentando y Dios dice, “Bueno, ¿a quién va a poder enseñarle conocimiento?” Ésa es una pregunta importante y es la más importante que hay en la educación hoy día. ¿A quién le va a enseñar ese entendimiento Dios o conocimiento? ¿A quién le va a hacer entender la doctrina? Bueno, Él dice que va a ser “a los destetados, a los arrancados de los pechos”. En otras palabras, los que escuchan a la Biblia “mandato sobre mandato, renglón tras renglón, línea sobre línea, un poquito allí, un poquito allá”. Ellos estarán estudiando la Biblia en este orden porque son como niños y bebés maleables que le hacen caso a Dios. Pero si no tiene alguien esa actitud, ¿qué va a poder hacer Dios?

Fíjense el versículo 11: “Porque en lengua de tartamudos, y en extraña lengua hablará a este pueblo”. ¡Él hablará a ellos en una forma que sería como tartamudo y otro idioma para que no lo entiendan! Pues, eso es un mensaje codificado. Esto es lo que Dios dice que la Biblia es pero todo está siendo decodificado aquí en este tiempo del fin porque el pueblo de Dios está preparando el camino para la Segunda Venida de Jesucristo. Ésta es una era muy singular y éste es un libro único, el Misterio de los siglos. No hay nada como este libro en la Tierra. ¡Nada!

Entonces, yo quiero leerles una definición del carácter. Nosotros estamos en la Tierra, dice la Biblia, para construir carácter. ¿Y qué es eso? Pues repito, si ponemos estas piezas juntas como un rompecabezas y somos como niños suficientes para hacerlo, que le hacemos caso a Dios y dejamos que nos enseña, esto es lo que podemos hacer y nosotros podemos tener revelación que usted simplemente quedará asombrado. ¡O debería quedar asombrado, definitivamente! Pero como ven, los intelectuales tienen una mente, como dice Mateo 13 versículo 15, cerrados. No quieren la Biblia en las universidades. “¡No enseñen eso!” dicen. O sea, dicen: “No lo tomen en serio y si lo usan, pues, pónganlo en una esquina, en un rincón, ¡y no le den ninguna atención!”, porque ellos tienen desdén en su mayoría por ese libro. Yo pienso que es obvio para toda la gente. No es todas las personas pero es una gran mayoría.

Fíjense lo que el Señor Armstrong escribió [sobre] la definición del carácter, dice: “Entonces, de todos los seres vivientes en el universo, Dios es el único que con toda seguridad jamás se desviaría del camino de su ley. No era posible crear un ser superior ni de más perfecto que el querubín Lucero, quien se había rebelado”.

Pues, si Lucifer y la tercera parte de los ángeles se rebelaron y después Dios tuvo que decidir, pues, que Él debe reproducirse en el hombre para embellecer la Tierra y el universo entero y formarlo o construirlo en una mayor creación y un plan mayor, también. Fíjense lo que el Señor Armstrong dijo: “El carácter no se puede crear automáticamente por decreto. El carácter espiritual divino es la acción y conducta habitual de la persona o ente creado que llega al conocimiento de los verdaderos caminos de Dios y ejerce la voluntad de seguir esos caminos aun contra toda oposición, tentación o apetito contrario. El carácter es algo que necesita desarrollarse con el consentimiento, la voluntad y la acción del ser creado. Es impartido por Dios y aquel ser tiene que recibirlo voluntariamente. Dios, pues, decidió, o había decidido de antemano, realizar la proeza creativa suprema de ¡reproducirse a Sí mismo! ¡Y todo lo haría por medio del hombre! Dios sabía que tendría que hacerlo por medio de la materia”.

Ahora bien, vamos a ver en Génesis 1 y versículo 1, y veremos cómo todo esto comenzó y ver: ¿por qué el hombre existe?, y ¿qué es el hombre?, y ¿por qué está aquí en la Tierra? El versículo 1 de Génesis 1 dice: “En el principio creó Dios los cielos y la tierra”. Fíjense que dice los cielos o el universo. “Y la tierra estaba desordenada y vacía, y las tinieblas estaban sobre la faz del abismo”.

Eso es “tohu” y “bohu”. Pero como ven ustedes, esto es lo que Lucifer y una tercera parte de los ángeles hicieron cuando se rebelaron. Destruyeron la Tierra y estaban gobernándola y habían establecido el gobierno de Dios en la Tierra y la embellecían. Pero, luego, se rebelaron y destruyeron todo y dañaron al universo entero porque se levantaron en contra de Dios y trataron de quitarlo de Su trono, echarlo de Su trono. Entonces, en el versículo 2 dice la Tierra había quedado arruinada, “… y el espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas”.

Como ven, usted puede ver en Salmo 104, versículo 30 que Dios tuvo que renovar la faz de la Tierra. Eso no fue una creación original pero fue una renovación que la regresó a su estado original. Entonces, la primera cosa que Dios hizo, fíjense en esto, fue de volver la oscuridad en luz. Recuerden, Lucifer era el portador de luz, se suponía que eso fue el plan y el propósito, de ser un portador de luz que trajera luz. Pero entonces, él cambió todo a oscuridad.

