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Ataques de la izquierda al ICE cobran una vida
Un francotirador disparó “indiscriminadamente” contra un centro de Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ice) en Dallas desde el techo de otro edificio ayer, matando a un detenido e hiriendo gravemente a otros dos, antes de suicidarse.
Una de las balas tenía escrito “anti ice”. El director del fbi, Kash Patel, calificó el tiroteo como un ataque “despreciable y políticamente motivado” contra las fuerzas del orden; sin embargo, al intentar disparar a agentes del ice, el asesino, Joshua Jahn de 29 años, terminó disparando a migrantes.
Parece ser otro caso más de violencia izquierdista producto de la retórica de odio, pero por la cual la izquierda no asumirá responsabilidad.
- Este fue al menos el cuarto hecho o amenaza de violencia contra instalaciones de control fronterizo en Texas este año.
- El viernes pasado en Chicago, más de 100 alborotadores rodearon un centro de procesamiento del ice, agredieron a oficiales, lanzaron botes de gas lacrimógeno y cortaron llantas; según informes, la policía local retrasó su respuesta debido a las políticas de santuario.
- El dhs informa un aumento de más del 1.000% en asaltos contra oficiales del ice desde enero.
Los demócratas dicen que denuncian la violencia. Pero es imposible desvincular los ataques contra el ice y Protección Fronteriza de los reproches incesantes que los líderes demócratas han lanzado contra los esfuerzos de la administración Trump para frenar la inmigración ilegal:
- Ciudades y Estados declarándose santuarios, sin voluntad de cooperar con el ice
- Líderes municipales se niegan a enviar policía para detener la violencia contra el ice e instalaciones del gobierno federal
- El gobernador de California, Gavin Newsom, exige “sin máscaras” a los agentes de ice (“¿De qué tienen miedo?”)
- El alcalde de Chicago, Brandon Johnson, califica a “las cárceles, el encarcelamiento y las fuerzas del orden (…) como una enfermedad”
Estas declaraciones y acciones supuestamente surgen de la compasión por los migrantes, pero no muestran compasión por los oficiales de las fuerzas del orden ni por los ciudadanos afectados por las fronteras abiertas. Los frutos de su “compasión” son mortales.
Hacer cumplir la ley de inmigración es fundamental para proteger a los ciudadanos. La migración sin control es una maldición, y es en realidad profetizada en la Biblia.