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¿Cuánto cuesta el dinero gratis?

¿Cuánto cuesta el dinero gratis?

Los economistas piensan que devolver lo que debemos es una reliquia de la historia. ¿Están locos?

Si usted no ahorra para el futuro, se morirá de hambre; ésta es una verdad que la gente aprendió desde muy temprano en la historia de la humanidad. Es evidente para todos los que cultivan, cazan y conservan alimentos, y para quienes observan el tiempo y el clima. Es un principio antiguo puesto en práctica mucho antes de la creación del dinero, el crédito y la gestión de inventarios justo a tiempo. Ahorrar para el futuro es algo en lo que la gente de todo el mundo solía creer.

Hoy en día, EE UU está endeudado en 28 billones de dólares [28 con 12 ceros]. No hay ahorros. No hay fondos de emergencia. Ya hemos gastado los impuestos sobre las ganancias futuras de nuestros nietos y de sus hijos.

Pero si usted les cree a los líderes de EE UU, todo estará bien porque nada de eso importa ya.

Los líderes de Washington, Wall Street e incluso las personas del común creen en una teoría económica nueva. A los políticos les encanta, porque hace que el ahorro para el futuro sea obsoleto. Teoriza que los déficits y las deudas son buenos porque su efecto principal es estimular la economía. Teoriza que nunca tendremos que devolver realmente el dinero prestado porque nuestro banco central puede crear un número ilimitado de dólares de la nada, con sólo pulsar un botón. La teoría tiene un nombre: Teoría monetaria moderna. Los creyentes la ven como un milagro monetario moderno, una forma de trasladar los problemas económicos al futuro para siempre.

Estos teóricos piensan que han trascendido las leyes básicas de la economía.

¿Puede usted pedir dinero prestado y gastarlo sin tener que devolverlo nunca? ¿Se pueden imprimir cantidades masivas de dinero de la nada sin destruir su valor y hacer que todo sea más caro?

Vamos a averiguarlo.

Imprimir y gastar

Desde el inicio del cierre por la covid-19 y las consecuencias económicas que trajo consigo, la Reserva Federal (Fed) ha aumentado la oferta monetaria del país hasta niveles récord. En los últimos 12 meses, la oferta monetaria M2, que incluye el dinero en efectivo, las cuentas corrientes y otro tipo de dinero fácil de gastar, ¡se ha disparado en más de un 27%!

Pt202107 Es Free Money 2En otras palabras, uno de cada cinco dólares de todo el dinero de gasto fácil que existe desde la fundación de este país se creó en los últimos 12 meses. Y la F ed ha utilizado gran parte de ese dinero para comprar billones de dólares en bonos del gobierno, bonos del tesoro e incluso hipotecas de la gente.

Así es como funciona: el Tesoro de EE UU imprime un bono, que es básicamente sólo una promesa de devolver el dinero prestado con intereses. Lo vende a la Reserva Federal a cambio de dólares que el gobierno de EE UU gasta después. ¿De dónde saca la Fed los dólares para comprar bonos? Aquí es donde entra el milagro monetario moderno. La Fed no gana dólares proporcionando bienes o servicios o cualquier otra cosa, ni siquiera recaudando impuestos. Crea dólares de la nada. Tiene la capacidad de añadir tantos ceros a su cuenta bancaria como Washington quiera. Con sólo pulsar un botón del teclado, puede ampliar su oferta de dólares hasta acercarse al infinito.

Pero según la Reserva Federal, aquí no hay nada preocupante. En marzo, anunció discretamente que dejaría de publicar los datos semanales que muestran el número de dólares que entran en circulación.

“Están tratando de ocultar algo”, dijo Steve Hanke, profesor de economía aplicada de la Universidad Johns Hopkins. “No quieren que la gente preste atención al crecimiento de la oferta monetaria”. Como señaló Hanke: “En un testimonio reciente, el presidente [de la Reserva Federal, Jerome] Powell ha afirmado muy explícitamente que el dinero no importa. Básicamente ha dicho que el dinero y la medición del dinero no importan realmente porque no están relacionados con la inflación”.

Esperemos que el Sr. Powell tenga razón, porque el gobierno de EE UU está gastando mucho. Considere el alcance de los proyectos de ley de “estímulo” sólo en los últimos 12 meses:

2,2 billones de dólares para la Ley de ayuda, socorro y seguridad económica por el coronavirus de 2020.

2,3 billones de dólares para la Ley de asignaciones consolidadas de 2021.

1,9 billones de dólares para la Ley del plan de rescate estadounidense de 2021.

¡6,4 billones de dólares! ¿De dónde salió todo ese dinero?

Una parte fue prestada y tendrá que pagarse con intereses. Pero un increíble valor de 3,6 billones de dólares se creó de un plumazo y pulsando un botón.

