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El día D de Israel contra Irán
El 13 de junio, a las 3:30 de la madrugada, Israel lanzó la Operación León Naciente. La Fuerza Aérea israelí atacó decenas de sitios militares y nucleares iraníes. Una base secreta de drones operada por el Mossad dentro de Irán colaboró en el ataque.
Apenas unas horas después de que estallaran las primeras explosiones de guerra en Teherán, el primer ministro Benjamin Netanyahu declaró: “El objetivo de la operación de Israel es frustrar la amenaza nuclear y de misiles balísticos del régimen islámico”.
El líder supremo iraní, el ayatolá Alí Jamenei, advirtió de “un castigo severo” por estos ataques y, en los días siguientes, ambos ejércitos se han dado de golpes.
Los ataques iniciales de Israel se enfocaron principalmente en Natanz, la principal instalación de enriquecimiento de uranio de Irán, y en el cuartel general del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica (irgc, por sus siglas en inglés). Desde entonces ha ampliado sus operaciones a otros sitios nucleares y militares, especialmente los de Fordow, Isfahan y Teherán. Ha debilitado significativamente las capacidades de misiles balísticos de Irán, ha destruido múltiples centros de mando militar, ha atacado un avión cisterna a 1.400 millas de distancia en Mashhad, y ha atacado a dirigentes hutíes en Yemen.
Israel está teniendo un éxito asombroso. El 15 de junio lanzó su primer ataque aéreo durante el día en contra Teherán. El 16 de junio informó que dispone de plena superioridad aérea sobre la ciudad.
Irán dice que los ataques israelíes han matado a 220 personas. Estas muertes han incluido a varios funcionarios iraníes importantes:
• Mohammed Bagheri, segundo al mando de Irán bajo Jamenei
• Hossein Salami, comandante en jefe de los irgc
• Amir Ali Hajizadeh, comandante del los irgc
• Ali Shamkhani, estrecho colaborador de Jamenei
• Gholamreza Mehrabi, jefe adjunto de inteligencia de las Fuerzas Armadas de Irán
• 10 científicos de alto nivel que avanzan en el programa nuclear iraní
Irán, por su parte, ha tenido poco éxito a pesar de haber lanzado varias ráfagas de drones y misiles balísticos contra Israel. Hasta esta el 15 de junio, Israel afirma que Teherán ha lanzado unos 350 misiles en total, en gran parte centrados en Tel Aviv y Haifa. Muy pocos han penetrado los sistemas de defensa antimisiles de Israel, matando a 24 israelíes e hiriendo a cientos.
El gobierno israelí afirma que los ataques de la Fuerza Aérea han disminuido la capacidad de Irán para contraatacar. En abril y septiembre de 2024, Irán envió más de 180 proyectiles por salva. Sin embargo, en los últimos días, ha alcanzado un promedio de entre 30 y 60 misiles por ataque. Y, en general, los números son cada vez más bajos.
Por ahora, el conflicto parece totalmente unilateral. El ejército israelí es más grande y más moderno. Israel ha matado a docenas de oficiales militares y científicos iraníes, mientras que Irán ha matado a civiles. Los sistemas de defensa antiaérea de Israel (Cúpula de Hierro, Honda de David y Flecha) siguen operativos, mientras que gran parte de la infraestructura de defensa antiaérea de Irán está en ruinas. Además, Israel ha paralizado a Hamás y Hezbolá, actores clave en la estrategia de disuasión iraní.
En resumen, Israel parece imparable e Irán parece débil.
¿Está Irán a punto de perder su programa nuclear? ¿Está Oriente Medio a punto de cambiar para siempre? ¿Acabará Israel el trabajo?
Participación estadounidense
Es imposible saber con precisión cómo se desarrollará esta guerra; sin embargo, una cosa sí sabemos: Israel no puede terminar esta guerra sin Estados Unidos.
A pesar de toda su valentía y brillantez estratégica, las Fuerzas de Defensa de Israel han sido incapaces de dañar significativamente la planta de Fordow, la instalación de enriquecimiento nuclear más crítica de Irán. Situada entre 80 y 90 metros bajo el monte Qaleh, en el centro de Irán, Fordow contiene centrifugadoras para enriquecer uranio hasta niveles muy cercanos al armamento nuclear. James M. Acton, codirector del Programa de Política Nuclear de la Fundación Carnegie para la Paz Internacional, dijo: “Si Fordow sigue operativo, los ataques de Israel apenas podrán ralentizar el camino de Irán hacia la bomba”.
“La expectativa siempre ha sido que Israel no podría alcanzar [Fordow]”, dijo Ali Vaez, director del Proyecto Irán del International Crisis Group, “porque necesitaría el tipo de bombas rompe-búnkeres de artillería masiva que sólo tiene Estados Unidos”. Sin los mops (penetradores de munición masiva, o “destructores de búnkeres”) de fabricación estadounidense, Israel sólo puede destruir Fordow con armas nucleares o con una arriesgada operación terrestre.
