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Guy on Phne

MOHA EL-JAW

El coronavirus revela la nueva era de censura en la Internet

Usted se sorprenderá al saber quién está dictando las nuevas reglas de lo que se dice en línea.

Trate de enviar un tipo de video “malo” a sus amigos, y quizás se tope con los nuevos árbitros de la Internet.

Por años (y ya es noticia antigua) YouTube, Facebook y otros sitios han bloqueado el contenido que desaprueban. Pero ahora la censura se está volviendo más agresiva.

YouTube se ha pasado el período del coronavirus en un juego de aplastar al topo: bloqueando videos que presentan cualquier punto de vista disidente sobre la crisis, sólo para ver ese mismo video publicado una y otra vez. Algunos de estos videos son obviamente puestos por personas locas, pero muchos no lo son. Algunos incluso son hechos por conocidos expertos. Pero son bloqueados si ellos cuestionan la cuarentena o sugieren luchar contra el coronavirus por medio del consumo de más vitamina C para aumentar su sistema inmunológico.

Otras plataformas se están uniendo. Pero el simple bloqueo de videos y artículos públicos no ha funcionado. Aun así, hasta ahora, la gente ha difundido la información prohibida a través de aplicaciones de mensajería privadas. Intente compartir por WhatsApp uno de estos videos problemáticos (en privado con algunos amigos), y le será bloqueado. Este servicio (propiedad de Facebook) limita qué tan libremente usted puede compartir estos videos. En algunos casos sólo le permitirán pasar el video a una persona a la vez, tratando así de evitar que se vuelva viral.

Uno de esos videos es de Sky News Australia de una entrevista con el jefe epidemiólogo sueco Johan Giesecke. Ésta es una fuente de noticias convencional entrevistando a un conocido experto. Sin embargo, WhatsApp le impedirá compartirlo a más de una persona.

Izabella Kaminska, editora del blog Alphville del Financial Times advirtió: “Cuando un algoritmo como éste termina marcando a un video de los medios de comunicación principales, que contiene una voz discrepante pero extremadamente creíble, sólo porque dice algo crítico sobre las respuestas occidentales al virus, está claro que podríamos haber ido demasiado lejos al revés, en nuestra batalla contra las noticias falsas”.

El Financial Times está lejos de ser un sitio anarquista o libertario. Sin embargo, incluso esta publicación de centro-izquierda está preocupada por la dirección en la que nos dirigimos.

“Lo que importa es que la crítica de un científico destacado en su campo, quien aún domina la toma de decisiones en un país considerado un amigo cercano y aliado (no un estado rebelde de ninguna forma), [su crítica] debería arrojarse de alguna manera a la misma red que atrapa las teorías de David Icke sobre la conspiración del 5G”, continuó Kaminska. “Uno puede no estar de acuerdo con las opiniones de Giesecke. Pero no debería suprimirlas. La disidencia es esencial en una democracia, como también lo es la crítica de la política nacional a través de colegas respetados. ¿Que se supone que hagamos? ¿Hacer de cuenta que Suecia de repente ya no existe?”

Kaminska creó el término “tecnocensura” para describir lo que está sucediendo.

Ella escribió: “Tecnocensura, como nos gustaría llamarlo, es el hábil arte de implementar algoritmos para reprimir las ‘noticias falsas’. (...) ¿Será que estamos en la etapa en que esta tecnología se está convirtiendo en el equivalente moderno de la quema de libros?”

Muchos de los principales líderes de las grandes compañías tecnológicas, están comprometidos ideológicamente con esto. La directora ejecutiva de YouTube, Susan Wojcicki, admitió el 7 de mayo en el podcast Rabbit Hole del New York Times, que su estrategia para promover fuentes convencionales y minimizar otras no estaba funcionando. YouTube empuja al frente los videos de fuentes principales, pero la gente no los ve. Según ese podcast, los ingenieros de YouTube le dijeron: “Los usuarios realmente no quieren verlos”. Pero a ella no le importó.

Y así, los líderes han respondido al coronavirus con más censura. Busque información sobre el coronavirus en Google y accederá a una parte especial del sitio que sólo enlaza con las fuentes principales. Aliente a las personas a protestar contra las órdenes de bloqueo en Twitter y verá que su cuenta será suspendida.

Kevin Roose, quien presenta el podcast Rabbit Hole, dijo que la respuesta de YouTube es “en realidad como un cambio esencial en el universo de YouTube”. Solía ser el sitio donde cualquiera podía tener una voz. Pero ahora, en ciertos temas, sólo se permite la autoridad de los medios principales.

Puedo entender un caso para restringir la información claramente peligrosa, como la de beber lejía para curar el coronavirus. Puedo entender que YouTube no quiera promocionar videos que digan cosas como que el coronavirus es una conspiración causada por los judíos. Pero lo que está sucediendo aquí va mucho más allá de eso.

