
JULIA GODDARD/la trompeta
Cómo Trump está transformando el mundo
“Desearía poder trabajar para una administración que avanzara tan rápido”. Esto es lo que un veterano de la administración Biden admitió a Axios durante el reciente viaje del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, al Oriente Medio, que rompió con la norma.
Lo ame o lo odie, el Presidente ciertamente se está moviendo con rapidez. Incluso sus enemigos quedan impresionados por su audacia.
Un antiguo alto funcionario del Departamento de Estado de la época de Biden dijo que Trump: “tiene la capacidad de hacer cosas políticamente que los presidentes anteriores no hicieron, porque tiene una completa autoridad incuestionable sobre la bancada republicana”.
Rob Malley, que se ocupó de las conversaciones con Irán bajo las presidencias de Obama y Biden, dijo: “Es difícil no sentirse al mismo tiempo aterrorizado ante la idea del daño que puede causar con semejante poder, y sobrecogido por su voluntad de destrozar descaradamente tantos tabúes perjudiciales”.
Llámelo el “perturbador en jefe”.
En apenas unos meses, el presidente Trump ha impulsado agresivamente las conversaciones de paz para poner fin a la guerra entre Rusia y Ucrania, la guerra entre Israel y Hamás y el conflicto entre India y Pakistán. Ha intentado convencer a Irán para que se siente a la mesa, ha negociado una tregua con los hutíes excluyendo a Israel y ha levantado las sanciones a Siria. Ha alterado la economía internacional imponiendo aranceles, intensificando una guerra comercial con China y castigando incluso a aliados como Canadá, México y la Unión Europea. Retiró a EE UU de la Organización Mundial de la Salud, del Consejo de Derechos Humanos de la ONU y del Acuerdo de París; dejó de financiar el Organismo de Obras Públicas y Socorro de la ONU y redujo la presencia de EE UU en la otan. Mientras tanto, hace flotar ideas controvertidas como apoderarse de Gaza y anexionarse Canadá y Groenlandia. Está provocando cambios dramáticos en elecciones extranjeras, impulsando a las naciones a aumentar el gasto militar, tensando las alianzas, empujando a los enemigos a unirse y remodelando la dinámica geopolítica.
Algunos de estos movimientos fueron positivos y necesarios. Algunos están teniendo el efecto deseado. El presidente Trump está trabajando para reconstruir la fuerza y la estatura de EE UU y para cimentar su propio legado como pacificador. Pero no se da cuenta de que sus decisiones tienen consecuencias imprevistas y de largo alcance. De hecho, ¡están impulsando las principales profecías bíblicas del tiempo del fin hacia su cumplimiento! Acontecimientos mundiales sobre los que la Trompeta y nuestra predecesora, La Pura Verdad, han advertido durante décadas con base en la profecía bíblica se están acelerando más que nunca.
Este es un ejemplo espectacular de la ley de las consecuencias imprevistas.
Entre las formas en que el presidente Trump está transformando el mundo, aquí está la más trascendental: sin darse cuenta, está fomentando el surgimiento de al menos cinco bloques de poder profetizados. Y lo verdaderamente notable es cómo se profetiza que estas alianzas extranjeras acelerarán la caída de EE UU.
unoUna potencia militar europea
Una de las primeras prioridades internacionales de la administración Trump fue reprender a Europa. El secretario de Defensa, Pete Hegseth, y el vicepresidente, J. D. Vance, recorrieron las capitales de la UE exhortando a las naciones a elevar su gasto militar al 5% de su producto interno bruto, frente al objetivo del 2% que Trump había impulsado durante su primer mandato. Estaba anunciando que EE UU ya no pagará la defensa de Europa.
Alemania captó el mensaje. Antes incluso de ser investido canciller, Friedrich Merz consiguió cambiar la constitución de la nación para levantar todas las restricciones al préstamo de dinero para gastos militares. Inició conversaciones con Francia para compartir armas nucleares. En su primer discurso tras ganar las elecciones en febrero, dijo: “Mi prioridad absoluta será fortalecer Europa lo más rápidamente posible para que, paso a paso, podamos alcanzar realmente la independencia de EE UU”. Aprovechó su discurso de investidura ante la asamblea legislativa para prometer “todos los recursos financieros que la Bundeswehr necesita para convertirse en el ejército convencional más fuerte de Europa”.
Merz también prometió un liderazgo más fuerte para toda Europa. “Europa mira hoy a Alemania”, dijo. “Europa espera algo de nosotros. El nuevo gobierno alemán acepta esta responsabilidad”.