La primera cosa que Dios hizo fue volver la oscuridad de regreso a la luz como originalmente fue hecho. Y Dios dijo: “Que haya luz y hubo luz”. Como ven, eso fue restaurar de una condición que estaba ahí antes. Ésta fue una renovación y no la creación como la mayoría de la gente creen.

El hombre estaba aquí para mejorar la Tierra física, hacerla bella, y darle todos los toques finales. Dios la creó de como un mueble sin terminar o como una torta sin el betún [glaseado] y tuvo que ser terminada. Y aun todavía tiene que ser terminada, ahora que solamente el hombre que se ha convertido en miembro de la familia de Dios y seres divinos pueden confiárseles hacer eso. Por eso existe el hombre. Éste es el propósito del hombre. Esto es de lo que se trata nuestra existencia: terminar la creación de Dios. Y, desde luego, no es solamente lo físico porque tenemos que construir ese carácter de Dios. Nosotros nos vemos como Dios ahora en nuestro rostro, pero también estamos creados en la imagen de Dios. Eso quiere decir el carácter y mente de Dios. ¡Por eso existe el hombre! Dios nos puso aquí para tener una relación especial con Dios. Y, pues, ¡qué asombroso e increíble potencial!

Entonces en el sexto día de esa semana de renovación dice: “Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza”. Ésta es dualidad aquí, hay dos fases. Primero pues, hemos sido hechos físicamente, no de acuerdo al género animal. Los animales fueron hechos, pues, del género animal pero el hombre fue hecho después del género divino. ¿Por qué? ¿Por qué nos vemos como Dios? ¿Por qué nos parecemos a Él y tenemos facciones como las de Él? Porque nosotros tenemos el potencial de llegar a ser un ser divino y estar en la familia de Dios, si construimos ese carácter de Dios. ¡Por eso estamos aquí! Ése es nuestro propósito. Y Dios va a usarnos para embellecer la Tierra y el universo entero que está grandemente dañado. Y eso sucedió debido a la rebelión de Lucifer. Por eso usted ve todos los cráteres y cosas así en el universo. Está en una condición muy deteriorada pero está a punto de ser cambiado.

El universo, dice en Romanos 8, está gimiendo, aun esperando por los hijos de Dios. Incluso el universo está personificado como si está clamando por ayuda, así como la gente en la Tierra están haciéndolo en muchas formas. Pero, ¿qué hay de esto? Estamos hechos en la forma de Dios y dice en Génesis 2:7: “… y el hombre fue un ser viviente”.

Esto significa un animal que respira. Eso no significa que tiene un alma inmortal. Pueden ver a Ezequiel 18 versículo 4 y 20 y dice: “El alma que pecare, esa morirá”. ¡No tenemos un alma inmortal! El alma es físico, está hecho de materia. Ahora bien, eso es algo que este libro, el Misterio de los siglos, se lo comprobará.

Pero usted puede leer donde en Eclesiastés 9, versículo 5 y 6, que “los muertos no saben nada”. ¿Saben eso? ¡Los muertos no saben nada! No hay alma inmortal ahí. Y qué tal también Romanos 6 versículo 23 donde dice que “la paga del pecado es muerte”. ¡No vida eterna o viviendo eternamente! Eclesiastés 9 y versículo 10 dice: “… porque en [la tumba] adónde vas, no hay obra, ni trabajo, ni ciencia, ni sabiduría…” en la Versión Revisada Estándar, dice. Y uno pensaría, pues, quizás se van a ir al cielo. ¿Realmente? ¿Está usted seguro de eso? ¿El hombre va a ir al cielo cuando se muere? Pues, no de acuerdo a la Biblia. Fíjense que dice que David “… murió y fue sepultado” y su tumba está con nosotros hasta hoy (Hechos 2:29). Y, después, en el versículo 34: “… Porque David no subió a los cielos”. Él no ascendió. Jesús mismo dijo también que “nadie subió al cielo” donde está el trono de Dios, dice en Juan 3, versículo 13.

Pues bien, ¿tenemos un alma inmortal? Aquí está lo que quiero explicar más que nada: es la gran diferencia que existe entre la mente humana y el cerebro animal. Ésta es una gran prueba en contra de la evolución y comprueba que es falsa. “El cerebro físico…”, bueno, leer esto del libro, “El cerebro físico de los vertebrados superiores en el reino animal es esencialmente igual en su forma, diseño e constitución al cerebro humano. Los cerebros de la ballena, el elefante y el delfín son más grandes, y el del chimpancé es casi del mismo tamaño”, o sea que del cerebro del hombre. “Pero lo producido por el cerebro humano es indescriptiblemente superior. ¡Muy pocos saben por qué!”

