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Biden y Boris: ¿una hermandad en ruptura?

(WPA POOL/GETTY IMAGES)

Biden y Boris: ¿una hermandad en ruptura?

Las relaciones entre EE UU y el Reino Unido no son tan fuertes como se cree.

Estados Unidos emitió una reprimenda sin precedentes al Reino Unido en vísperas de una cumbre internacional de gran importancia, según informó el Times de Londres el 10 de junio. Yael Lempert, la principal diplomática estadounidense en Londres, envió a Gran Bretaña una “demarche” acusando a Londres de socavar el Acuerdo de Viernes Santo de 1998. Una ‘demarche’ es una reprimenda formal definida por el Departamento de Estado estadounidense como “una petición o intercesión ante un funcionario extranjero, por ejemplo, una solicitud de apoyo a una política o una protesta sobre la política del gobierno anfitrión”. Estas gestiones diplomáticas se reservan normalmente como críticas para adversarios geopolíticos, como Rusia y China. El Times dijo que la reprimenda “no tiene precedentes recientes”.

Lo que lo hizo aún más inusual fue que se produjo justo antes de que el presidente estadounidense Joe Biden partiera hacia el Reino Unido para asistir a la cumbre del G-7, celebrada del 11 al 13 de junio. La cumbre pretendía resaltar la unidad y la estrecha relación entre el Reino Unido y EE UU. Las sesiones fotográficas estaban cuidadosamente planificadas. Biden se reuniría con la Reina. Mientras que el primer ministro británico, Boris Johnson, esperaba establecer un vínculo con el Sr. Biden en torno a la ambición compartida de reducir las emisiones de carbono y salvar el planeta. Johnson y Biden planeaban lanzar “La nueva Carta del Atlántico”, reviviendo los días de gloria de las relaciones entre Estados Unidos y el Reino Unido durante la Segunda Guerra Mundial. Imitando la Carta del Atlántico original de 1941, Biden y Johnson proclamaron las formas en que Washington y Londres cooperarían para defender el orden mundial. La cumbre del G-7 sería una celebración de tres días de la relación transatlántica.

Entonces la ‘demarche’ arruinó cualquier muestra de unidad antes de que pudiera empezar.

Actualmente Gran Bretaña y la Unión Europea están en disputa por los derechos comerciales del Reino Unido en Irlanda del Norte. El Reino Unido quiere lo mínimo en cuestión de barreras entre Irlanda del Norte y el resto del país. Mientras tanto, la UE insiste en que el acuerdo firmado recientemente se interprete de la forma más severa y divisiva posible.

En la ‘demarche’, Estados Unidos se puso del lado de la UE. Lempert también ha presionado a Londres para que acepte las normas agrícolas de la UE.

Durante la administración anterior, Washington mantuvo buenas relaciones con Londres. Estando en la Casa Blanca, el presidente Donald Trump apoyó al gobierno británico. Respaldó el proceso del Brexit y le prometió a Gran Bretaña un acuerdo comercial “fenomenal” una vez finalizado el Brexit. También comentó que la gente decía que el primer ministro británico, Boris Johnson, era “un hombre realmente bueno” y se referían a Boris como el “Trump británico”.

Biden debió haber estado de acuerdo con esa afirmación. En 2019, llamó a Johnson el “clon físico y emocional” de Trump; pero obviamente, no lo dijo de forma positiva.

El gobierno de Barack Obama fue notoriamente anglofóbico. En 2016, el entonces presidente Obama dijo que, si los británicos votaban a favor de salir de la UE, el Reino Unido estaría al “final de la fila” en cualquier negociación comercial. Ordenó retirar un busto de Winston Churchill de la Casa Blanca. Su asesor de política exterior, Jeremy Shapiro, se refirió a las Islas Malvinas por su nombre en español y se burló de la idea de que Estados Unidos y Gran Bretaña tuvieran una “relación especial”.

En la década de 1990, el entonces senador Biden hizo campaña para concederle un visado a Gerry Adams líder del Sinn Fein (el brazo político del grupo terrorista Ejército Republicano Irlandés) para que pudiera entrar a Estados Unidos, acción que provocó la ira del entonces primer ministro británico John Major. Supuestamente esto fue un intento de convencer a Gerry Adams de que entrara en el proceso de paz en Irlanda del Norte, pero algo así sería equivalente a permitir la entrada del líder de Hamás a Estados Unidos en contra de los deseos de Israel.

