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¿Deberían los cristianos guardar el Sábado?

CHARLY TRIBALLEAU/AFP via Getty Images

¿Deberían los cristianos guardar el Sábado?

Después del asesinato de Charlie Kirk, cada vez más gente habla del séptimo día de reposo.

La mayoría de los que profesan ser cristianos guardan el domingo como su día semanal de adoración. Charlie Kirk no era uno de esos cristianos. Durante un periodo de agotamiento mental y físico en 2021, un amigo le explicó que debía guardar el séptimo día de reposo para rejuvenecerse.

Kirk era escéptico respecto a que los cristianos de hoy en día debieran guardar el Sábado. Pero después de estudiar el tema, se dio cuenta de que el Cuarto Mandamiento es el más ignorado de los Diez Mandamientos. Comenzó a guardar el Sábado desde la puesta de sol el viernes hasta la puesta de sol el sábado, apagando su teléfono, separándose del mundo y dedicando 24 horas a Dios y a su familia.




La experiencia transformó a la familia Kirk. Así que Charlie comenzó a trabajar en un libro, Stop in the Name of God: Why Honoring the Sabbath Will Transform Your Life [Deténgase en el nombre de Dios: Por qué honrar el Sábado transformará su vida]. Aún no se ha publicado, pero ya está en la lista de los libros más vendidos de Amazon. Muchas personas se preguntan si están guardando el día de adoración correcto.

A través de la historia de la humanidad, el domingo ha sido considerado el primer día de la semana. Pero la Biblia ordena un reposo en el séptimo día. Jesucristo, que da nombre al cristianismo, guardaba el séptimo día de reposo.

¿Debería guardar el sábado, o el domingo, o cualquier día que elija? ¿Cuál es la fuente del Sábado?

La Biblia nos da las respuestas verdaderas e inspiradoras. ¡Un estudio honesto e imparcial de este tema podría revolucionar su vida y abrirle a bendiciones especiales de Dios!

¿Sigue usted a Cristo?

Lucas 4:16 nos dice que Jesús guardó el día de reposo “conforme a su costumbre”. La palabra costumbre significa “su práctica o hábito regular; su rutina habitual”. Su costumbre regular era guardar el séptimo día de reposo; era parte de su rutina.

Un cristiano es aquel que sigue a Cristo. Jesucristo dio el ejemplo perfecto en todas las cosas, incluyendo Su observancia del Sábado. Así que, ¿no resulta increíble que la mayoría de las personas que se autodenominan “cristianas” guarden un día de adoración diferente al que observó Cristo? ¿No debería un verdadero cristiano buscar seguir el ejemplo que Cristo estableció en esta cuestión?

Los judíos guardan el séptimo día y mucha gente cree que el séptimo día de reposo es una observancia judía. Sin embargo, Jesús dijo que el Sábado fue hecho por causa del hombre (Marcos 2:27), para todos los seres humanos. El Sábado no se hizo sólo para los judíos o para los antiguos israelitas. Dios creó este día de adoración para toda la humanidad. Entonces Jesús dijo: “Por tanto, el Hijo del Hombre es Señor aun del día de reposo” (versículo 28). Jesucristo gobierna sobre el Sábado.

Cristo enseñó que debemos vivir de acuerdo a toda palabra que sale de la boca de Dios (Mateo 4:4). ¿Es posible realmente que tantos cristianos puedan estar equivocados en su observancia del domingo, incluso engañados al respecto?

Los Diez Mandamientos

Usted puede leer los Diez Mandamientos en Éxodo 20. Los versículos 8-11 dicen: “Acuérdate del día de reposo para santificarlo. Seis días trabajarás, y harás toda tu obra; mas el séptimo día es reposo para [el Eterno] tu Dios; no hagas en él obra alguna (…) Porque en seis días hizo [el Eterno] los cielos y la tierra, el mar, y todas las cosas que en ellos hay, y reposó en el séptimo día; por tanto, [el Eterno] bendijo el día de reposo y lo santificó”.

