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Putin

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¿Qué hará Putin con seis años más de poder?

El escenario internacional está puesto para que el hombre fuerte lidere a Rusia en una dirección incluso más agresiva.

Vladímir Putin no sorprendió a nadie al asegurarse otro término como presidente de Rusia. El conteo final muestra que él apabulló a todos sus rivales con un 77 por ciento de la votación del 18 de marzo. Sí, hay evidencia de que Putin amañó las elecciones hasta cierto punto. Después de todo ésta es Rusia, donde incluso si la victoria de un dictador es segura, aun así éste hala unas pocas palancas detrás del escenario, si solo por el bien de la tradición política. Pero los expertos concuerdan que, incluso sin amañar, Putin confortablemente habría ganado el 60 por ciento de los votos —poniéndolo leguas por encima del 12 por ciento del contendor en segundo lugar.

La cuestión fundamental, es que a sus 65 años Putin tiene seis años más al mando del país más extenso del mundo, y el segundo ejército más poderoso. Y que los 144 millones de personas de la nación, apoyan grandemente su dominio continuado de Rusia.

La influencia de Putin ha llegado a ser tan fundamental que un Kremlin sin él como autoridad final es difícil para muchos rusos de imaginar. Vyacheslav Volodin, el portavoz del Parlamento ruso, resumió este sentir común en 2014 al decir: “Si hay Putin, hay Rusia. Si no hay Putin, no hay Rusia”.

Para entender lo que el próximo término presidencial de Putin traerá para Rusia y el mundo, sus primeros 18 años de liderazgo deben ser examinados.

Revirtiendo la ‘catástrofe más grande’

Putin llegó al poder ocho años después del colapso de la Unión Soviética en 1991. El colapso reversó el avance que había estado en desarrollo (la integración y centralización sistémica de Europa Oriental, Asia Central, Siberia y el Cáucaso) desde el siglo XVII cuando el Imperio ruso emergió por primera vez. Su núcleo era Moscú. Su objetivo era desafiar las potencias europeas.

Aunque económicamente frágil, Rusia fue lo suficientemente poderosa como para contribuir fuertemente en la derrota de Napoleón Bonaparte y Adolfo Hitler. Rusia, el miembro dominante de la [antigua] Unión Soviética, inclusive mantuvo su posición durante cuatro décadas contra el poderoso Estados Unidos, durante la Guerra Fría.

Cuando la Unión Soviética colapsó, Occidente se regocijó, proclamándolo una victoria por la libertad, un triunfo por la democracia, y la evidencia de la supremacía del capitalismo sobre el socialismo. La mayoría de las naciones ex soviéticas estuvieron agradecidas de su nueva independencia y comenzaron a reconstruir sociedades más libres.

Pero Putin no ve esto como un evento positivo, porque éste diezmó el poder de Moscú en el mundo. Él dijo en 2005: “La caída de la Unión Soviética fue la catástrofe geopolítica más grande del siglo”.

Vladímir Putin desearía que la Unión Soviética nunca hubiera caído. Él desearía que aún estuviera aquí hoy. Y él ha estado trabajando para restaurar el poder ruso a sus niveles soviéticos.

Ganando corazones y mentes

Cuando Putin llegó a ser presidente, Rusia estaba en caos. Estaba amenazada internamente y externamente. Pero Putin agresivamente consolidó el país social, política, militar y económicamente.

Durante los primeros ocho años de Putin en el Kremlin, la industria de Rusia aumentó en un 76 por ciento y las inversiones crecieron en un 125 por ciento, de acuerdo a la publicación Atlas for Business and Political Decision Makers. Los ingresos reales de los ciudadanos rusos aumentaron en más del 100 por ciento. El salario promedio aumentó ocho veces, de 80 dólares al mes a 640 dólares. La clase media creció de 8 millones a más de 55 millones, y el porcentaje de los rusos viviendo bajo la línea de pobreza cayó del 30 al 14 por ciento. Bajo Putin, por primera vez en sus vidas, muchos rusos tenían automóviles y podían irse de vacaciones al extranjero.

Las exportaciones rusas de petróleo aumentaron constantemente durante esos años; y en 2009, Rusia sobrepasó a Arabia Saudita al convertirse en el exportador de energía número uno del mundo.

