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India, River

Emma Moore/La Trompeta

Un hombre contra un río muerto

Los seres humanos mataron el Kali Bein—entonces uno trató de traerlo de vuelta.

“Se había convertido en un río muerto”, dijo Sant Balbir Singh Seechewal en una entrevista del 13 de enero con la Trompeta. Él estaba describiendo el río Kali Bein en la región de Punjab en India. Históricamente, este afluente de 160 kilómetros de largo del río Beas había sido hermoso, lleno de vida y de claras aguas. Durante mucho tiempo se había considerado el sustento de la región central de Doaba en Punjab, donde creció el Sr. Seechewal.

Pero comenzando alrededor de 1960, la combinación entre crecimiento de la población e industrialización en Doaba tuvo un alto precio en el río. Seis pueblos y más de 40 aldeas descargaban sus aguas residuales e industriales en éste, y largos tramos se redujeron a lodo lleno de suciedad gruesa y tóxica. Algunas partes se secaron por completo.

La gente que vivía cerca del río sufrió los resultados. “Salía un mal olor del río”, dijo Seechewal, agregando que “nadie quería pasar cerca de éste”. Las granjas vecinas estaban padeciendo una severa escasez de agua. Río arriba las regiones experimentaron una debilitante explotación del agua ya que el río no estaba escurriendo hacia esas tierras. Y las aguas residuales infectadas, incluyendo desechos químicos venenosos, se filtraban en las reservas de aguas subterráneas y causaban enfermedades letales como cáncer entre las personas de Punjab.

Esa era la situación en el año 2000, cuando Seechewal puso sus ojos en la fétida porquería que alguna vez había sido el abundante Kali Bein.

Seechewal imaginaba el río en su gloria pasada, brillante y abundante. Anhelaba verlo restaurado a ese estado. Después de no poder convencer al gobierno y los cuerpos municipales a tomar acción, Seechewal, de 38 años, decidió que dedicaría su tiempo a rejuvenecer el río—personalmente.

Esparciendo la visión

Seechewal comenzó viajando río arriba y río abajo visitando los pueblos y aldeas que estaban sufriendo por el río contaminado—y que estaban contaminándolo. Habló con cualquiera que escuchara sobre la necesidad de revivirlo y compartía su visión de limpiar el Kali Bein. Su mensaje básico era: Si trabajamos en esto juntos, nuestro río puede ser hermoso, abundante y vibrante nuevamente.

Algunos individuos respondieron al mensaje de inmediato. Personas de varias aldeas se ofrecieron como voluntarios para ayudar a Seechewal y comenzaron a recaudar fondos para comprar hoces, palas, picas y otras herramientas y equipo para limpiar. En poco tiempo, él y estos voluntarios estaban en el lodo y el estiércol, trabajando duro.

El equipo era pequeño y la escala del proyecto era colosal. Pero Seechewal no se desalentó. “Sin desanimarse por la gigantesca tarea por delante, con sus manos desnudas comenzó a sacar las hierbas y limpiar la basura del lecho del río fangoso”, escribió la reportera Narendra Kaushik en el Weekend Leader (1 de agosto de 2016).

Mientras el trabajo progresaba, más personas comenzaron a notarlo. Los lugareños podían ver que Seechewal y su equipo estaban comenzando a lograr algo excepcional. “Como esto se propagó”, escribió Kaushik, “muchos niños de las aldeas se unieron a sus esfuerzos”, y “los lugareños que eran indiferentes al comienzo comenzaron a apoyar los esfuerzos”.

Más y más personas comenzaron a ofrecer su ayudar en el proyecto. Después que algunos granjeros trajeron sus tractores para limpiar, el progreso cambió a alta velocidad. Y Seechewal estaba siempre en las primeras líneas. “Seechewal mismo estaba en el terreno, ya fuera manejando el tractor, supervisando o bajando [a] las aguas sucias”, escribió Kaushik.