En resumen, el éxito de Israel depende de Estados Unidos. Lo que genera una pregunta aparentemente perenne: ¿En qué está pensando ahora mismo el presidente de EE UU, Donald Trump?
Desde el inicio de su carrera política en 2015, Trump ha sido famosamente impredecible. Las semanas previas al ataque israelí del 13 de julio no han sido una excepción. Los expertos no están de acuerdo sobre la sinceridad de los enfrentamientos públicos del presidente Trump con Netanyahu durante este tiempo. Algunos dicen que el presidente se opuso genuinamente a un ataque israelí. Otros afirman que el desacuerdo sólo fue una artimaña destinada a engañar a Irán haciéndole creer que no se produciría ningún ataque. Es imposible adivinar los motivos de Trump.
Independientemente de sus intenciones, Irán fue sorprendido y comenzó la guerra. La pregunta importante no es si Netanyahu y Trump estaban de acuerdo antes del 13 de julio, sino si lo están ahora. Y la respuesta, al parecer, es no.
Minutos después de que aviones de combate israelíes atacaran Teherán, el primer ministro Netanyahu declaró que la Operación León Naciente “continuará los días que sean necesarios para eliminar esta amenaza”.
Por el contrario, el presidente Trump publicó en Truth Social: “¡Irán e Israel deberían llegar a un acuerdo, y lo harán, al igual que conseguí que India y Pakistán llegaran a uno, utilizando comercio con EE UU para aportar razón, cohesión y cordura a las conversaciones con dos excelentes líderes que pudieron tomar una decisión rápidamente y detener! (…) ¡Tendremos paz, pronto, entre Israel e Irán!”.
En un post anterior, el presidente Trump informó de una llamada telefónica con el presidente ruso Vladimir Putin, en la que ambos acordaron que “esta guerra en Israel-Irán debe terminar”.
Estados Unidos le ha ofrecido algo de ayuda militar a Israel, pero hasta ahora sólo ha sido defensiva, como el despliegue del uss Thomas Hudner para ayudar a defender los cielos de Israel. En las últimas horas, 28 petroleros militares estadounidenses comenzaron a cruzar el Atlántico; se desconoce su propósito.
No se sabe lo que el presidente Trump podría hacer en los próximos días y semanas. Tal vez las publicaciones de Truth Social no sean más que una nueva teatralidad para mantener a los iraníes adivinando. Si no es así —si las publicaciones son auténticas expresiones de opinión— parece que el presidente está más en línea con Putin que con Netanyahu en estos momentos. Netanyahu quiere continuar la guerra hasta eliminar la amenaza nuclear de Irán; Trump prefiere negociar la paz.
Si es así, hemos llegado a lo que Peter Wildeford denomina “la paradoja de Fordow”:
EE UU posee la capacidad militar para destruir Fordow pero carece de la voluntad política, mientras que Israel tiene la voluntad pero no la capacidad (…) EE UU puede destruir Fordow mientras que Israel no; Israel quiere la destrucción de Fordow mientras que EE UU no.
Es imposible decir con precisión cómo se desarrollará esta guerra, pero la Biblia sí nos dice cuál será el resultado final, independientemente de lo que ocurra en el camino.
Debilidad profetizada
En El rey del sur , el redactor jefe de la Trompeta, Gerald Flurry, escribe:
Si los dirigentes iraníes fueran eliminados, todo el curso de la historia de Oriente Medio cambiaría radicalmente para mejor, porque es el rey. Lamentablemente, la profecía bíblica revela que eso no ocurrirá.
En Levítico 26:19, Dios advirtió que si nuestros pueblos descendían al pecado abyecto, Él rompería el orgullo de nuestro poder. ¡Y así lo ha hecho! (…) El pequeño Israel tiene más poder militar que Irán pero teme utilizarlo. Lo mismo ocurre con Gran Bretaña. Y ciertamente eso es verdad con EE UU. Nuestras naciones temen usar su poder a causa de nuestros pecados. ¡El “orgullo de [nuestro] poder” se ha roto!
Durante los últimos cuatro días, Israel ha demostrado un valor y un poderío militar impresionantes. Eso es realmente admirable. Sin embargo, la profecía bíblica dice que el orgullo de su poder no regresará sin un arrepentimiento nacional.
Nuestro éxito final dependerá de nuestra relación con Dios. Si Dios está con nosotros, no podemos perder. Pero si Dios está contra nosotros, no podemos ganar. Y la profecía bíblica dice que Dios está contra nosotros y nos está maldiciendo.
—Gerald Flurry
Sin arrepentimiento, Israel sólo puede obtener una victoria parcial. Para eliminar realmente la amenaza nuclear iraní, Israel no necesita a Estados Unidos — necesita a Dios.
En cuanto a Estados Unidos, el Sr. Flurry tuvo algunas palabras contundentes en El rey del sur :
Las superpotencias no pueden sobrevivir en este mundo perverso y belicoso, sin la voluntad de librar largas y difíciles guerras. (…) No podemos negociar una victoria. La única forma de detener a Irán es mediante un poder superior y la voluntad de utilizarlo.