Pantera Capital ofrece algo de contexto. Con el primer billón de dólares que imprimió EE UU en toda su historia, “derrotamos a los imperialistas británicos, compramos Alaska y Luisiana, derrotamos el fascismo, acabamos con la Gran Depresión, construimos el sistema de autopistas interestatales y fuimos a la Luna”.

¿Qué hemos conseguido este año pasado con 6,4 billones de dólares?

Inicialmente, el gobierno distribuyó dinero a las empresas y a los individuos, muchos de los cuales habían perdido ingresos porque el gobierno cerró gran parte de la economía. Ésta fue una de las primeras veces en la historia de EE UU en que el gobierno entregó dinero en efectivo directamente a los individuos. El gobierno también aumentó los beneficios por desempleo y concedió subvenciones a las empresas. Pero gran parte del dinero se destinó a otros usos.

Ahora ha pasado más de un año desde los primeros cierres por la covid. El desempleo oficial ha vuelto a bajar a poco más del 6%, la demanda de gasolina se acerca a los niveles anteriores a la covid. Los precios de la vivienda están marcando récords en toda la nación. Y el mercado de valores está alcanzando máximos históricos.

Sin embargo, los planes de gasto de estímulo no están ni siquiera cerca de terminar.

Inflación inminente

La administración Biden está trabajando actualmente en dos proyectos de ley de infraestructuras, uno de 2,3 billones de dólares, y otro, el Plan de familias estadounidenses, de 2 billones de dólares. “En conjunto, las ideas de estos planes pretenden redefinir lo que es la infraestructura, reforzando la ‘infraestructura humana’ junto con todo lo demás”, escribe Slate. “Es un nuevo tipo de populismo estadounidense”. Más exactamente, es socialismo estadounidense.

Este gasto se suma a los déficits presupuestarios usuales de un billón de dólares que el gobierno tenía antes de empezar a cerrar la economía.

Y al contrario de las afirmaciones de Powell, el presidente de la Fed, las leyes económicas de la oferta y la demanda se están imponiendo. Más dinero (debido a la impresión de dinero, al gasto gubernamental y a las dádivas del gobierno) persiguiendo una oferta constante o decreciente de bienes (debido al cierre global) significa que los mismos bienes y servicios cuestan más dólares.

“Un poco de inflación sienta bien al principio, porque los salarios aumentan y la gente se siente más rica”, dijo el asesor de inversiones Jared Dillian. “Pero las leyes de la economía no se dejan engañar. Lo que Powell está haciendo es lo que yo llamo populismo de banco central. Al principio hay inflación. Al final, hay revolución”.

¿Se ha fijado en el precio de la madera últimamente? Una hoja de madera contrachapada en su ferretería local cuesta ahora más de 65 dólares. Una 2x4 estándar cuesta 7 dólares. Los precios promedio de la madera se han disparado cerca del 200% en el último año. ¿Por qué? Debido a la escasez de oferta por los cierres de fábricas ordenados por el gobierno y a la creciente demanda por personas que están remodelando sus casas con las ayudas del gobierno.

La gasolina también se está encareciendo, con precios en todo el país que promedian 2,86 dólares por galón incluso antes de llegar la temporada de consumo del verano. El maíz ha subido un 67% año tras año y el jarabe de maíz está en casi todo. El trigo ha subido un 24% y la leche un 9%.

Esto no sólo está ocurriendo en EE UU. Los gobiernos de todo el mundo están imprimiendo dinero para gastar. Los precios de artículos de primera necesidad, como los alimentos, están subiendo. La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (fao) informa que los precios de los alimentos han subido un 24% en el último año alcanzando los niveles más altos desde 2013. ¿Recuerdan la Primavera Árabe? Algunos dicen que, como tantas revoluciones anteriores, comenzó como una revuelta por el hambre.

Otras materias primas también están costando más dólares este año: el cobre, 82%; la plata, 62%; el petróleo de Texas, 28% y el hormigón, 60% más.

Powell y la Reserva Federal aseguran que los efectos inflacionarios serán moderados y temporales. Sus comentarios suenan inquietantemente parecidos a los del ex presidente de la Fed, Ben Bernanke, de que la burbuja de las hipotecas subprime [de alto riesgo] estaba contenida. Eso condujo infamemente a la Gran Recesión de 2008.

Una gran diferencia entre aquella crisis y ésta es hacia dónde ha dirigido su respuesta la Fed. En 2008, el dinero que creó mediante la flexibilización cuantitativa se inyectó en el sistema bancario. Provocó una inflación de activos en sectores financieros como la bolsa y el mercado inmobiliario, pero evitó que los bancos se hundieran y causó menos inflación de la que muchos temían para los bienes de consumo. Esta vez, el dinero se está enviando directamente a los individuos y a las empresas. Cuando el gasto aumenta, la velocidad del dinero puede hacer que la inflación se dispare y el valor del dólar se desplome.

