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La Trompeta

Autobiografía de Herbert W. Armstrong: Introducción (segunda parte)

Autobiografía de Herbert W. Armstrong: Introducción

Tomado de la Autobiografía de Herbert W. Armstrong. COPYRIGHT © 1957–1986, 2016 PHILADELPHIA CHURCH OF GOD. COPYRIGHT © 2019 IGLESIA DE DIOS DE FILADELFIA. ALL RIGHTS RESERVED. TODOS DERECHOS RESERVADOS

Continuación de Introducción (primera parte)

Yo había estado realizando estudios sobre condiciones y tendencias en grandes áreas. Estaba muy preocupado al darme cuenta que la mayoría de la gente no es feliz; el mundo está lleno de males. ¿Pero por qué? Mis encuestas revelaban las condiciones que empeoraban, pero no la causa . Ésta no podría encontrarse en la ciencia, ni en la educación, ni en el gobierno, ni en la religión.

En el otoño de 1926, mi esposa dijo que ella había descubierto en la Biblia un camino de vida ordenado por Dios; un camino contrario al aceptado por la cristiandad. Esto se volvió controversial. Yo fui retado a hacer el estudio más intenso de mi vida.

Yo nací y fui criado por padres honestos y estables de una denominación cristiana ortodoxa tradicional. Nunca había tenido ningún interés religioso particular, y a los 18 años abandoné la escuela dominical y dejé de asistir a la iglesia. Suponía, como probablemente hace la mayoría, que las denominaciones de la cristiandad tradicional habían recibido sus creencias y doctrinas de la Biblia. Yo siempre había dicho: “simplemente no puedo entender la Biblia”. ¡Pero ahora tenía la intención de probar con la Biblia, que “todas estas iglesias no podían estar equivocadas”!

¡Pronto recibí el choque más asombroso de mi vida! Fui impactado al descubrir no sólo que la cristiandad tradicional enseñaba lo contrario de la Biblia, y que la religión cristiana, con más adherentes que cualquier religión no obtenía sus enseñanzas de la Biblia como yo suponía, SINO que además la Biblia contenía enseñanzas y revelaciones de hechos no conocidos ni enseñados por ninguna religión.

¡Esto fue sorprendente! Comencé a ver claramente, en la Biblia que lo que me habían enseñado desde la niñez era principalmente todo lo opuesto de lo que la Biblia enseña en lenguaje claro. Al principio yo estaba confundido. ¡Mi cabeza estaba inundada! Mis cimientos parecían estarse desmoronando debajo de mí.

Simultáneamente yo estaba haciendo un renovado estudio exhaustivo de la teoría de la evolución. Estaba investigándola y al mismo tiempo las afirmaciones bíblicas de una creación especial.

¿Después de todo, existía un Dios? ¿Qué podría creer el hombre? Por algún tiempo, fue un dilema frustrante.

Gradualmente, a medida que progresaban estos meses de 12 a 16 horas diarias de estudio, la verdad real comenzó a emerger. No vino fácil ni rápidamente. Requirió esfuerzo, celo, determinación y paciencia. Y sobre todo, voluntad para confesar el error cuando se probara, y para confesar la verdad aún contra mi propia voluntad.

Encontré prueba absoluta de que el Creador, el Dios Todopoderoso, existe y gobierna el universo. Encontré muchas pruebas de la inspiración y autenticidad de la Biblia. ¡Y encontré la CAUSA de todos los males del mundo, así como la solución que vendrá, aún contra la resistencia y oposición de la humanidad! Encontré la dimensión desconocida en el conocimiento: qué es el hombre, por qué fue puesto el hombre sobre la Tierra, el propósito por el cual vivimos. ¡Encontré el camino que fue puesto en acción para causar y producir paz, felicidad y abundancia! Encontré lo que ni la ciencia, ni la religión, ni la educación han revelado; lo que había sido ignorado, aunque está disponible.

¡Y TODO TENÍA SENTIDO!

Encontré las respuestas reveladas, respuestas racionales y obvias, a los problemas, dificultades y males de la humanidad. ¡Respuestas que no se encuentran en la ciencia, la educación, el gobierno ni la religión! ¡Descubrí que el evangelio mismo (que significa buena NOTICIA) traído al mundo por Cristo había sido rechazado o ignorado por el mundo por 18 ½ siglos!

