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Bolsheviks, American

HEIDI RODIS/LA TROMPETA

Bolcheviques estadounidenses

¿Podría un evento tan violento como la Guerra Civil Rusa ocurrir alguna vez en Estados Unidos?

A medida que EE UU se acerca a las elecciones presidenciales de noviembre de 2020, la nación está profundamente dividida. Y esta división no es sólo entre republicanos y demócratas. El propio Partido Demócrata está profundamente dividido entre socialistas moderados como Pete Buttigieg y Michael Bloomberg y socialistas radicales como Elizabeth Warren y Bernie Sanders.

Esta división hace recordar la división entre los mencheviques y los bolcheviques más radicales durante la “Revolución de Octubre”, o Revolución Bolchevique, en Rusia.

Esta es historia que todo estadounidense necesita entender.

La Revolución Bolchevique desató algunos de los eventos más violentos de la historia mundial. Vladímir Lenin y sus partidarios derrocaron al gobierno ruso en 1917, luego reorganizaron por la fuerza al imperio transformándolo en el primer Estado socialista del mundo. Esta revolución desató una guerra civil que mató a 10 millones de personas. Los bolcheviques ganaron, consolidaron su poder y establecieron un Estado soviético que asesinó a otros 50 millones de personas. En total, los bolcheviques asesinaron a tantas personas como las que murieron en la Segunda Guerra Mundial.

Sin embargo, según algunos empleados pagos que trabajan para el candidato presidencial Bernie Sanders, la Revolución Bolchevique no fue del todo mala. Estos socialistas radicales dicen que, aunque iniciar una Revolución Bolchevique en EE UU no es recomendable, puede ser necesario.

Un organizador de campo de Sanders, Mason Baird, dijo en un video grabado en secreto por el Proyecto Veritas: “Necesitaríamos un gobierno federal y un movimiento sindical trabajando en conjunto a fin de quitarle el poder a los capitalistas y dirigir preferiblemente la violencia hacia la propiedad. (...) Un movimiento laboral militante es nuestra última oportunidad real antes de intentar otros medios de acción. (...) Después de eliminar a los terratenientes, no tenemos que matarlos, eso es lo que pienso; creo que es perjudicial para el alma, pero hubo muchos excesos en 1917 que yo desearía evitar. (...) No me entusiasma la perspectiva de una lucha armada”.

Este hombre no está hablando de estrategia política o de cuáles estados “campo de batalla” son claves para que su candidato gane la mayoría de los votos. Está hablando de campos de batalla reales. El actual sistema de EE UU tiene que ser derribado, dice él. Si podemos hacerlo sin matanzas a gran escala, genial; pero si no podemos, siempre se puede recurrir a nuestro plan de respaldo y matar a 10 millones de hombres, mujeres y niños.

Sorprendentemente, a pesar de estar expuesto en este video, Baird sigue siendo un miembro pagado a tiempo completo por la campaña de Sanders. Más chocante aún, Baird fue en realidad una de las personas más moderadas reveladas por los investigadores del Proyecto Veritas.

El estadounidense promedio probablemente piensa que un evento tan violento como la Revolución Bolchevique jamás podría ocurrir en EE UU. Pero no se da cuenta de que existe un movimiento organizado, activo y poderoso que trabaja para abolir la Constitución de EE UU y establecer un sistema de gobierno comunista.

La historia y las profecías bíblicas muestran que, si los estadounidenses no se vuelven hacia Dios en arrepentimiento, sufrirán una guerra civil muchas veces peor que la Revolución Bolchevique.

Radicales fanáticos

Mason Baird está lejos de ser el único comunista que trabaja para el senador Bernie Sanders. Otro organizador de campo en Carolina del Sur, Daniel Taylor, dijo a los reporteros del Proyecto Veritas que los planes están en marcha para una acción extrema.

“No queremos asustar a la gente. Primero tenemos que sondear antes de meternos en lo más loco”, dijo él. “Ustedes saben, nosotros hablamos de organizaciones más extremistas como Antifa, ustedes hablaban de los Chalecos Amarillos [manifestantes franceses], y de todo eso, pero por ahora lo estamos dejando en suspenso. (...) De todos modos, el cambio no será fácil. Incluso si Bernie es elegido, el cambio no será rápido ni fácil, por lo tanto, independientemente del resultado, es importante que mantengamos las conexiones que hagamos ahora en la campaña con las personas y los voluntarios. Es desafortunado que tengamos que hacer planes para una acción extrema, pero como he dicho, no nos la van a dar, incluso si Bernie es elegido”.