¿Por qué el presidente de Estados Unidos se entromete en los asuntos internos de su aliado británico? Teniendo en cuenta que la mayoría de los británicos votaron en 2016 por abandonar la UE, ¿por qué presiona Biden a Londres para que vuelva a estar bajo la autoridad de la UE?

Parece que Biden, quien está muy orgulloso de sus raíces irlandesas, se está metiendo en los asuntos internos británicos sólo para fastidiar a Londres.

¿Pero hasta qué punto considera el gobierno británico que su alianza con Estados Unidos es importante?

El 7 de junio, una persona del gobierno británico declaró al Atlantic que a Johnson no le gusta la expresión “relación especial”. Al parecer, después de que Biden la utilizara en una llamada telefónica, Johnson le dijo que tenía problemas con esa frase. La frase fue inventada en 1946 en un discurso de Winston Churchill, en el que describía la alianza entre el Reino Unido y EE UU. A Johnson el término le parece “menesteroso y débil” y aparentemente piensa que pone a Gran Bretaña en una posición inferior.

El tercer artículo de la carta dice: “Permanecemos unidos tras los principios de soberanía, integridad territorial y resolución pacífica de conflictos”. Al parecer, esto no se aplica cuando se trata de Irlanda del Norte.

El redactor jefe de la Trompeta, Gerald Flurry, escribió un artículo para la edición de julio de 2021 titulado “La verdadera ruptura causada por la pareja real”. Observe lo que escribió:

Gran Bretaña y Estados Unidos han hecho grandes cosas trabajando juntos. Winston Churchill dedicó gran parte de su vida a construir una relación especial entre estas naciones. Lucharon juntos en la Primera Guerra Mundial y ganaron la guerra. Lo mismo ocurrió en la Segunda Guerra Mundial. ¡Si se hubiera dejado a Gran Bretaña sola, no habría podido ganar!

Cuando estas naciones están divididas, ambas están menos seguras.

2 Reyes 14:26 es un pasaje importante en relación con los problemas a los que actualmente se enfrentan Gran Bretaña y Estados Unidos. Describe una época en el antiguo Israel bajo el rey Jeroboam ii cuando no había “quien diese ayuda a Israel”. El libro de Amós está lleno de profecías para el futuro, y tiene mucho que decir sobre el rey Jeroboam ii, lo que hace que este pasaje de 2 Reyes 14:26 sea profético (para saber más sobre por qué este pasaje describe los tiempos modernos, lea nuestro artículo “EE UU no tiene quien le ayude”).

“Estos versículos son profecía de un tiempo en el que no habría nadie que ayude a estas naciones”, escribió el Sr. Flurry. “La gente está creando y agravando las divisiones dentro de EE UU y Gran Bretaña, en cuanto a raza, clases, política y cualquier otra cosa que se les ocurra. Ahora están sembrando divisiones entre estas dos naciones. Dividir a Gran Bretaña y a EE UU significa que no pueden ayudarse mutuamente”.

“La división que se está desarrollando entre nuestras naciones es una debilidad mortal”, advirtió el Sr. Flurry. “Es una debilidad que la izquierda radical y especialmente Barack Obama han pasado años creando y explotando”.

No es de extrañar que la administración de Biden continúe con esa política. Gran Bretaña y Estados Unidos se encuentran más divididos de lo que muchos creen, especialmente bajo la administración actual. Esta división está causando que ambos países sean más inseguros. Para conocer la causa fundamental del problema, lea “La verdadera ruptura causada por la pareja real”. 


ESTADOS UNIDOS Y GRAN BRETAÑA EN PROFECÍA

La gente del mundo occidental estaría sorprendida y boquiabierta, ¡si lo supieran! Los gobiernos de Estados Unidos, Gran Bretaña, Canadá, Australasia y África del Sur pondrían en marcha gigantescos programas de protección, ¡si lo supieran! ¡Ellos podrían saberlo! ¡Pero, no lo saben! ¿Por qué?