160 kilómetros

Al pasar los años, más y más individuos vieron el progreso y ofrecieron voluntariamente ayudar a Seechewal. Finalmente, miles de personas de más de dos docenas de aldeas estaban ayudando en la gran limpieza. A medida que limpiaban una sección del lecho del río, manantiales naturales revivían. El agua aumentó, llenando la orilla del río.

Y su trabajo no se detuvo con limpiar el lecho del río. El equipo de Seechewal construyó además diques y aceras de ladrillo por largos tramos del Kali Bein. Construyeron numerosas ghats—escalinatas para tener acceso al río—y plantaron árboles frutales y plantas que florecen a lo largo del cauce.

El equipo de Seechewal transformó por completo los 160 kilómetros de este fangoso reguero de porquería a un río saludable. “La limpieza y reactivación del Kali Bein ha llevado a mejoras multifacéticas en el área”, escribió Manpreet Nigah en An Assessment of Seechewal Inititative in the State of Punjab, India [Una evaluación de la iniciativa de Seechewal en el Estado de Punjab, India]. “El nivel freático ha mejorado, y también se han solucionado los problemas de contaminación del agua subterránea y del agua estancada”, escribió. “La agricultura, siendo la columna vertebral de la economía en el área, se ha beneficiado mucho”.

“Hoy el Kali Bein está prosperando”, escribió Time en 2008, y le otorgó el premio “Héroe del Medioambiente” a Seechewal.

Pero el desafío no había terminado. Algunos lugareños a lo largo del Kali Bein continuaron arrojando basura y desperdicios en el río limpio. Sabiendo que todo su duro trabajo se perdería si continuaba la contaminación, Seechewal de nuevo hizo una petición al gobierno, pidiéndoles a los líderes que actuaran ante estas prácticas. Pero nuevamente su petición fue ignorada.

Así que una vez más, el Sr. Seechewal decidió actuar. Movilizó a su equipo para construir un sistema de alcantarillado subterráneo. El sistema, escribió Kaushik, “incluyó la colocación de tuberías de alcantarillado subterráneas en los pueblos y la implementación de un sistema de tratamiento natural a través de una capa de zanjas”.

El sistema natural de bajo costo de Seechewal trata las aguas residuales de una manera que hace que el agua reciclada pueda ser usada para riego y la agricultura, así que los granjeros también se beneficiaron del proceso. Después de que su equipo formuló este plan, el gobierno de Punjab finalmente los apoyó con la iniciativa y ayudó a hacerla una realidad para toda la región.

En 2017, en reconocimiento de los extraordinarios logros del Sr. Seechewal, el gobierno de la India le otorgó el prestigioso premio civil “Padma Shri”. El gobierno también le ha pedido a Seechewal que aplique su comprobado modelo de restauración de ríos basado en la comunidad para la restauración del poderoso río Ganges.

“Hemos probado que es posible restaurar nuestros ríos a una condición prístina si todos trabajamos juntos”, dijo Seechewal a Time, agregando que, “Es tiempo de hacerlo a una escala mayor” (24 de septiembre, 2008).

A una ‘escala mayor’

En El misterio de los siglos, el fallecido educador Herbert W. Armstrong lamentaba la manera imprudente en que la humanidad contamina el mundo. “¿[Q]ué ha hecho el hombre en la Tierra donde Dios lo puso?” preguntó. “El hombre ha contaminado, profanado y afeado todo lo que sus manos han tocado. Ha contaminado el aire y ensuciado el agua de los ríos, lagos y los mares”.

El Sr. Armstrong también escribió sobre la futura limpieza de esta contaminación que sucederá en una mucho “más grande escala” que lo que imaginó y logró Seechewal. En su folleto The Wonderful World Tomorrow—What It Will Be Like (El maravilloso mundo del mañana—como será, disponible en inglés), el Sr. Armstrong dejó claro que el problema será solucionado globalmente, y que el mundo entero se convertirá en una utopía prístina. Pero, explicó él, sólo sucederá después de que la naturaleza humana—con su vista corta, egoísta y desprecio por la ley—sea fundamentalmente cambiada.