Taylor no detalló el tipo de “acción extrema” que estaba considerando. Pero un organizador de campo de Iowa para la campaña de Sanders, Kyle Jurek, dijo a los reporteros del Proyecto Veritas que, si Donald Trump es reelegido, las ciudades “arderán”.

“Lo único que entienden los fascistas es la violencia”, dijo Jurek, refiriéndose a los partidarios de Trump. “Entonces, la única forma de enfrentarlos es con violencia”. En otra conversación, Jurek sugirió que los partidarios del presidente Trump deberían ser reeducados en campos de prisioneros. “Hay una razón por la cual Joseph Stalin tenía gulags, ¿verdad?”, dijo él. “En realidad, los gulags eran mucho mejores de lo que la cia nos ha dicho que eran. La gente recibía un salario digno en los gulags; tenían visitas conyugales en los gulags. En realidad, los gulags servían para la reeducación. Excelente manera de quitar a un (...) multimillonario sus privilegios y la idea de que son superiores: Salir afuera y romper rocas durante 12 horas al día. Ahora eres una persona de la clase trabajadora y vas a (...) aprender lo que eso significa, ¿verdad?”.

Increíblemente, Jurek puede que no sea el empleado más radical de Sanders grabado en el video. Cuando los reporteros encubiertos del Proyecto Veritas le preguntaron al organizador de la campaña de Sanders, Martin Weissgerber, qué haría si Sanders perdiera las elecciones, él respondió: “Me armaré de inmediato. Quiero aprender a disparar e ir a entrenar. Estoy listo para la (...) revolución, hermano (...) te lo aseguro. Guillotina a los ricos”.

Bernie Sanders, quien está tratando de convertirse en presidente de EE UU, no ha condenado estos comentarios. Él ha mantenido a todos los que los dijeron como personal pago en su campaña.

Revolución resurgente

En su forma original, el socialismo significa que el gobierno controla la economía. No es dueño solamente del Servicio Postal, es dueño de todo y sin competencia: minas, molinos, refinerías, constructoras, vías férreas, fábricas de automóviles, transportistas, distribuidores, puertos, aerolíneas, telecomunicaciones, medios de comunicación, bancos, escuelas, hospitales, granjas, tiendas de comestibles, restaurantes, todo; es dueño de todo. La mayoría de los socialistas estadounidenses dicen que el gobierno no tiene que ser literalmente dueño de todos los negocios mientras los controle a través de pesadas regulaciones e impuestos.

Personas como el senador Sanders hacen hincapié en que son socialistas “democráticos”, lo que significa que este gobierno enormemente poderoso que ellos quieren crear será votado por la mayoría del pueblo. Sanders lo dice para distanciarse de las violentas atrocidades cometidas por el “comunismo autoritario” en la Unión Soviética. Algunos se consuelan con esta distinción. Pero no deberían hacerlo.

Vladímir Lenin se unió al Partido Laborista Socialdemócrata ruso en 1902. Él dijo que las masas deben ser lideradas por un partido de “vanguardia”, el partido de vanguardia debe ser dirigido por un liderazgo central y el liderazgo central debe ejercer un enorme poder. La mayoría de la gente del partido estuvo de acuerdo. Ellos comenzaron a llamarse bolcheviques, que viene de la palabra rusa para “mayoría”. Aquellos que querían que el liderazgo del partido permaneciera descentralizado fueron llamados mencheviques, de la palabra rusa para “minoría”.

En ese tiempo, el Partido Laborista Socialdemócrata Ruso era un pequeño partido de jóvenes intelectuales. En 1907, había sólo 38.200 mencheviques y 46.100 bolcheviques. Tres de cada cuatro bolcheviques tenían 30 años o menos.

Después de que el zar Nicolás ii abdicara en 1917, los bolcheviques comenzaron a llamar a la insurrección contra el nuevo Gobierno Provisional ruso. Estos llamados provocaron la Revolución Bolchevique el 7 de noviembre, cuando la milicia de la Guardia Roja tomó represalias contra el gobierno por cerrar una de sus imprentas. Los bolcheviques marcharon contra las fuerzas pro gubernamentales en la ciudad de Petrogrado, ahora llamada San Petersburgo.

