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Acusación de Comey: La falta de la justicia
Un gran jurado federal de Virginia acusó ayer al exdirector del FBI James Comey de dos delitos graves. La fiscal general Pam Bondi alabó el “compromiso del Departamento de Justicia de hacer rendir cuentas a quienes abusan de posiciones de poder”, mientras que los medios de comunicación lo tacharon como un “golpe de venganza de Trump”.
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Los cargos se refieren al testimonio que Comey prestó ante el Congreso el 30 de septiembre de 2020, negando la autorización de filtraciones del FBI a los medios de comunicación: uno por “declaraciones falsas” y otro por “obstrucción de un procedimiento federal”.
Se trata de cargos extremadamente leves para un hombre que utilizó deliberadamente un dossier fraudulento para investigar en secreto al presidente, tendió una trampa al fiscal general e hizo que lo despidieran, y filtró información clasificada a los medios de comunicación, entre otros delitos.
Sin embargo, aquellos que buscan justicia sobre el Rusiagate esperan que la acción del Departamento de Justicia deje el caso abierto para más procesamientos. Como escribe Conservative Treehouse:
Este recuento podría abrir la puerta al testimonio público de McCabe, Rice, Mook, Brennan e incluso Barack Obama y la propia Hillary Clinton en cuanto al conocimiento de Comey; cada uno fue testigo de primera mano. (…) Espero que la intención no sea sólo encarcelar a Comey por así decirlo, sino utilizar lo que Comey representa para acusar a todo el movimiento que le rodea.
No hay que hacernos ilusiones. La falta de acusaciones sustantivas hasta este punto habla de la profundidad de la resistencia institucional a la que se enfrentan los funcionarios de Trump dentro de estos cuerpos de seguridad federales. La obstrucción por parte de los actores del Estado profundo, incluso con los leales a Trump al frente de instituciones como el Departamento de Justicia y el FBI, sigue siendo feroz.
El presidente Trump tuvo que despedir al fiscal federal que se negó a procesar a Comey para conseguir un abogado que sí lo hiciera. La izquierda argumenta que se trata de una clara corrupción, pero es sólo un ejemplo de que no ocurrirá nada a menos que se tomen medidas drásticas. Y hay poco que sugiera que las acciones vayan a ser lo suficientemente drásticas como para limpiar y rehabilitar realmente estos organismos federales. La magnitud del desafío ante sólo dos pequeños cargos contra James Comey subraya la profundidad del problema.
Dios acusa a Estados Unidos por su falta de justicia: "Y el derecho se retiró, y la justicia se puso lejos; porque la verdad tropezó en la plaza…” (Isaías 59:14). Lea Estados Unidos bajo ataque para comprender la dimensión espiritual de esta guerra legal.