Dios claramente guardó el séptimo día. Y los Diez Mandamientos nos dicen claramente que sigamos Su ejemplo.

¿Quién es la fuente de los Diez Mandamientos? La mayoría de la gente cree que es Moisés. Eso es un gran error. ¡Todos debemos reconocer la verdadera fuente de los Diez Mandamientos!

Aunque en Éxodo 20 es donde se enumeran los mandamientos, el capítulo anterior nos da el contexto. Allí Dios ordenó a Moisés que reuniera al pueblo de Israel en la base del monte Sinaí. Una vez reunidos, “vinieron truenos y relámpagos, y espesa nube sobre el monte, y sonido de bocina muy fuerte; y se estremeció todo el pueblo que estaba en el campamento” (Éxodo 19:16). ¡Qué manifestación tan magnífica, aterradora, asombrosa y sobrenatural! El versículo 18 dice que toda la montaña “humeaba, porque [el Eterno] había descendido sobre él en fuego; y el humo subía como el humo de un horno, y todo el monte se estremecía en gran manera”.

“Imagine ese vasto mar de personas, millones de ellas, ¡que se extienden hasta donde los ojos pueden ver!”. Herbert W. Armstrong escribió en ¿Cuál es el día de reposo cristiano? “Luego, ¡terribles destellos de rayos cegadores y truenos rezumbadores que casi romperían los tímpanos! Y el mismo gran Dios en medio de esta exhibición deslumbrante y espléndida ¡preparándose para tronar Su gran ley a oídos de esa vasta asamblea! …”.

“¡Piense en esto! ¡Toda una nación de millones se reunió en una enorme y vasta asamblea histórica! Y Dios mismo hablando a través del fuego, relámpagos y truenos ensordecedores, y una gran voz sobrenatural que no necesitaba micrófonos ni altavoces ni sistemas de megafonía para ser escuchada por millones” (Estaremos encantados de enviarle un ejemplar gratuito del folleto del Sr. Armstrong si lo solicita).

Dios habló con Israel cara a cara (Deuteronomio 5:4). ¡Dios estaba alcanzando a millones de personas! Piense en el Super Bowl, al que acuden en promedio unas 100.000 personas. ¡Eso no es nada comparado con lo que ocurrió en el Monte Sinaí! Dios estaba hablando con 3 a 4 millones de personas.

Esa no era la voz de Moisés. ¡Era la voz de Dios saliendo de una montaña ardiente y temblorosa!

Lo que Israel experimentó ese día no fue una ocasión ordinaria. Dios habló de una forma que estas personas nunca habían experimentado antes para transmitirles que este momento era especial e importante, algo que nunca debían olvidar. ¡Dios estaba enfatizando de forma dramática y apasionada la importancia de Su ley! Y el Sábado es un aspecto central de esa ley sagrada.

Hoy en día, a la mayoría de los cristianos se les enseña que Moisés le dio a Israel la ley. Moisés no hizo tal cosa. ¡Esto era demasiado importante, demasiado extraordinario, como para que un hombre lo llevara a cabo!

Los Diez Mandamientos son la base del antiguo pacto. Pero ¿sabía que también son la base del nuevo pacto? Dios no dice que el nuevo pacto elimina la ley—Él dice: “Por lo cual, este es el [nuevo] pacto que haré (…) dice el Señor: Pondré mis leyes en la mente de ellos, Y sobre su corazón las escribiré; Y seré a ellos por Dios, Y ellos me serán a mí por pueblo” (Hebreos 8:10). ¡Dios está haciendo esto hoy! ¡Él está escribiendo Su maravillosa ley en los corazones de Su pueblo! ¡Y esa misma ley incluye el mandamiento del Sábado!

El no observar el Sábado de Dios es quebrantar la ley de Dios. Así es como Dios define el pecado (1 Juan 3:4). Y el apóstol Pablo escribió que “la paga del pecado es muerte” (Romanos 6:23). ¡La salvación eterna está en juego! Así que seguramente deberíamos saber sobre el Sábado y del día sobre el cual Dios indica “acuérdate” y en el que “no hagas en él obra alguna”.