Las brechas permanecieron en la red energética de Rusia, en la atención médica, en la infraestructura y en la base industrial. Pero los avances económicos fueron marcados y los rusos se unieron a Putin como el “salvador” del país, su “jinete en caballo blanco”.

Más recientemente, la caída de los precios del petróleo y las sanciones occidentales han aporreado el valor del rublo, y los estándares de vida han disminuido en un grado. Sin embargo, a causa del historial de Putin de sacar a millones de la pobreza y restaurar la relevancia internacional de Moscú, el pueblo ruso permanece ferozmente leal a él.

En vez de verlo como la causa de los problemas actuales, ellos continúan viéndolo como la solución.

Pasando por alto la ley

Al final del segundo término presidencial de Putin en 2008, él enfrentó un problema. La Constitución rusa dice: “Una persona no puede ocupar el cargo de presidente ruso por más de dos períodos consecutivos”. Así que Putin dejó la presidencia; pero sólo en la letra de la ley, no el espíritu.

Él se hizo a un lado para convertirse en primer ministro, entregando la presidencia a su leal discípulo, Dmitri Medvédev. Pero durante el mandato de Medvédev, Putin permaneció al mando. Siguió siendo el gobernante de Rusia en todo excepto el título oficial, con Medvédev sirviendo esencialmente como su marioneta.

Tan sólo tres meses después de la farsa de la transición de poder, Putin le demostró poderosamente a su pueblo y al mundo que él está dispuesto a usar la fuerza, para rehacer la geografía de la Unión Soviética.

Expandiendo el imperio

En agosto de 2008, fuerzas rusas invadieron la ex república soviética de Georgia, derrotando fácilmente toda resistencia. Moscú asumió el control del 20 por ciento del territorio de Georgia, y continúa en control hasta el día de hoy.

Éste fue un gran evento geopolítico, enviando reverberaciones alrededor del Globo.

El jefe editor Gerald Flurry escribió en la edición de octubre de 2008 de Trompeta: “El ataque de Rusia sobre Georgia en agosto marca el comienzo de una peligrosa nueva era en la historia. Éste fue el primer ataque militar de una superpotencia asiática en ascenso; ¡y habrá más!”

El Sr. Flurry continuó nombrando específicamente que otra nación ex soviética podría ser objetivo del siguiente: “¿Ocurrirá una crisis en Ucrania? Esa área es la alacena de Rusia, y seguramente estará dispuesta a librar una guerra por ello también”.

El tiempo ha comprobado como exacta, esa predicción. En 2012, Putin regresó a la presidencia con un nuevamente extendido periodo presidencial de seis años. Su mandato sobre Rusia era oficial una vez más. Y en marzo de 2014, las fuerzas rusas invadieron furtivamente la península de Crimea en Ucrania y la anexaron a la madre Rusia. Él literalmente había redibujado las fronteras de Europa… dos veces. El Sr. Flurry escribió: “Él hecho que un hombre —un solo hombre— sea responsable de este enorme cambio geopolítico es profundamente significativo”.

Crimea es vista dentro de Rusia como la victoria más grande de la nación en décadas, y como una corrección de errores históricos. Para reforzar este mensaje, la elección presidencial de este año se celebró en el cuarto aniversario de la toma [de Crimea].

“Después que [Putin] trajera a Crimea de regreso, él se convirtió en un héroe para mí”, dijo Olga Matyunina, una economista retirada de 65 años, quien votó por Putin.

Desde que se apoderó de Crimea, Putin ha continuado desestabilizando Ucrania del Este, enviando fuerzas rusas para ayudar a los rebeldes pro rusos en un conflicto prolongado que ha cobrado 10.000 vidas hasta el momento, con más muertes casi todos los días. Él ha impedido a la fuerza, que Georgia, Ucrania y otros países ex soviéticos fortalezcan sus relaciones con Europa.

Putin sacó a EE UU fuera de su patio trasero en 2013 al presionar a Kirguistán a expulsar a las fuerzas estadounidenses de la base aérea de Manas, la última base militar estadounidense que quedaba en Asia Central.