En otras palabras, la impresión masiva de dinero no arregló el problema económico fundamental en 2008, ni tampoco lo ha hecho este año. Hemos ocultado temporalmente una conmoción económica volcánica, y nos ha costado montañas de dinero hacerlo.

“En dos años, estaremos en 40 billones de dólares de deuda, y en dos años después de eso, si continuamos con este estímulo vamos a estar en 50 billones”, dijo Jim Puplava de Financial Sense Wealth Management. “En algún [punto], estos niveles de deuda son insostenibles”.

El gobierno de EE UU tuvo déficits de un billón de dólares bajo los presidentes Barack Obama y Donald Trump. Y eso fue en tiempos relativamente buenos.

“Si para estimular la economía ahora en recuperación se están gastando entre 6 y 7 billones de dólares al año, ¿qué habría que hacer al entrar en una recesión?”, dijo Puplava. “¿Qué tan grande deberá ser el estímulo para salir de la próxima recesión o depresión?”.

Es triste que nos hagamos esta pregunta. EE UU es la nación más rica de la historia del mundo. Sin embargo, su economía está condenada.

¿Por qué EE UU no gestiona mejor sus recursos?

Una lección antigua

Antes de asumir su cargo, todos los políticos deberían leer Génesis 41. También deberían hacerlo los presidentes de la Reserva Federal y los secretarios del Tesoro. Nuestros ciclos de auge y caída, nuestra agitación social inminente, las causas de tanto sufrimiento serían evitables, si tuviéramos la humildad de aprender.

Dios inspiró al líder de la nación más rica y poderosa del mundo a tener un sueño. Una de sus vívidas e inquietantes escenas era la de siete vacas gordas y sanas siendo devoradas por siete vacas esqueléticas y enfermas. No podía quitarse el sueño de la cabeza y ninguno de sus asesores en la capital podía decirle qué significaba o qué hacer.

Entonces, uno de sus empleados recordó a cierto esclavo encarcelado. Lo trajeron y dijo que el sueño significaba que la nación disfrutaría de siete años de abundancia fantástica, seguidos de siete años de hambruna. Aconsejó que los dirigentes ahorraran durante los años buenos para que la nación pudiera sobrevivir a los años de escasez.

Éste es el registro de cómo Dios utilizó a José para aconsejar al faraón de Egipto. Puede que usted conozca la historia. También podrían conocerla muchos de nuestros políticos modernos, sabios de la economía y magos financieros. Pero rechazan la lección: ¡hay que ahorrar para los años de escasez!

Pt202107 Es Free MoneyIncluso durante los mejores años de las dos últimas administraciones presidenciales, ni una sola vez el gobierno tuvo un superávit presupuestario. Recaudó cantidades récord de ingresos por impuestos, pero gastó aún más. La deuda nacional tardó más de 200 años en alcanzar un billón de dólares; subió a 10 billones en sólo 26 años en 2008; y en sólo 12 años superó los 27 billones. Nuestra deuda nacional ahora es mayor que la suma de todos los bienes y servicios que producen todos los estadounidenses en un año entero. Sin embargo, nuestros líderes, y muchos de nosotros, nos negamos a cambiar nuestro comportamiento y acatar las leyes económicas de causa y efecto.

Al menos durante su mandato el presidente Trump redujo los impuestos, permitiendo a la gente ahorrar más de sus ingresos. Pero, ¿quién de nosotros lo hizo? ¿Se preocupó un solo político por el aumento de la deuda durante la última presidencia?

Los líderes de EE UU más bien han motivado a la gente a comer su grano, luego a pedir prestado el grano a sus vecinos (y a otras naciones) y ¡comerlo también!

Cuando el gobierno cerró la economía aludiendo la covid-19, nadie estaba preparado. Los almacenes estaban vacíos. EE UU tuvo que recurrir a extremos monetarios aún más radicales y peligrosos para mantener la economía en marcha.

Hacer caso al consejo de José habría evitado gran parte de este desastre. Si los estadounidenses hubieran ahorrado en lugar de gastar, si se hubieran abstenido en lugar de darse un capricho, ellos y su gobierno tendrían abundantes ahorros a los que recurrir para sobrevivir a los años de escasez, y no estaríamos aplicando una política monetaria ficticia que garantiza infligirnos años futuros de escasez.

En cambio, EE UU tiene una moneda cada vez más enferma y una enorme pirámide de deuda.