Si no existiera Dios, si no hubiera un Creador supremo y omnipotente, entonces no importaría qué día o si es necesario obedecer o no el mandamiento del Sábado. Pero hay un Dios, y Él se preocupa por Su Sábado. Guardar correctamente el Sábado importa, ¡por toda la eternidad!

¿Quién puede santificar el tiempo?

En su libro de 1876 La fe de nuestros padres, James Gibbons, un cardenal católico, escribió algo que quizás le impacte. Pero debe considerarlo profundamente porque está en juego su salvación eterna. Escribió: “Ahora bien, las Escrituras no contienen por sí solas todas las verdades que un cristiano está obligado a creer, ni le ordenan explícitamente todos los deberes que está obligado a practicar. Por no mencionar otros ejemplos, ¿no está obligado todo cristiano a santificar el domingo y a abstenerse ese día de trabajos serviles innecesarios? ¿Acaso el guardar esta ley no se encuentra entre los más destacados de nuestros deberes sagrados? Pero puede leer la Biblia desde Génesis hasta Apocalipsis y no encontrará ni una sola línea que autorice la santificación del domingo. Las Escrituras exigen la observancia religiosa del Sábado, un día que nunca santificamos” (el énfasis es mío en todo el texto).

El cardenal Gibbons admitió que los católicos guardan el Domingo, pero la Biblia ordena guardar el séptimo día. Pero él no creía que esto comprobara que estaban desobedeciendo a Dios: ¡decía que demostraba que la Biblia era insuficiente! “Debemos, por tanto, concluir que las Escrituras por sí solas no pueden ser una guía y regla de fe suficientes”, escribió.

¿Tiene esto algún sentido para usted?

Este cardenal católico admitió que ni una sola línea de la Biblia de Dios autoriza la santificación del domingo. Puede ser que algunas personas no estén de acuerdo con eso, pero ¿qué dice Dios? Dios está de acuerdo con esa afirmación: ¡En ninguna parte de la Biblia dice que debamos adorar en domingo! ¿Qué día autoriza Dios para la observancia sagrada? Si el Sábado es parte de la ley de Dios, y nuestra salvación eterna está en juego, ¡entonces debemos conocer la respuesta!

¿Está autorizado algún hombre o alguna Iglesia a cambiar la ley de Dios? ¿Puede un hombre santificar o apartar un día? ¿Puede un hombre hacer un día santo?

¿Cómo se puede santificar un día? ¡El primer libro de la Biblia nos lo dice! Dice que en el sexto día de la creación Dios creó al hombre. Pero la creación no paró ahí. “Y acabó Dios en el día séptimo la obra que hizo; y reposó el día séptimo de toda la obra que hizo. Y bendijo Dios al día séptimo, y lo santificó…” (Génesis 2:2-3).

Aquí ocurrió un milagro doble. Dios “santificó” el séptimo día, lo que significa que lo apartó para uso sagrado, para siempre, por toda la eternidad. Pero esto también dice: “Y bendijo Dios al día séptimo”. ¡Dios derrama todo tipo de bendiciones en ese día! ¡El séptimo día es verdaderamente un día bendito!

El séptimo día nos apunta de nuevo a la creación. Nos recuerda que Dios es nuestro Creador. Él creó físicamente, y Él está realizando una creación espiritual en Su Familia hoy. Ningún otro día es un memorial de la creación.

El domingo es el primer día de la semana. Ese no es el día que Dios bendijo y santificó. La presencia divina y santa de Dios está en el séptimo día. Eso no es verdad para ningún otro día de la semana: ni el domingo, ni el lunes, ni el martes, ni el miércoles, ni el jueves, ni el viernes. Ningún otro día es santo.

Cuando Moisés vio a Dios en una zarza ardiente, Dios le dijo que se quitara el calzado, “porque el lugar en que tú estás, tierra santa es” (Éxodo 3:5). El suelo no era santo a una milla de distancia. Era santo donde estaba la presencia de Dios. La presencia de Dios hace que el Sábado sea santo, y necesitamos “quitarnos el calzado” simbólicamente en reverencia. Es mejor que caminemos con cuidado en la presencia de Dios.