¿Usted sabe realmente por que la mente humana es tan más grande que la del animal? ¿Por qué es eso? ¿Cómo es eso posible? Tiene que haber algo ahí que lo causa que sea así, que causa que el hombre tenga este poder de intelecto y de poder razonar y hacer juicios y decisiones que los animales nunca pueden siquiera contemplar. “Varios pasajes de las Sagradas Escrituras muestran que hay un espíritu en el hombre. El espíritu no es materia…”

Pues, éste no es el Espíritu Santo. Éste es simplemente el espíritu del hombre; ése no es el Espíritu Santo. Éste conecta al hombre con el Espíritu Santo. “El espíritu no es materia mientras que el hombre sí es materia”.

Entonces, vean el espíritu humano del que les voy a hablar. Es que el que imparte el poder del intelecto al cerebro. Nosotros tenemos un folleto que le enviaremos; lo mencionaré al final del programa también, La mente humana. Esto explica en detalle qué es lo que se trata nuestras mentes y por qué son tan vastamente superiores a al cerebro animal o al cerebro humano, para ese caso. Hay un espíritu humano. “La ciencia y la educación superior dan por sentado casi universalmente que no hay nada distinto de la materia. Niegan la existencia del espíritu, lo que equivale a negar, ya sea que lo admitan o no, la existencia de Dios”.

Como ven, los intelectuales encumbrados niegan que exista cualquier otra cosa excepto la materia o lo físico aquí en la Tierra y que el hombre es totalmente y únicamente físico. Pero el hombre tiene un espíritu humano. Déjenme leérselo aquí en un momento, en Romanos 8 y versículo 16: “El Espíritu [de Dios]”, fíjense esto, “El Espíritu [de Dios] mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios”.

Fíjense, hay dos espíritus aquí. El Espíritu de Dios, con la “E” mayúscula, es el Espíritu de Dios; hacen una distinción entre el Espíritu de Dios y nuestro espíritu. Pero tenemos un espíritu que no es material, no es físico; aun así, la evolución dice que todo es físico. ¡Están equivocados! Hay un espíritu en el hombre que le da todo ese intelecto y todo este razonamiento de acuerdo a Dios y que tiene un tipo de mente como la de Dios. Y aun así, ellos rechazan eso y tratan de, pues, resolver todos estos problemas por sí mismos, ¡pero nunca pueden hacerlo! Nunca encontrarán una solución en una teoría de evolución, ¡ni en ninguna otra teoría afuera de la verdad de Dios!

Como ven, usted puede verlo también, rápidamente leer esto, I Corintios 2:9 dice que: “… Cosas que ojo no vio, ni oído oyó, ni han subido en corazón de hombre, son las que Dios ha preparado para los que le aman”.

En otras palabras, Dios tiene que darle a usted y la única forma que Él puede dárselo al hombre es conectar con ese espíritu humano. Pero el hombre no tiene el Espíritu Santo. Por naturaleza no entiende a Dios. Es tontería para él y dice, continúa aquí diciendo eso, “Dios y su sabiduría es pura tontería”.

Pues, somos vastamente, grandemente diferentes que cualquier animal, ¡y no somos animales! Fíjense el versículo 11 de I Corintios: “Porque ¿quién de los hombres sabe las cosas del hombre, sino el espíritu del hombre que está en él?” En otras palabras, nosotros entendemos tanto más que un perro, un gato o una vaca entiende. Nosotros entendemos todo eso porque el espíritu del hombre está adjunto al cerebro que se nos ha dado. Y cuando morimos ese espíritu regresa a Dios. Regresa a Dios, es decir, ese espíritu humano que hace posible que nosotros entremos en la familia de Dios y hace ese increíble potencial humano tan absolutamente dinámico y asombroso a la raza humana. Y, definitivamente, debería de hacer eso a todos y lo hará a fin de cuentas. “Pero”, dice, “el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios”.

Aun con ese espíritu humano, no lo recibe, pero Dios va a humillarlo y hacerlo como un bebé donde entonces será maleable, y Dios puede entonces enseñarle de ¿por qué existe el hombre? ¿Por qué es lo que estamos haciendo aquí? ¿Cuál es nuestro propósito? ¿Hay algo aquí en la Tierra que sea más importante a una persona que responder estas preguntas? Y usted no encontrará las respuestas en la educación superior hoy. No me importa dónde lo busquen, no tienen esas respuestas porque ellos han cerrado sus mentes a ello; cerraron a Dios fuera del cuadro y Él no puede enseñarles nada. Nosotros necesitamos ser como bebés. Necesitamos ser humildes como niños. Esto es lo que nuestras instituciones educacionales deberían estarnos enseñando. Pero no está resultando así para nada, muy al contrario.

Pero, vean, todo el potencial que Dios le ha dado al hombre, todo este vasto potencial que Él quiere que usemos y que entremos en Su familia.

Hasta la próxima semana, soy Gerald Flurry. Adiós, amigos.