Mientras tanto, más allá de las regiones soviéticas, Rusia ha ayudado a los regímenes asesinos del presidente sirio Bashar Assad y el tirano norcoreano Kim Jong-un a permanecer en el poder. Y Putin ha jugado un papel decisivo al permitir que Irán continúe su búsqueda traicionera de armas nucleares.

Ninguno de estos movimientos hubiera sido posible sin un formidable poderío militar, y la voluntad de Vladímir Putin para usarlo.

Construyendo un ejército más letal

El ejército obsoleto que Putin había heredado de Boris Yeltsin apenas era apto para su propósito. Una de las más altas prioridades de Putin ha sido transformarlo en una fuerza moderna y más letal. Moscú ahora gasta un porcentaje mayor de su producto interno bruto en su ejército, que EE UU.

Esos esfuerzos han dado enormes dividendos.

“El ejército ruso ahora está mejor equipado y ahora es más capaz de conducir operaciones de combate modernas que en cualquier punto desde la caída de la Unión Soviética, lo cual ha tomado por sorpresa a los analistas en Occidente” escribió Mitchell Yates del Strategist en 2016.

Y no olvide que Rusia tiene un vasto arsenal nuclear, más grande en número que incluso el de EE UU. Y que ha declarado públicamente que las armas nucleares siguen siendo vitales para su estrategia de defensa, y que en determinadas circunstancias [Rusia] podría lanzar ataques nucleares preventivos para defender sus intereses.

Durante su discurso sobre el estado de la nación a principios de marzo, Putin deslumbró a su pueblo al revelar una serie de nuevas armas avanzadas con capacidad nuclear. En lo que también fue un discurso de campaña no oficial, Putin envió un claro mensaje al pueblo de Rusia: vote por Putin, y usted ayudará a hacer el ejército ruso grande de nuevo.

El resultado de las elecciones de marzo 18 muestra que el mensaje resonó en un gran número de votantes.

Pero para los rusos que no han aceptado la visión dictatorial de Putin, él ha tenido un mensaje diferente.

Eliminando enemigos internos

Durante todos sus años de trabajar para restaurar el poder de Rusia en el escenario mundial, Putin ha trabajado implacablemente para sofocar toda oposición de sus compatriotas rusos.

Él ha lisiado la democracia de Rusia, debilitado su Parlamento, y tomado el control de algunas de las empresas más rentables de Rusia. Las guerras internas de Putin han masacrado a más de 150.000 rusos en la región islámica de Chechenia.

Con métodos al estilo de la kgb, él ha aplastado o silenciado todas las formas de periodismo independiente, y ha convertido a los medios rusos en una máquina de propaganda personal.

La evidencia sugiere que él ha asesinado a más de 130 periodistas dentro de Rusia, y a numerosos disidentes rusos exiliados en naciones extranjeras, como el Reino Unido.

Una lista del grupo Memorial de derechos humanos muestra que 142 personas están actualmente en prisiones rusas por sus creencias políticas o religiosas. Quartz escribió: “En esto, la Rusia de Putin está continuando con las tradiciones zaristas y soviéticas: Los disidentes políticos aún están siendo enviados a Siberia o incluso a campos de trabajo como en los días de Stalin”.

La Constitución de Rusia aún declara que el presidente no puede servir más de dos términos consecutivos, significando que Putin sería obligado a dejar el cargo en 2024. Pero con un control tan firme de las palancas del poder, que él fácilmente podría enmendar la Constitución, orquestar otra versión del “cambiazo Medvédev”, o idear algún otro método para retener el poder al final del término actual.

Muchos analistas están seguros de que él encontrará la manera de hacerlo. “Estoy absolutamente convencido de que Vladímir Vladimirovich [Putin] tampoco cederá el poder en 2024”, Alexei Venediktov, el editor de Eco de Moscú, dijo en noviembre. “Eso significa que (…) es necesario cambiar la configuración del poder y transferir el poder principal a una institución que no sea el cargo del presidente”.

El ciclo ruso: ¿dónde está ahora?