Sin embargo, el Partido Bolchevique aún presentó candidatos para el cargo en las elecciones de noviembre, con la esperanza de conquistar Rusia por medios democráticos. Pero estos “socialistas democráticos” recibieron sólo el 23% de los votos.

En lugar de aceptar los resultados de las elecciones, afirmaron que el sistema fue manipulado y dijeron que la única forma de arreglarlo era establecer un nuevo sistema de gobierno dirigido por consejos de ciudadanos de la clase trabajadora llamados soviéticos.

Cuando los bolcheviques declararon ilegítimas las elecciones de 1917, su insurrección estalló en una guerra civil a gran escala. Cambiaron el nombre de su partido al de Partido Comunista Ruso y reclutaron un Ejército Rojo para luchar contra los anticomunistas y su Ejército Blanco. La guerra continuó durante cinco años hasta que los bolcheviques derrotaron a los anticomunistas y lograron su sueño: se estableció la Unión Soviética.

El excomunista estadounidense Whittaker Chambers escribió más tarde acerca de lo que separa a los comunistas de los millones de socialistas que sin saberlo, forman parte de la fuerza secreta del comunismo. “¿Tiene usted la fuerza moral para asumir los crímenes de la historia para que el hombre pueda por fin cerrar su crónica de un sufrimiento antiguo y sin sentido y reemplazarlo con un propósito y un plan?” preguntó él en su libro Testigo. “La respuesta que un hombre da a esta pregunta, es la diferencia entre un comunista y los socialistas misceláneos, liberales, compañeros de viaje, progresistas no clasificados y hombres de buena voluntad, todos ellos compartiendo una visión similar pero no la misma fe, porque no tomarán sobre sí los castigos de la fe”.

El “socialista misceláneo” es diferente del verdadero comunista, sólo porque carece de la voluntad de cometer actos de violencia.

El socialismo no puede ser establecido permanentemente por medios democráticos. La mayoría de la gente acabará por rechazarlo, si les es dada la oportunidad. En ese caso, los socialistas tienen que renunciar a su sueño o empezar a dispararle a la gente.

Una revolución comunista al estilo estadounidense con retórica al estilo estadounidense, violencia al estilo estadounidense y campos de reeducación al estilo estadounidense parece imposible para muchos. Pero para uno de los principales aspirantes a la presidencia de EE UU y muchos de sus empleados de campaña pagados, la “acción extrema” está simplemente en “suspenso”.

Abajo el capitalismo

El difunto Herbert W. Armstrong explicó en su libro Estados Unidos y Gran Bretaña en profecía que los pueblos que colonizaron EE UU y Gran Bretaña descendían de los antiguos israelitas. Dios hizo una promesa incondicional a Abraham de dar a sus descendientes una gran riqueza material. Dios cumplió esta promesa dando a EE UU y Gran Bretaña casi las tres cuartas partes de los recursos y las riquezas utilizables del mundo durante el apogeo de su poder. Pero Dios no prometió seguir bendiciendo a estas naciones si se alejaban de Él.

Una profecía en Levítico 26 afirma que, si los descendientes de Israel llegaran a despreciar los estatutos de Dios, Él despojaría sus bendiciones y permitiría que sus ciudades fueran destruidas. En un artículo de La Pura Verdad de enero de 1949 titulado, “La pura verdad sobre el comunismo”, el Sr. Armstrong especificó que el comunismo es una herramienta del diablo para borrar las bendiciones de EE UU.

“El verdadero objetivo de los conspiradores comunistas es el derrocamiento violento de EE UU y del Imperio Británico. ¿Por qué? Porque somos las verdaderas naciones ‘capitalistas’. Poseemos casi tres cuartos de todo el ‘capital’ del mundo, sus recursos y riquezas desarrolladas y utilizables. (...) La pura verdad, conocida por muy pocos, es que poseemos mayor riqueza y recursos nacionales que cualquier otra nación, ¡porque el Dios Todopoderoso nos dio esta riqueza en cumplimiento de Su promesa de primogenitura hecha a Abraham, Isaac y Jacob! Y el comunismo es el esfuerzo del diablo, a través de sus herramientas humanas de inspiración demoníaca, ¡para quitarnos la mayor bendición nacional y económica que Dios jamás haya conferido a cualquier pueblo! Y puesto que esta bendición de Dios es el ‘capital’ del mundo, el comunismo ateo grita: ‘Abajo el capitalismo’”.