Dios nos ordena “acuérdate” del día Sábado. Cuando Dios dice que recordemos algo, con demasiada frecuencia el hombre de mente carnal lo olvida. Por ejemplo, Jesucristo dijo que debemos guardar la ley: “No penséis que he venido para abrogar la ley o los profetas; no he venido para abrogar, sino para cumplir. Porque de cierto os digo que hasta que pasen el cielo y la tierra, ni una jota ni una tilde pasará de la ley, hasta que todo se haya cumplido. De manera que cualquiera que quebrante uno de estos mandamientos muy pequeños, y así enseñe a los hombres, muy pequeño será llamado en el reino de los cielos; mas cualquiera que los haga y los enseñe, este será llamado grande en el reino de los cielos” (Mateo 5:17-19). Los cristianos de hoy creen y enseñan que Cristo eliminó la ley. Pero eso es lo contrario de lo que dijo Cristo Mismo.

Debemos guardar el Sábado como día santo. Dios hizo santo el séptimo día, y debemos mantenerlo así mediante la observancia apropiada. ¡No podemos guardar como día santo un día que no fue santificado por el Creador! No se puede mantener caliente el agua helada; debe estar ya caliente para poder mantenerla caliente. Sólo un día fue apartado y lleva la presencia de Dios. Puede que no esté de acuerdo con ello, pero será mejor que lo compruebe por sí mismo porque es mucho lo que está en juego.

Un pacto de Sábado

En algún momento después de que Dios diera los Diez Mandamientos, Él enfatizó el mandamiento del Sábado creando un pacto especial con el Sábado.

Léalo en Éxodo 31:12-13: “Habló además [el Eterno] a Moisés, diciendo: Tú hablarás a los hijos de Israel, diciendo: En verdad vosotros guardaréis mis días de reposo; porque es señal entre mí y vosotros por vuestras generaciones, para que sepáis que yo soy [el Eterno] que os santifico”. Este pacto especial nos muestra el porqué del Sábado: es una señal entre Dios y Su pueblo.

Un letrero colocado frente a un edificio comercial identifica el negocio. Dios dice que guardar correctamente el Sábado identifica dónde está Dios y quién es Su pueblo.

Fíjese lo que Dios dice: “Yo soy [el Eterno] que os santifico”. Como lo hace con el séptimo día, ¡Dios aparta para uso santo a Su pueblo que guarda el Sábado!

Puede parecerle extraño que Dios hiciera una señal para identificar a Su pueblo. ¿Acaso no es cierto que todos los cristianos son el pueblo de Dios y conocen a Dios?

Bueno, ¿es eso lo que Dios enseña en Su Biblia?

Dios nos dice que Satanás el diablo engaña al mundo entero (Apocalipsis 12:9). El apóstol Pablo lo llama “el dios de este siglo”, y luego advierte que “el mismo Satanás se disfraza como ángel de luz. Así que, no es extraño si también sus ministros se disfrazan como ministros de justicia…” (2 Corintios 4:4; 11:14-15).

¿Cree usted que algunos que parecen ministros de justicia son en realidad ministros de Satanás? Es una verdad difícil de aceptar para la mayoría de la gente. Pero la realidad es que Satanás es un gran falsificador.

Independientemente de que se den cuenta o no de ello, las personas que dicen ser cristianas —seguidoras de Cristo— y sin embargo guardan un día de adoración diferente al que Cristo Mismo guardó, ¡están practicando una forma falsa de cristianismo! Debemos ser honestos al respecto.

Debemos conocer al verdadero Dios. El Dios de la Biblia dio el Sábado al hombre con el propósito de mantenernos en la verdadera adoración a Dios.

Cristo se refirió a Su cuerpo de creyentes —aquellos que permanecen fieles a Él y a lo que enseña— como “manada pequeña” (Lucas 12:32). Y las Escrituras dicen que puede conocer a esas personas por una señal: el día Sábado de Dios.