Los gobiernos europeos quieren que la censura sea mayor. El miércoles pasado, Francia adoptó una nueva ley contra el lenguaje del odio en línea. Si el contenido es clasificado como lenguaje de odio, Google, Twitter, YouTube y Facebook deben eliminarlo dentro de 24 horas. La propaganda terrorista y la pornografía infantil deben ser eliminadas dentro de una hora. De lo contrario, puede resultar en multas de 1,25 millones de euros ($ 1,4 millones de dólares). Y si una junta reguladora decide que la compañía no cumple con los requisitos, podría multarlos con hasta el 4 por ciento del ingreso global anual. Para Google, esa cifra sería de $ 6,5 mil millones. Y la policía puede obligar a los proveedores de servicios de la Internet, a bloquear en todas partes de Francia a los sitios de la web que no cumplan.

El Ministro junior de asuntos digitales, Cédric O. dijo: “Ya no podemos confiar en la buena voluntad de las plataformas”. Él mencionó que [éste] “es el primer ladrillo de este nuevo paradigma de regulación de plataformas”.

Esa ley establece que todo lo que sea ilegal en la vida real, sea ilegal en línea.

Mucho de esta ley es loable, especialmente la parte sobre la pornografía infantil. El problema es que el “lenguaje de odio” y “propaganda terrorista” son términos bastante flexibles que al gobierno le toca decidir. La Quadrature, una organización de derechos digitales sin fines de lucro advirtió que (en la legislación francesa), la definición de terrorismo es lo suficientemente amplia como para que pueda usarse para bloquear a los manifestantes. Los tribunales europeos incluso han considerado previamente las críticas académicas al Islam como “lenguaje de odio”. La semana pasada, Alemania decidió que quemar banderas era un lenguaje de odio. Por lo tanto, quemar una bandera de la UE en protesta por la Unión Europea ahora es ilegal.

Uno de los voceros de La Quadrature dijo a cnn que esto podría darle al gobierno “una nueva herramienta para abusar de su poder, y censurar la Internet con fines políticos”.

“Uno de los peligros de esta ley es que podría volverse en contra de periodistas, activistas e investigadores, a quienes ésta dice defender”, él dijo. “Nadie sabe exactamente qué contenido debe considerarse ‘claramente ilegal’ en línea”.

La ley pronto podría permitirles a los políticos, dictar lo que se puede y no se puede decir en línea.

La preocupación es que las plataformas de la Internet van a favorecer la censura. ¿Por qué arriesgar una multa, por un tweet? Los sitios de redes sociales pronto podrían bloquear o eliminar el contenido que llegue a ser remotamente problemático.

“Esta nueva obligación de censurar el contenido ilegal en Francia, sacará material desagradable de la Internet pero a expensas de eliminar algún contenido (y tal vez mucho contenido) que, por poco, podría ser un lenguaje perfectamente legítimo”, escribe Forbes. “Los legisladores europeos parecen estar cada vez más cómodos con ese cuadro, a medida que mueven su política de la Internet hacia una mayor regulación de contenidos”.

Alemania tuvo exactamente esta experiencia. Cuando introdujo una ley similar en 2018, su propio ministro de justicia, Heiko Maas, encontró que sus tweets fueron eliminados después de ser marcados como “lenguaje de odio”. La UE está trabajando actualmente en una directiva que obligaría a todo el bloque [de naciones] a adoptar un estándar similar.

Usted puede estar pensando, qué lástima para Francia y Alemania... qué bueno que yo no vivo en Europa. Pero ésto también le afecta a usted.

Incluso si usted vive en Estados Unidos, los sitios web que utiliza con regularidad ya cumplen con la legislación de la UE.

“La mayoría de las veces, la Unión Europea es la que establece las reglas por las cuales operan las compañías tecnológicas multinacionales”, escribió el mes pasado el profesor de la Facultad de Derecho de Columbia, Anu Bradford. En 2018, por ejemplo, la UE implementó el Reglamento General de Protección de Datos (gdpr), que regula cómo las empresas de la Internet usan los datos personales del usuario. Facebook, Microsoft y Google han aplicado esta política a nivel mundial”.

“Del mismo modo, las normas de la UE influyen en los tipos de expresiones que los proveedores de la Internet permitirán en sus plataformas”, escribió Bradford. “En lugar de guiarse por las protecciones de libertad de expresión de la Primera Enmienda de Estados Unidos, Facebook, Twitter y YouTube siguen la definición de la UE sobre el lenguaje de odio en todo el mundo, al decidir qué contenido eliminar de sus plataformas”.

Muchas de estas compañías ya se han suscrito a un código voluntario de la UE sobre el lenguaje de odio, bajo la amenaza de una regulación mucho más estricta si es que no lo hicieran. Estas regulaciones se han incorporado a los términos oficiales de servicio de las empresas, incluso en Estados Unidos. Cuando YouTube retira un video porque viola sus estándares, lo que no dice es que esos estándares incluyen reglas impuestas por la UE.