El Sr. Armstrong basó su pronóstico de futuros eventos y tendencias en las profecías de la Biblia. Oseas 7:8-9 predice que los actuales descendientes del antiguo Israel se mezclarían con extraños y, en consecuencia, con sus extrañas ideologías. Las ideas de la extrema izquierda propuestas actualmente por el Partido Demócrata no están basadas en la cultura tradicional estadounidense, la cual está en gran parte basada en la Biblia. Son ideas que fueron traídas a EE UU desde las universidades alemanas y rusas. Por décadas, estas ideologías anti-bíblicas han “devorado” subversivamente la fuerza de EE UU mientras que el ciudadano común “no lo supo”.

Pronto, los ideales ateos de la filosofía comunista desencadenarán una revolución violenta.

‘Todavía os rebelaréis’

“¡Oh gente pecadora, pueblo cargado de maldad, generación de malignos, hijos depravados! Dejaron a [el Eterno], provocaron a ira al Santo de Israel, se volvieron atrás. ¿Por qué querréis ser castigados aún? ¿Todavía os rebelaréis? Toda cabeza está enferma, y todo corazón doliente. Desde la planta del pie hasta la cabeza no hay en él cosa sana, sino herida, hinchazón y podrida llaga; no están curadas, ni vendadas, ni suavizadas con aceite. Vuestra tierra está destruida, vuestras ciudades puestas a fuego, vuestra tierra delante de vosotros comida por extranjeros, y asolada como asolamiento de extraños” (Isaías 1:4-7).

Este pasaje describe causa y efecto. La gente está “cargada de maldad”, o pecado, por lo tanto, “toda cabeza está enferma”. El gobierno es corrupto y la nación es débil. Como consecuencia, la gente “se rebela más y más”. Esta revolución se intensifica hasta que extraños incendian ciudades y destruyen el sistema de gobierno de EE UU.

Cuando el informante del fbi Larry Grathwohl se infiltró en la Weather Underground Organization [organización de izquierda radical que actuó desde 1969 hasta la mitad de los años setenta] en la década de 1970, informó que estos comunistas radicales estimaban que tendrían que matar a 25 millones de personas a fin de establecer el comunismo en EE UU. Eso es mucho más de los que murieron durante la Revolución Bolchevique, sin embargo, la Biblia muestra que el número de muertos será en realidad aún mucho más elevado.

Una profecía aleccionadora en Ezequiel 5:12 revela que, en el tiempo del fin, un tercio de la población de EE UU y Gran Bretaña morirá por la peste, el hambre y la violencia resultantes de una guerra civil. Eso equivale a más de 100 millones de muertes por disturbios y guerra en EE UU, o sea, ¡10 veces más que en Rusia! (Para una mejor explicación de esta profecía, solicite nuestro libro gratuito, El vigilante de Ezequiel).

Hoy, el socialismo está cobrando fuerza. Lo que la gente no entiende sobre el “socialismo democrático” es que su propósito es el mismo que el del “socialismo dictatorial”: derrocar al gobierno constitucional por medio de la violencia si es necesario. La profecía bíblica muestra que las grandes bendiciones de EE UU efectivamente le serán quitadas, no sólo porque los socialistas “superaron” a los conservadores, sino porque el pueblo estadounidense en su conjunto se ha alejado de Dios. Esto ha abierto la puerta al comunismo y a muchos otros ataques inspirados por el diablo.

La violencia que se avecina en las ciudades de EE UU es un castigo, pero un castigo con un propósito. Dios lo usará para mostrarnos el resultado del pecado y de alejarnos de Él hacia nuestras propias formas de pensar. Él lo usará para conducirnos hacia Él (Ezequiel 12:17-20). Dios bendijo a Abraham por su obediencia a Su ley, y se suponía que sus descendientes iban a seguir su ejemplo. Sólo después que la gente aprenda esta lección, Dios bendecirá a EE UU—y a todas las naciones—con paz, gozo y prosperidad. Es una importante cuestión de vida o muerte, a fin de que todos los que escuchen este mensaje tomen nota de la seriedad de los tiempos, evalúen su forma de vida y se vuelvan hacia Dios con un arrepentimiento sincero. 

USBP, AD