Vea el resto de ese pacto del Sábado: “Así que guardaréis el día de reposo, porque santo es a vosotros; el que lo profanare, de cierto morirá; porque cualquiera que hiciere obra alguna en él, aquella persona será cortada de en medio de su pueblo. Seis días se trabajará, mas el día séptimo es día de reposo consagrado a [el Eterno]; cualquiera que trabaje en el día de reposo, ciertamente morirá” (Éxodo 31:14-15). Cuando Dios entregó inicialmente ese mandamiento al antiguo Israel, era físico. Él no estaba trabajando con los israelitas espiritualmente. Pero hoy, si quebrantamos el Sábado, ¡debemos arrepentirnos o experimentaremos la muerte eterna! ¡Es así de serio!

Un día para crecer espiritualmente

“Guardarán, pues, el día de reposo los hijos de Israel, celebrándolo por sus generaciones por pacto perpetuo. Señal es para siempre entre mí y los hijos de Israel; porque en seis días hizo [el Eterno] los cielos y la tierra, y en el séptimo día cesó y reposó” (Éxodo 31:16-17). Este mandamiento no fue sólo una señal hasta la primera venida de Jesucristo. ¡Es algo perpetuo! Es para siempre.

El Sábado es un día que refresca a Dios. ¡Refresca a todos aquellos que lo guardan! Le levanta el ánimo. Está lleno de bendiciones. ¿Por qué la gente no lo guarda como Dios manda? ¡Viene con bendiciones asombrosas y estupendas que no recibimos de ninguna otra manera!

Dios creó ese día con un propósito maravilloso e inspirador. Es para ayudar al hombre a construir un carácter espiritual recto. El Sábado es un tiempo sagrado apartado para poder crecer espiritualmente y construir la misma santidad de Dios. Por supuesto, en otros días también debemos construir el carácter de Dios. Pero el Sábado es inmensamente diferente de cualquier otro día porque la presencia de Dios está en él. El Sábado podemos tener compañerismo con Dios Padre y Jesucristo de una manera especial a través del Espíritu de Dios (1 Juan 1:3).

“Si retrajeres del día de reposo tu pie, de hacer tu voluntad en mi día santo, y lo llamares delicia, santo, glorioso de [el Eterno]; y lo venerares, no andando en tus propios caminos, ni buscando tu voluntad, ni hablando tus propias palabras” (Isaías 58:13). El Sábado no es para hacer nuestras propias obras, buscar nuestros propios placeres, o incluso hablar nuestras propias palabras. Es un día especial: ¡el día santo de Dios! Debemos honrarlo en nuestra observancia. Si lo hacemos, podemos esperar bendiciones.

“Entonces te deleitarás en [el Eterno]; y yo te haré subir sobre las alturas de la tierra, y te daré a comer la heredad de Jacob tu padre; porque la boca de [el Eterno] lo ha hablado” (versículo 14). ¡Esa es verdaderamente una promesa asombrosa para todas las personas que guardan el día Sábado de Dios!

Necesitamos entregarnos completamente a Dios en el Sábado. Si lo hacemos, ¡Él dice que subiremos sobre las alturas de la Tierra! Las bendiciones más grandiosas serán derramadas sobre nosotros. ¡La “heredad de Jacob” es la prosperidad sin límites! Esa es la promesa que Dios nos hace. Esa es la verdad que se encuentra en Su Palabra. ¡Esa es la gran abundancia que se obtiene al guardar correctamente el verdadero día Sábado de Dios!

¿CUÁL ES EL DÍA DE REPOSO CRISTIANO?

Muchos de los llamados cristianos toman el día de reposo como un hecho. ¿Tiene alguna importancia cuál día guardemos, o si debiéramos observar algún día o no? ¿Establece la Biblia el domingo como el día del Señor? ¿Fue dado el Sábado únicamente al pueblo judío, mientras que a los cristianos se les ordena guardar el domingo como día del Señor? ¿Cuál es el día de reposo cristiano? le da la respuesta a éstas y otras preguntas.