“[L]a naturaleza humana es la causa de todos los males de este mundo”, escribió. “Nunca tendremos utopía en la Tierra hasta que la naturaleza humana sea cambiada”.

Humanidad en armonía

El Sr. Armstrong aclaró que el creador Dios no “creó dentro de la humanidad eso que llamamos naturaleza humana”. En cambio, el tipo de naturaleza egoísta que resulta en la devastación del medioambiente y todos los demás males es algo que la gente ha adquirido como resultado de su rebelión contra Dios, y de ceder a la corrosiva influencia de Satanás el diablo.

Escribió: “La mente humana no nace con las actitudes de hostilidad y egoísmo de Satanás. Ni tampoco nace un ser humano con la naturaleza divina que un cristiano completamente convertido puede adquirir. Sin embargo, tan pronto como un infante o un niño pequeño comienzan a ejercitar su cerebro en el proceso de pensar, la transmisión de la actitud egocéntrica de Satanás comienza a alcanzar su cerebro a través de su espíritu humano. …Puesto que la mente de un niño normal comienza a recibir estos impulsos para aceptar las actitudes de Satanás muy temprano en la infancia, automáticamente comenzará a aceptar estas actitudes carnales a menos que sea contrarrestada por las enseñanzas e influencia de sus padres. Se vuelven habituales—por hábito se adquieren como naturaleza”.

El Sr. Armstrong explicó que cuando Cristo regrese, Él atará y encerrará al principal engañador. “Satanás ya no podrá… inyectar en los desprevenidos seres humanos su satánica naturaleza, la cual hemos sido engañados en llamar ‘naturaleza humana’”, escribió él.

Cristo y Sus santos entonces emprenderán un “proceso de reeducación global—de abrir las mentes engañadas—y cuando ya no estén engañadas traerlas al arrepentimiento voluntario”, agregó.

Jesucristo regresará a la Tierra y traerá con Él educación verdadera, enseñando a toda la humanidad a amar la ley de Dios. ¡El poder de Dios cambiará la naturaleza humana!

Jesucristo, continuó, “viene con todo el poder y gloria del Dios Todopoderoso, como ‘Rey de reyes y Señor de señores’ (Apocalipsis 19:11-21), para…establecer el gobierno mundial de Dios sobre todas las naciones”. Entonces citó numerosos pasajes de la Biblia profetizando este trascendental evento: Daniel 2:44; 7:9, 13-14, 18, 22, 27; Isaías 9:7. Isaías 11 y 35 describen la belleza mundial y la abundancia que resultará de esta reeducación de la humanidad.

“Él hará cumplir la ley de Dios—el gobierno de Dios en la Tierra”, escribió el Sr. Armstrong. Como resultado de que las personas acaten la ley y por vivir y trabajar bajo ese gobierno divino, “la contaminación del aire, del agua, y de la tierra ya no existirá”, y todas las personas tendrán “agua cristalina y pura para beber” y “aire puro, limpio y fresco para respirar”, escribió.

El Sr. Armstrong continuó: “[Será] un mundo lleno de seres humanos felices y radiantes, guiados, ayudados, protegidos y gobernados por quienes eran mortales hechos ahora inmortales—y todos los seres humanos se darán cuenta que ellos también pueden heredar vida eterna en suprema felicidad y alegría emocionante. ¡Qué fabulosa visión!”.

Ver el éxito del Sr. Seechewal con el Kali Bein puede ayudarnos a visualizar esa “fabulosa visión” de todo el mundo futuro, cuando las personas vivirán vidas gozosas en una Tierra que está limpia, hermosa y abundante. Puede ayudarnos visualizar el tiempo posterior a que la naturaleza humana sea cambiada y transformada a la naturaleza de Dios, y una radiante utopía llene la Tierra. 

Boletín, AD