Cómo tomó lugar todo esto es la historia de una experiencia tan única como dolorosa y difícil de soportar, porque llegó a ser una batalla contra mí mismo y mi naturaleza humana; muy humana. Al final, perdí esa batalla en una sumisión incondicional. Y los logros increíbles en los cuales yo he sido privilegiado al tener la parte dirigente, han sido el resultado.

Hace algún tiempo, una revista importante de noticias americana que revisaba el estado aterrador del mundo actual, comentaba al respecto que parecía que la única esperanza de supervivencia humana radicaba en la intervención de una “Mano fuerte invisible de algún lugar”. Lo que se ha desarrollado de manera tan increíble en esta Obra se acredita directamente a la dirección, inspiración, y otorgamiento de poder de esa “Mano fuerte”.

Es un hecho histórico que muchas veces el Invisible ha preparado por anticipado a aquellos que usaría como Sus instrumentos para cumplir Su propósito. En mi caso personal, mirando en retrospectiva, he sentido que la preparación anticipada, aún desde la niñez, fue una sucesión emocionante de experiencias inusuales e intrigantes.

Miles me han solicitado que escriba los detalles de esas experiencias.

Me parece que con mucha frecuencia, los líderes en la ciencia, el gobierno u otros campos de actividad sólo preguntan apresuradamente: “¿Qué tan pronto podríamos...?” en lugar de “¿Acaso deberíamos...?” Yo me hice la pregunta: ¿debería la historia de mi vida escribirse y publicarse? Por algún tiempo, sentí que no. Sentía que mi responsabilidad era continuar terminando la obra, no hablar ni escribir acerca de mí mismo.

Pero cuando los oyentes, televidentes y lectores quieren saber qué hay detrás de esta Obra, cómo comenzó, qué condujo a ésta, y cómo se ha hecho, comprendo que ellos tienen el derecho de saber.

Cuando estaba joven leí la Autobiografía de Benjamín Franklin tres veces, en un lapso de unos pocos años. Ésta tuvo impacto e influencia considerable en mi vida. Debo mucho a haberla leído. La lectura de las experiencias de la vida de muchos otros hombres, ya sea biografía o autobiografía, ha sido de gran valor e inspiración.

Ahí estaban las autobiografías de Bernard Baruch, de George Washington, Abraham Lincoln, Teodoro Roosevelt y muchos otros.

Además estaba el Apóstol Pablo, un hombre de Dios, quien narró experiencias de su vida, registradas en la Biblia. Los primeros cuatro libros del Nuevo Testamento consisten, principalmente, de esas porciones de narraciones de la vida de Jesús útiles para el lector. El Antiguo Testamento está repleto de reseñas biográficas de las experiencias de la vida de muchos hombres: Noé, Isaac, Jacob, José, Josué, Samuel, David, Elías y muchos otros.

Llegué a comprender que el registro de las experiencias de la vida de uno puede ser inspirador y útil para otros; si es que ha habido algo de verdadero valor en esas experiencias. La influencia ejercida sobre mí por asociación personal con muchos líderes en los negocios, la industria, la educación y el gobierno; y la lectura de esas vidas, hicieron su parte en conducirme a lo largo de una vida activa y llena de experiencias interesantes, emocionantes e inusuales. Esto me ha ayudado a resolver problemas, superar dificultades, aflicciones y sufrimientos. También ha contribuido a alcanzar éxitos, y al gozo de participar en grandes logros.

Y ahora, mirando hacia atrás en una larga vida repleta de acción, esfuerzo, viajes, reuniones personales importantes con los llamados grandes y casi grandes, muchos líderes mundiales, reyes, presidentes, primeros ministros, educadores, industriales, líderes de grandes bancos y científicos; una vida repleta de eventos emocionantes y experiencias inusuales, sentí que registrar todo esto podría impartir alguna medida de inspiración y ayuda al lector.

Por una parte, había sentido hace años que el relato de estas experiencias, podría ser útil y de valor para mis dos hijos. Benjamin Franklin dedicó su Autobiografía a su hijo. Pero nunca parecía que yo tenía el tiempo para escribirla, sólo para ellos.

Pero después que muchos oyentes de la radio y suscriptores de La Pura Verdad me solicitaron los antecedentes, me pareció que debía dárselos, y decidí escribirlos en forma de una serie, con una entrega al mes, en La Pura Verdad.

Consecuentemente, la Autobiografía comenzó a aparecer con la edición de septiembre de 1957.

Es mi esperanza y deseo sincero que el lector será ayudado a alcanzar una vida mejor, más plena y más abundante por medio de leer esta Autobiografía

Continúa en Niñez (primera parte)

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