El faraón fue lo suficientemente inteligente como para seguir el consejo de José. Cuando llegó la hambruna, el pueblo de Egipto tenía comida, lo que probablemente evitó una revolución. Las economías de las naciones vecinas fueron destruidas y, de hecho, Egipto se enriqueció aún más, ya que tanto los egipcios como los extranjeros se vieron obligados a vender sus rebaños y manadas y otras posesiones al gobierno egipcio a cambio de alimentos.

Si EE UU hubiera obedecido las leyes fundamentales de la economía en lugar de convertirse en una nación deudora aún más esclavizada, podría haberse convertido en acreedora del mundo. Como dice Proverbios 22:7: “El rico se enseñorea de los pobres, y el que toma prestado es siervo del que presta”.

¡Atienda la lección!

Al seguir el consejo de José, Egipto entró en la crisis desde una posición fortalecida y se convirtió en una superpotencia. El faraón ascendió a José a segundo al mando. Se le tuvo en tan alta estima que a su familia se le concedieron las tierras agrícolas más selectas de Egipto, y después, cuando murió su anciano padre, los egipcios lo lloraron como si fuera uno de los suyos.

La buena noticia es que, aunque EE UU se niegue a aprender esta lección, usted puede aprenderla. Dios quiere que usted prospere, incluso durante las graves depresiones económicas. El nombre de José se convirtió en sinónimo de prosperidad. “Más [el Eterno] estaba con José, y fue varón próspero (…) Y (…) [el Eterno] lo hacía prosperar en su mano” (Génesis 39:2-3). Aquellos que obedecen las leyes de Dios se enfrentan a pruebas y dificultades, y José es un buen ejemplo. Pero si Dios pudo tomar a un extranjero injustamente esclavizado y encarcelado y prosperarlo en carácter, estatura y riqueza, puede prosperarlo a usted, sin importar su condición.

Dios prosperó a José por una razón: José entendió y siguió las leyes de Dios.

Lo crea o no, todo el mundo podría tener pronto la oportunidad de beneficiarse de la gestión económica de José.

Los lectores antiguos de esta publicación saben que la situación económica de EE UU y de las naciones del mundo es irremediable. Sin embargo, Dios pronto intervendrá personalmente y salvará a la humanidad de sí misma, del pensamiento sin ley que nos hunde en el desastre, el sufrimiento y la muerte (económica y de otro tipo). Cuando Jesucristo regrese, como profetiza la Biblia, volverá para asumir el gobierno de todas las naciones. Enseñará y hará cumplir la ley de Dios. Inspirará y obligará a los seres humanos a seguir las leyes de causa y efecto que producen paz, prosperidad y propósito (vea Miqueas 4:1-4).

En su folleto The Wonderful World Tomorrow-What It Will Be Like (El Maravilloso mundo de mañana, cómo será), Herbert W. Armstrong describió este tiempo futuro, cuando la gente obedecerá las leyes económicas de Dios en todo el mundo: “La especialidad [de José] era encargarse de la economía, de la prosperidad. Y lo que hizo, lo hizo según los principios de Dios. Por lo tanto, parece claro que José será nombrado director de la economía mundial: la agricultura, la industria, la tecnología y el comercio, y también del dinero y el sistema monetario…”.

“Sin lugar a dudas, José desarrollará una gran organización totalmente eficiente de seres inmortales hechos perfectos, que trabajarán con y bajo él en esta enorme administración. Será una administración que eliminará el hambre, la inanición y la pobreza. ¡No habrá barrios asolados por la pobreza, sino prosperidad universal!”.

¡Prosperidad universal! Trabajo duro universal, ahorro, autodisciplina, gasto sabio y crecimiento de la riqueza y el carácter.

Se avecinan años de escasez. Aprenderemos por las malas que las teorías, sistemas e instituciones de los seres humanos están viciados hasta sus cimientos. Pero la Biblia nos da esperanza para los años que siguen, cuando los seres humanos finalmente se sometan a su Creador. Ésta es nuestra última, mejor y única esperanza, para Estados Unidos y para el mundo. 


¡ÉL TENIA RAZÓN!

Estados Unidos ha sido la única superpotencia del mundo durante años. Su ejército es más grande, más avanzado y con más experiencia que los siguientes ejércitos combinados. Dispone de un arsenal nuclear sin igual, que se puede lanzar por tierra, mar, aire y de forma sigilosa, así como municiones inteligentes, armas cibernéticas y apoyo logístico que mueve montañas de hombres y material por todo el mundo.

Sin embargo, Herbert W. Armstrong predijo en 1961 que Estados Unidos había ganado su última guerra. Ahora la Trompeta pronostica que la superpotencia estadounidense ha librado su última guerra. Estos pronósticos se basan no sólo en evaluaciones de inteligencia o lecciones de la historia. Se basan en las profecías de la Biblia. Léalas usted mismo en Él tenía razón.