A esto hay que añadir la guerra comercial del presidente Trump. El 2 de abril anunció aranceles a Europa y prácticamente al resto del mundo. La UE respondió de nuevo agrupándose, celebrando frenéticas reuniones de alto nivel para reforzar la unidad europea y presentar un frente unido contra EE UU.
Los líderes de la UE saben que actualmente están en desventaja en las negociaciones comerciales. Mientras que EE UU puede sentarse con representantes del gobierno chino y hablar de aranceles, impuestos, regulaciones, tipos de cambio y política industrial, este proceso es mucho más complicado con la UE, ya que estas responsabilidades están repartidas entre los funcionarios de la UE y los gobiernos nacionales. Los aranceles del presidente Trump enfocaron la atención europea en la necesidad urgente de un solo gobierno, dirigido por un hombre, orquestando todo el espectáculo.
Europa se rearma, Europa se une, el ascenso de un hombre fuerte: éstas son algunas de las predicciones más destacadas y constantes de la Trompeta.
En enero, el editor de la Trompeta, Gerald Flurry, escribió: “Preste mucha atención a los acontecimientos en Alemania. El futuro de esta nación es débil si algo no cambia. Pero la profecía bíblica nos advierte que Alemania está a punto de conmocionar al mundo con su poder. Para lograrlo, necesita un líder fuerte, algo de lo que carece en estos momentos”. Llamó la atención sobre el colapso del gobierno de coalición alemán al día siguiente de las elecciones presidenciales de EE UU. “La victoria de Donald Trump seguramente creará más urgencia en Alemania para resolver su crisis política”, escribió, señalando un titular del New York Times: “Lo que le falta a Europa: Un líder fuerte para una nueva era Trump”.
“Creo que los recientes acontecimientos en Alemania abrirán, de un modo u otro, la puerta a este hombre fuerte”, explicó el Sr. Flurry. “Es una profecía a la que realmente debemos prestar atención”.
El segundo mandato del presidente Trump ha puesto de manifiesto la debilidad de Europa y su imperiosa necesidad de un liderazgo sólido. Espere a que ese vacío se llene... pronto.
dos Una alianza asiática
El verano pasado, Japón navegó con un destructor en aguas chinas y China respondió enviando aviones de combate al espacio aéreo japonés, algo sin precedentes en su historia.
Estas dos naciones tienen décadas de enemistad. Japón mató a 15 millones de chinos en la Segunda Guerra Mundial, muchos de ellos en brutales masacres. Los líderes japoneses siguen negando sus crímenes de guerra, sus libros de texto glorifican a quienes los llevaron a cabo y han rechazado las peticiones de China de una disculpa oficial del emperador de Japón. Ambas naciones reclaman las islas Senkaku. China reclama Taiwán; Japón se opone y quiere que siga siendo independiente. Japón se ha pronunciado a menudo contra los abusos de los derechos humanos y la persecución de los uigures por parte de China, lo que ha provocado roces diplomáticos, sanciones comerciales y amenazas militares.
Corea del Sur tiene problemas con ambas naciones. También fue brutalizada por Japón durante la Segunda Guerra Mundial y ha recibido pocas disculpas. También ha discutido con China sobre derechos marítimos, ya que barcos chinos han alejado a barcos surcoreanos de lo que Corea considera sus aguas territoriales. Comparte la preocupación de Japón por las ambiciones chinas en Taiwán y por sus violaciones de los derechos humanos.
Conseguir que estos tres países trabajen juntos, refuercen el comercio y la diplomacia y realicen gestos simbólicos de amistad es una hazaña importante. Sin embargo, eso es lo que está ocurriendo, gracias a Donald Trump.
En respuesta a los aranceles del presidente Trump, Japón, China y Corea del Sur han estado trabajando en su propio acuerdo de libre comercio. También están mejorando el acuerdo comercial de Asociación Económica Integral Regional que comparten entre sí junto con Australia, Nueva Zelanda, Indonesia, Filipinas y muchos otros. Sus tres ministros de Comercio se reunieron el 30 de marzo, pocos días después de que sus ministros de Asuntos Exteriores se reunieran por primera vez desde 2023.
Los aranceles de Trump están aislando a estas naciones asiáticas de
los consumidores estadounidenses, y están buscando formas de salir
adelante sin su mayor cliente. Ambrose Evans-Pritchard, de The
Telegraph, lo calificó de “una de las derrotas económicas más
impactantes sufridas por EE UU de las que he sido testigo en más de 40
años cubriendo asuntos internacionales”
(1 de abril).
