El apuñalamiento en un tren conmociona a Gran Bretaña

Al principio, los pasajeros pensaron que se trataba de una broma de Halloween. Pero las personas que corrían por el vagón del tren cubiertas de sangre no iban disfrazadas: habían sido apuñalados.

Anthony Williams comenzó presuntamente a apuñalar a pasajeros al azar el sábado por la noche mientras el tren con destino a Londres atravesaba Cambridgeshire. En el transcurso de 14 minutos, acuchilló a 11 personas. Algunos pasajeros intentaron atrincherarse en baños y cocinas, mientras que otros se pusieron heroicamente delante de extraños para protegerlos.

Williams tiene pasaporte británico y raíces caribeñas; su alboroto parece estar motivado por la locura más que por el terrorismo. “Le dije: ‘Por favor, por favor, no”, dijo una de las víctimas. “Entonces, algo cambió en sus ojos y dijo: ‘El diablo no va a ganar”.

“Ninguna droga convierte a la gente en bestias enloquecidas y violentas”, escribió Joel Hilliker tras una serie de atroces atentados en EE UU. “Se trata claramente de crímenes influidos —o quizá incluso cometidos— por demonios. Así es. La mayoría de la gente se ríe, se burla o lo ignora. Pero hay una dimensión espiritual en estos macabros sucesos. Los demonios son muy reales y están muy activos en el mundo actual”.

Pero Gran Bretaña no se pregunta por qué está sufriendo unos atentados tan horribles. En su lugar, la respuesta prevista por el gobierno es: 

• Instalar más cámaras de seguridad en las estaciones de tren

• Consultar al público sobre el uso de la tecnología de reconocimiento facial

• Detener e inspeccionar al público más a menudo para encontrar cuchillos

• Considerar la posibilidad de permitir a los civiles comprar spray de pimienta

Algunos pidieron una seguridad similar a la de los aeropuertos en todas las estaciones de tren británicas, pero afortunadamente esto se ha descartado.

Gran Bretaña necesita analizar por qué su sociedad se ha vuelto tan enferma espiritualmente.