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Acusaciones de nazismo elevan la popularidad de un diputado bávaro

LEONHARD SIMON/GETTY IMAGES

Acusaciones de nazismo elevan la popularidad de un diputado bávaro

Los Votantes Libres de Baviera han recibido un impulso en las encuestas después de que se informara que el líder del partido, Hubert Aiwanger, era un gran admirador de Adolfo Hitler cuando era joven. Aiwanger ha sido acusado de ser portador o incluso autor de un panfleto antisemita, de hacer chistes repulsivos sobre judíos, de practicar los discursos de Hitler y de muchas cosas más. Aunque el momento de las acusaciones, justo antes de las elecciones, resulta sospechoso, la reacción de los votantes es extremadamente preocupante.

En la década de 1980, Aiwanger, de 17 años, fue sorprendido llevando en su mochila escolar un folleto que se burlaba del Holocausto y de los campos de concentración. El mes pasado, el profesor de Aiwanger compartió el folleto con Sueddeutsche Zeitung, dando inicio a las acusaciones. Aiwanger admitió que llevaba el folleto pero afirmó que no lo había escrito y que le repugnaba su contenido. Su hermano tomó cartas en el asunto y asumió la responsabilidad del panfleto.


Pero las acusaciones continuaron. Antiguos compañeros le acusaron de hacer el saludo nazi, de colocar esvásticas en el baño de la escuela, de llevar un ejemplar de Mein Kampf y de hacer bromas antisemitas y comentarios racistas.

Dado que las elecciones bávaras se realizarán el 8 de octubre, el momento de las acusaciones parece tener una motivación política. Pero eso no significa que sean falsas.

Las propias palabras de Aiwanger parecen ser la mayor condena. En una entrevista dijo:

Es cierto que tal vez en la adolescencia esto o aquello pueda interpretarse de una u otra manera, de lo que se me acusa aquí cuando tenía 15 años. Pero en cualquier caso digo que, desde la edad adulta, las últimas décadas, no soy un antisemita, ni un extremista, sino un filántropo.



Esto parece ser una admisión de que fue antisemita y extremista en su juventud. También dijo que no recuerda haber hecho aquello de lo que algunos le acusan, pero admite que hizo algunas tonterías. Algunos se preguntan: ¿Acaso no recordaría el haber hecho el saludo nazi en la escuela? El silencio inicial y continuado de Aiwanger sobre las acusaciones, su falta de memoria, sus disculpas y explicaciones mal expresadas dan una pésima impresión para un líder de alto rango.

Pero Aiwanger reconoció que la única forma de librarse de las acusaciones era pasar a la ofensiva: afirmó que una campaña política se estaba realizando en su contra para obligarle a abandonar su cargo. La ofensiva funcionó.

El primer ministro del estado de Baviera, Markus Söder, decidió no romper su gobierno de coalición con Aiwanger, sino mantenerlo en el cargo. Un asombroso 58% de votantes elegibles a nivel nacional estuvieron de acuerdo con la decisión de Söder, según una encuesta realizada por el instituto de estudios de opinión Forsa para la revista Stern. En Baviera, la enorme cifra del 73% estaba de acuerdo.

Es más, el partido de Aiwanger ganó un 4% en las encuestas después de que se hicieran públicas las acusaciones. En una carpa de cerveza, lugar típico de campaña de los políticos bávaros, un público de 4.000 personas le aplaudió. Este apoyo de tanto entusiasmo hacia un político es poco frecuente hoy en día en Alemania.


Hay una razón por la que Aiwanger está subiendo en popularidad a pesar de las acusaciones.

Muchos en Alemania se sienten traicionados por los principales partidos políticos y medios de comunicación. Han vivido años de encierros por coronavirus, problemas económicos y una creciente incertidumbre. La confianza en los medios de comunicación está disminuyendo al tiempo que aumenta la confianza en fuentes alternativas. Lo que antes se consideraba un escándalo es ahora una insignia de honor. Los antiguos tabúes son recibidos con un rotundo aplauso. Lo extremo se está convirtiendo en lo normal.

Esto crea un clima político peligroso cuando los ciudadanos confían en sus propias percepciones. El pensamiento crítico no es algo malo en sí mismo, pero la historia de la humanidad, y en particular la historia alemana, muestra con qué facilidad la mente humana puede ser influenciada, engañada y llevada por mal camino.

Una profecía bíblica específica revela que Alemania volverá a ser descarriada por un líder astuto. Utilizará las tensiones que se están creando actualmente en Alemania y en el resto de Europa. Daniel 11:21 dice: “Y le sucederá en su lugar un hombre despreciable, al cual no darán la honra del reino; pero vendrá sin aviso y tomará el reino con halagos”.

Nuestro folleto Un líder alemán fuerte es inminente habla sobre este líder:

Es astuto y sagaz, con una personalidad atractiva y cautivadora. El Comentario de Jamieson, Fausset y Brown dice que “la nación no le conferirá el reino mediante un acto público, sino que lo obtendrá mediante artimañas, ‘halagos”. En otras palabras, es probable que un público engañado, o un grupo de líderes europeos, invite a este hombre al poder.


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