“A todos los efectos, EE UU es ahora una nación rebelde en lo que respecta al comercio”, afirmó Michael Gasiorek, de la Universidad de Sussex. “No creo que se esté produciendo una guerra comercial mundial. EE UU está librando una guerra comercial con todo el mundo, pero los demás están deseando cooperar aún más” (ibíd.).
Rusia y China ya están lo más unidas que han estado dos grandes potencias en la historia. Ahora, gracias a Trump, toda Asia empieza a unirse en torno a ese núcleo. Incluso viejos adversarios se están uniendo.
Mientras observamos cómo se desarrolla esto, ¡estamos presenciando la formación de una alianza profetizada en detalle en la Biblia!
“La Escritura profetiza dos grandes potencias militares que surgirán en los últimos días”, escribió Herbert W. Armstrong en 1934, “una será el resurgimiento del Imperio romano mediante una federación de 10 naciones en el territorio del antiguo Imperio romano; la otra (…) Rusia, con sus aliados”(La Pura Verdad, junio-julio de 1934).
La Biblia describe esta alianza como “los reyes del oriente” (Apocalipsis 16:12). Otros pasajes como Ezequiel 38 explican con exactitud quién estará implicado. Estos pasajes hablan de Rusia y China en lenguaje bíblico. Los nombres “Gomer” y “Tarsis” se refieren a Japón y a los pueblos del sureste asiático. Con base en estas profecías, La Pura Verdad de abril de 1968 escribió: “A pesar de sus muchas diferencias nacionales, religiosas y políticas, Asia se unirá para formar un bloque de poder común. En última instancia, enviará su fuerza militar a Oriente Medio al regreso de Jesucristo. Esta profecía está registrada en Apocalipsis 16:12 y 16. Japón desempeñará un papel vital en esta batalla”.
Nuestro folleto gratuito Rusia y China en profecía detalla lo que la Biblia dice de estos “reyes” orientales. El segundo mandato del presidente Trump está acelerando rápidamente el ascenso de este segundo gran bloque de poder.
tres Un emporio de las naciones
Los aranceles de Trump no sólo están uniendo a Asia: están uniendo al mundo. La UE respondió comprometiéndose inmediatamente a colaborar más estrechamente con Latinoamérica, Suráfrica y otros países. El líder chino Xi Jinping se reunió con los directivos de Mercedes, bmw, Qualcomm y otras empresas. Levantó las sanciones impuestas a los miembros del Parlamento Europeo, a los que había castigado por denunciar las violaciones de los derechos humanos cometidas por China. Xi también se reunió con el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, e instó a Europa a unir fuerzas con China para defender el comercio mundial.
La profecía del tiempo del fin describe una alianza europea liderada por un hombre fuerte alemán. Este “rey del norte” y los “reyes del oriente” asiáticos son potencias rivales destinadas a hacer guerra entre sí. Antes de que estos dos bloques lleguen chocar, la Biblia profetiza que trabajarán juntos para derribar a EE UU.
Isaías 23 es un capítulo crítico que profetiza que estos bloques forman un “emporio [mercado] de las naciones”, una alianza económica que abarca potencias lejanas que comercian a través de “mares” y “muchas aguas”. Este “emporio” incluye a Tiro, un nombre profético para el imperio comercial que se levanta en Europa; Apocalipsis 18 también describe el comercio extravagante y la inmensa riqueza que generará esta potencia europea. Este “emporio” también incluye a Quitim, una referencia a China, y a Tarsis, una referencia a Japón. Gracias a los vínculos económicos y culturales de Europa con Latinoamérica, este continente también se nutrirá del poder de este enorme bloque económico.
Considere el alcance de esta confederación: Europa, Latinoamérica, China, Japón y los demás reyes del oriente, todos interconectados comercialmente, ¡y bloqueando a EE UU!
Deuteronomio 28:52 profetiza que si EE UU no se vuelve a Dios, será “sitiado”, privado del comercio mundial. Eso es exactamente lo que este “emporio” infligirá sobre EE UU. El Sr. Flurry escribió acerca de esta profecía: “Si Europa encuentra la forma de aprovecharse de los recursos clave y de las posesiones estratégicas de China, Rusia y Japón —incluso durante un breve periodo— entonces tendría poder más que suficiente para sitiar a las naciones anglosajonas” (la Trompeta, julio de 2016).