El año pasado, el Tribunal de Justicia de las Comunidades Europeas (ecj, por sus siglas en inglés) dictaminó que un juez en un país de la UE puede ordenar que el contenido se retire de las redes sociales en todo el mundo. Un estadounidense puede escribir una publicación en Facebook dirigida a los estadounidenses en Estados Unidos, pero el ecj les otorgó a los tribunales europeos el poder de ordenar que se elimine. El ecj señaló que el resguardo del discurso en todo el mundo fue un paso drástico. Por lo tanto, los tribunales deben “adoptar un enfoque de autolimitación” (énfasis agregado en todas partes). En otras palabras, no hay control sobre los poderes de estos tribunales; nadie puede restringirlos.

Durante el mes pasado se vio que estas compañías tecnológicas estadounidenses no son reacias a censurar. La UE no está detrás de la censura del coronavirus. De hecho, las redes sociales están siendo presionadas para hacer más. Cuando Kevin Roose del New York Times entrevistó a Wojcicki, él elogió la censura de información de YouTube. “Solo personalmente, me ha impresionado lo difícil que ha sido encontrar información errónea sobre el coronavirus en YouTube”, dijo él. “Y algo que me pregunto es que ¿por qué no es siempre así? ¿Qué impide que YouTube adopte este enfoque todo el tiempo para todo tema?

Incluso si la UE no hiciera nada, mucha de esta censura continuaría. Los directores ejecutivos de Big Tech [grandes compañías tecnológicas] apoyan abrumadoramente al Partido Demócrata. Pero igualmente importa que la UE esté escribiendo las reglas. Ésta ha trazado los límites del lenguaje aceptable, y los jueces europeos lo patrullan. Ya están empujando a Facebook y a Google hacia una mayor censura de la que los gigantes tecnológicos habrían implementado de otra manera.

En su libro The Brussel’s Effect [El efecto Bruselas], Bradford argumenta que “la UE sigue siendo una superpotencia influyente que moldea al mundo a su imagen”.

“Hoy en día, pocos estadounidenses están conscientes de que las regulaciones de la UE determinan la configuración de privacidad predeterminada en sus iPhones o el tipo de lenguaje que Twitter eliminará como inaceptable”, ella escribe.

¿Y quién es el líder indiscutible de Europa, así como el primer país europeo en adoptar leyes de lenguaje de odio en línea? Es Alemania. Detrás de las regulaciones globales de la UE, Alemania controla lo que entra a la Internet.

“Las ambiciones de Alemania para la Internet deberían preocupar a todos, incluso a aquellos que no tienen una computadora”, escribió Gerald Flurry, el editor en jefe de la Trompeta. “El comportamiento de la UE en este tema expone la naturaleza dictatorial de esta entidad dominada por los alemanes. Realmente, estamos presenciando la manifestación del espíritu del Sacro Imperio Romano en el mundo tecnológico. ¡La séptima y última resurrección de este imperio profetizado bíblicamente quiere controlar la Internet!”

“Debemos poner este tema en el contexto de la profecía y la historia de la Biblia”, él continuó. “La UE liderada por Alemania se está comportando como siempre lo ha hecho el Sacro Imperio Romano. Alemania busca nuevamente imponer su voluntad sobre el mundo. Éste es un mensaje difícil de aceptar, y muchas personas no estarán de acuerdo con esto, ¡pero es la verdad!”

La Internet está cambiando ante sus ojos. Una vez fue libre y gratis para todos. Ahora, la gran mayoría del tráfico se canaliza a través de un puñado de guardianes, que sólo le permitirán ver ciertas cosas. Y la Unión Europea liderada por Alemania es la que está determinando exactamente lo que usted puede y lo que no puede ver.

Este nuevo poder ya se está haciendo sentir, y quiere controlar lo que usted lee y dice. Éste es exactamente el tipo de poder pronosticado en la Biblia; uno que hemos estado pronosticando durante décadas.

Apocalipsis 17 describe un poder que se levanta repetidamente en Europa. Lo que se está levantando hoy es una extensión de lo que ha sucedido antes. Apocalipsis 17:8 llama a este poder “la bestia que era y no es, y será”. Hay un poder con un carácter censurador similar que aparece y desaparece en la escena europea: el Sacro Imperio Romano. El siguiente capítulo muestra cómo este poder domina el comercio mundial. Ya vemos cómo esto toma forma dentro de la “superpotencia” reguladora de la UE. Otros capítulos describen a este poder regulando las creencias religiosas, y tratando de controlar lo que la gente piensa y dice.

Este poder creciente en Europa, ya se está haciendo sentir en todo el mundo. Una parte crucial de los eventos de los últimos tiempos ya está afectando su vida. Para obtener más información al respecto y hacia dónde se conduce, lea el artículo del Sr. Flurry “Alemania está tomando el control de la Internet”. 

Boletín, AD