Esta alianza se está formando ante sus ojos. Las mismas potencias descritas en esta profecía están unidas por la cuestión del comercio, y el comercio hace superpotencias. Esta tendencia se ha acelerado drásticamente desde que Trump volvió al poder.
cuatro La alianza del Salmo 83
El presidente Trump también está reescribiendo por sí solo la política estadounidense en Oriente Medio. Su viaje en mayo a Arabia Saudí, Catar y los Emiratos Árabes Unidos —y no a Israel— provocó elogios en algunos sectores, preocupación en otros y un temor real entre los israelíes.
La naturaleza revolucionaria de sus intenciones quedó clara en su primer discurso en Riad. Trump elogió a los líderes árabes por los avances materiales visibles en sus capitales y criticó a “los llamados constructores de naciones, neoconservadores o liberales sin ánimo de lucro” por sus fracasos. Por lo tanto, rechazó décadas de política inútil en Oriente Medio y enseguida empezó a trazar una nueva política que está destinada a resultar aún peor.
En su viaje, el presidente Trump firmó con Arabia Saudí el “mayor acuerdo de cooperación en materia de defensa de la historia de EE UU”, que asciende a casi 150.000 millones de dólares. Se desconocen los detalles específicos, pero se dice que incluye material militar de última generación para la fuerza aérea y el espacio, defensa aérea y antimisiles y seguridad marítima. El acuerdo no sólo asegura el suministro de algunos de los equipos militares más avanzados del mundo, sino que también legitima a la monarquía árabe, que intenta sacudirse su imagen de caldo de cultivo del terrorismo.
Trump se está mostrando más que dispuesto a pasar por alto esas asociaciones terroristas, no sólo con los saudíes, sino también con Catar, con los asesinos de Hamás, con los hutíes de Yemen, incluso con los islamistas de Irán. Trátele con suficiente deferencia, ofrézcale suficientes incentivos económicos, regalos y promesas, y estará convencido de que el radicalismo ha pasado y de que todo va bien.
Trump ha dado prioridad a los acuerdos económicos sobre la diplomacia tradicional. Está aprovechando la riqueza del Golfo para impulsar los intereses de EE UU, tratando a estas naciones como socios comerciales y amigos. Los saudíes prometieron invertir unos 600.000 millones de dólares en EE UU. Trump les animó a unirse a los Acuerdos de Abraham y a mediar en conflictos como el de Rusia-Ucrania, elevando su papel global. También firmó un acuerdo económico en Catar por valor de 1,2 billones de dólares.
En el mismo viaje relámpago, Trump también sorprendió al mundo al anunciar que levantaría todas las sanciones estadounidenses a Siria. Para regocijo del príncipe heredero saudí y del presidente turco, dijo que quiere apoyar la recuperación económica de Siria y estabilizar la región, “para darles una oportunidad de grandeza”, incluso si eso significa pasar por alto los vínculos del nuevo gobierno con el terrorismo. “Es su momento de brillar”, dijo. “Vamos a quitarles todas [las sanciones]. Buena suerte, Siria; demuéstranos algo muy especial”.
Trump luego se reunió personalmente con el presidente sirio Ahmed al Sharaa. Hace cinco meses, EE UU ofrecía una recompensa de 10 millones de dólares por la cabeza de este hombre debido a su lucha con Al Qaeda contra las fuerzas estadounidenses en Irak. Pero desde que lideró al grupo rebelde Hayat Tahrir al-Sham en el derrocamiento del dictador Bashar Assad el pasado diciembre, Sharaa viste traje y dice cosas bonitas. Muchos sospechan que su retórica moderada es sólo una táctica para ganar legitimidad, y no un verdadero alejamiento de su historial de extremismo de décadas, pero Trump hizo a un lado estas preocupaciones.
Hay mucho de lo que preocuparse con el acercamiento de la administración Trump a estos Estados musulmanes. Abundan los posibles conflictos de intereses, con Catar regalando un avión de lujo al presidente, y la empresa familiar de Trump construyendo un nuevo complejo de golf de lujo en Catar. El presidente de Siria, antiguo personaje de Al Qaeda y del Estado Islámico, se ofreció a permitir una Torre Trump en Damasco. Mientras tanto, existe la preocupación de que los acuerdos sobre Inteligencia Artificial con los Estados árabes del Golfo puedan permitir inadvertidamente que China acceda a tecnologías estadounidenses sensibles, comprometiendo potencialmente la seguridad nacional de EE UU.
Y lo que es más importante, este tipo de acuerdos deposita una enorme confianza en el corazón de hombres inestables y peligrosos. Realmente no existe una línea clara entre los carniceros de Hamás y los príncipes del Golfo; son simplemente expresiones diferentes de una cultura hostil a Occidente, que finge astutamente amistad para servir a sus fines.
Estos movimientos son extraordinarios cuando se ven a la luz de la profecía bíblica.
Esperamos que Europa, en particular Alemania, entre en Siria. La caída de Assad creó una apertura perfecta. Alemania comenzó inmediatamente a trabajar con el nuevo gobierno a pesar de todas las preocupaciones sobre el extremismo. Ha querido ayudar a Siria a reconstruirse, pero las sanciones de EE UU lo han dificultado. El levantamiento de las mismas por parte de Trump despeja el camino para importantes inversiones alemanas y una cabeza de playa diplomática en Oriente Medio.
La profecía del Salmo 83 describe una alianza de varios Estados árabes, incluyendo Siria y Arabia Saudí, con Alemania y Turquía. El cambio en Siria es emblemático de toda la naturaleza de la alianza. Se trata de una confederación marcada no sólo por la enemistad hacia Israel, sino también por el engaño. Sus naciones fingen amistad con los mismos pueblos a los que desprecian mientras planean atacar.
Los movimientos de Trump en Oriente Medio, en particular sus acercamientos a Siria, hacen avanzar esta profecía de forma asombrosa. Turquía fue directamente responsable del éxito de Sharaa en deponer a Assad. Arabia Saudí respalda al hombre de Turquía y facilitó la reunión con Trump. Siria —hasta hace poco aliada íntima de Irán— se está congraciando con otros Estados árabes e incluso con Occidente. Todos están trabajando juntos de maneras impensables hace apenas unos meses. Y Alemania está deseando unirse a la fiesta.
La profecía advierte que los extremistas y los jeques patrocinadores del terrorismo a los que el presidente Trump está dando la mano van a resultar ser unos amigos realmente traicioneros.
cinco El rey del sur
Una de las iniciativas más sorprendentes que el presidente Trump ha impulsado durante su segundo mandato es su esfuerzo por alcanzar un acuerdo nuclear con Irán. Fue él quien, con razón, acabó con el acuerdo nuclear del presidente Barack Obama. Pero algo ha cambiado en su segundo mandato. Ahora parece decidido a crear otro acuerdo que podría ser aún peor.
El Sr. Flurry ha identificado a Irán, líder del islam shií y principal estado patrocinador del terrorismo en el mundo, como el “rey del sur” profetizado en Daniel 11:40. La profecía muestra que este bloque incluirá a Irak, Egipto, Libia, Etiopía y otras naciones. (Solicite su ejemplar gratuito del folleto del Sr. Flurry El rey del sur). Esta alianza es la contraparte en Oriente Medio a la alianza del Salmo 83 y probablemente se repartirá entre shiíes y suníes. Durante años hemos seguido los esfuerzos de Irán por infiltrarse y dominar estas naciones, así como por adquirir armas nucleares para ejercer y proyectar su poder.
Durante los últimos 25 años, el régimen radical de Irán se vio debilitado y vulnerable al colapso más de una vez, y el liderazgo estadounidense le lanzó un salvavidas. Obama lo hizo apoyando a los mulás durante la Primavera Árabe, en lugar de ponerse del lado de la población oprimida, descontenta y rebelde de Irán. Luego lo hizo con un acuerdo nuclear que desbloqueó millones en efectivo y un camino hacia un programa de armas nucleares sin restricciones. Ahora lo hace el presidente Trump al ofrecer eliminar las sanciones y empezar a tratar a Irán como un socio comercial.
El presidente Trump ha alternado entre amenazas descaradas contra Irán y promesas melosas. En una entrevista en Fox News al final de su viaje a Oriente Medio, dijo: “Irán quiere comerciar con nosotros, ¿de acuerdo? Si pueden creerlo, me parece bien. Yo utilizo el comercio para saldar cuentas y hacer la paz. Pero le he dicho a Irán que hagamos un trato”. Anunció que Irán y EE UU tienen “más o menos” un acuerdo nuclear. “Irán ha aceptado más o menos los términos”, dijo, y añadió: “No vamos a generar polvo nuclear en Irán”. Pero Irán ha rechazado repetidamente estas ofertas y ha dicho que sólo aceptará un acuerdo nuclear mejor que el que dio Obama.
La idea de que la cabeza de la serpiente terrorista islamista abandonará sus ambiciones radicales de larga data es desesperadamente ingenua. Pero eso es lo que está impulsando el enfoque de Trump.
Esto hace que el único verdadero aliado de EE UU en Oriente Medio, Israel, sea extremadamente vulnerable. Irán ha expresado en repetidas ocasiones sus ambiciones genocidas de borrar a Israel del mapa. Los israelíes tienen una necesidad existencial de mantener a Irán bajo control.
A medida que la administración Trump sale a la caza de acuerdos de paz, muestra cada vez más impaciencia ante la resistencia de Israel. Hizo unilateralmente un acuerdo con Hamás para conseguir la liberación de un rehén estadounidense sin tener en cuenta a los rehenes israelíes, y ha presionado a Israel para que ponga fin a su guerra contra Hamás. Aceptó unilateralmente detener los ataques contra los hutíes a cambio de garantías de seguridad en el mar Rojo, a pesar de los continuos ataques con misiles de los hutíes contra Israel. Y entonces alguien de la administración Trump filtró información a cnn de que Israel planeaba atacar Irán sin la bendición de EE UU. Es una señal ominosa de lo descontentos que están con Israel y de cómo presionan a Israel para que deje en paz a Irán. Mientras Trump reescribe las reglas en Oriente Medio y cambia el equilibrio de poder de la región, Israel no está en la mesa de debate.
Israel esperaba que la transición de Joe Biden a Donald Trump aportara mucho más apoyo y seguridad. En cambio, parece que su enemigo más formidable, Irán, va a salir de algún modo aún más fortalecido. A pesar de todas las esperanzas en sentido contrario, los movimientos de Trump parecen estar acelerando el ascenso del profetizado rey del sur.
Grande otra vez
En Great Again [Grande otra vez], el Sr. Flurry demuestra que el tiempo del presidente Trump en el cargo fue profetizado. Basado en estas profecías, él escribe: “La Biblia tiene mucho que decir sobre el estado actual de EE UU. Explica la razón inspiradora por la cual esta nación fue tan grande, y el por qué ha sido tan ricamente bendecida.
“La Biblia también profetiza que estas bendiciones serán quitadas en nuestros días —sustituidas por terribles maldiciones— a causa de los pecados del pueblo. Sí, como consecuencia del profundo y creciente materialismo, egoísmo, lujuria, inmoralidad e idolatría entre el pueblo estadounidense, ¡esas maldiciones profetizadas están descendiendo rápidamente!
“Los problemas de EE UU son espirituales, y resolverlos requiere soluciones espirituales, ¡empezando por el arrepentimiento! Pero los estadounidenses están demasiado atrincherados en su pecado para hacerlo. Así que las maldiciones nacionales van a empeorar mucho antes de que la situación mejore.
“Cuando se comprende esta dimensión espiritual, resulta mucho más fácil entender por qué el presidente Obama hizo las cosas que hizo, y por qué el daño que causó no se revertirá poniendo a un hombre diferente en su cargo”.
Esa es la realidad actual. El Sr. Trump ha enfrentado algo del mal del Sr. Obama, pero no ha llevado a la nación al arrepentimiento. Así que Dios está permitiendo que el poder estadounidense se vea comprometido y que las potencias extranjeras hostiles se alcen, militaricen, cooperen y se afilien. Permite el surgimiento de una confederación islámica destinada a catalizar una guerra mundial. Sigue preparando unos Estados Unidos de Europa que castigarán a EE UU y una alianza asiática que acabará enfrentándose a ese imperio.
Es verdaderamente asombroso cómo las acciones del presidente Trump están impulsando todas estas tendencias proféticas del tiempo del fin; tendencias que, a pesar de toda la fuerza y el fervor del Sr. Trump por EE UU, contribuirán a nuestra catastrófica caída.
Pero ahí no acaba la historia. Como también escribe el Sr. Flurry en Great Again, “La Biblia también explica el propósito definitivo de Dios al permitir que estas maldiciones desciendan sobre EE UU. Siempre que Dios castiga, lo hace para que las personas se vuelvan hacia Él. ¡Las Escrituras profetizan que las maldiciones que EE UU experimenta hoy son en realidad un preludio de la revitalización y restauración nacionales!
“¡EE UU, de hecho, pronto será grande otra vez!”