La historia rusa muestra que el país opera en un ciclo de cuatro fases. Primero viene una calamidad nacional, generalmente el resultado de una invasión extranjera o una planificación deficiente por parte del gobierno. Segundo, desde las ruinas emerge un idealista, un “jinete en caballo blanco” anunciando una era que los rusos anhelan profundamente: la estabilidad nacional. Tercero, después que el jinete en caballo blanco sucumbe a la frustración política, le entrega las riendas del reino a un jinete oscuro empeñado en el control interno y la agresión externa, como Iván el terrible y Josef Stalin. Finalmente, el jinete oscuro reprime cruelmente la oposición doméstica y expande las inaccesibles fronteras de Rusia hasta que el imperio sobre extendido colapsa en estancamiento y declive, y el ciclo comienza de nuevo.

¿Dónde está Rusia en ese ciclo ahora?

En los años noventa, Rusia sufrió gran calamidad nacional después del colapso de la Unión Soviética. Luego, Putin emergió como el heroico jinete en caballo blanco para resucitar al oso moribundo. Pero el panorama cambiante de Rusia indica que la fase del jinete blanco ha terminado.

“El actual periodo del jinete blanco en Rusia está llegando a su fin”, Stratfor escribió en 2007, mientras Putin se preparaba para instalar a Medvédev como su títere. “Los esfuerzos de Putin para estabilizar a Rusia han tenido éxito, pero sus sueños de occidentalizar a Rusia están muertos. La oscuridad está a punto de establecerse”.

Stratfor luego especula que Putin mismo podría llegar a ser el jinete oscuro: “En periodos particularmente sombríos en el pasado de Rusia (lo cual dice algo) el jinete blanco mismo, de hecho se ha despojado de su idealismo y se ha convertido en el jinete oscuro”.

Éstas eran palabras para ponderar allá en 2007, y mucho más ahora que Putin ha confirmado todas las sospechas de que él es un dictador empeñado en mantener su poder a toda costa.

Ahora está claro que Putin ha intercambiado sus ropas blancas por negras, y que Rusia está una vez más en la fase del jinete oscuro.

La historia demuestra que una vez que un jinete oscuro se convierte en gobernante de Rusia, él quita todos los frenos para lograr la seguridad nacional: aplastando a desafiantes domésticos; subyugando la vida económica a Moscú; vertiendo recursos en el ejército, el cual empuja contra las fronteras de otras naciones.

La historia del gobierno de Putin hasta ahora indica que su nuevo término conducirá a Rusia a una dirección inclusive más peligrosa y agresiva. Y cuando la historia es puesta junto con la Profecía bíblica, la indicación se convierte en una certeza.

Un ejército de 200 millones

La Biblia le advierte a la gente en el tiempo del fin, sobre esperar ver un gran poder levantándose desde Oriente. La Escritura llama a este poder “los reyes del oriente” (Apocalipsis 16:12). En Apocalipsis 9:16, el apóstol Juan registró una impresionante profecía sobre este bloque de poder oriental: “Y el número de los ejércitos de los jinetes era doscientos millones”.

¡Este bloque militar asiático tendrá un ejército de 200 millones de hombres!

La Biblia proporciona muchos detalles vitales sobre el ejército más grande alguna vez reunido. Daniel 11:44, 12:1 y Mateo 24:21-22 hacen claro que esta fuerza será uno de los principales actores en una Tercera Guerra Mundial nuclear.

Un pasaje en Ezequiel dice cuáles países específicos contribuirán con soldados a este mega ejército, y muestra que éste será conducido por una nación —y un hombre.

El ‘príncipe de Rusia’

“Hijo de hombre, pon tu rostro contra Gog en tierra de Magog, príncipe soberano de Mesec y Tubal, y profetiza contra él” (Ezequiel 38:2).

Los eruditos de la Biblia generalmente concuerdan en que “Gog” se refiere a Rusia y “la tierra de Magog” incluye el área inmensa donde la China de los días modernos está localizada.

Mesec es un grupo de pueblos cuyo nombre aparece a través de la historia en diferentes variaciones: Musku, Muski, Mushki. Éstas están relacionadas con la pronunciación moderna rusa de Moscú: Mockba [= moskva].

Tubal se refiere a otra región de Rusia. Al oriente de los montes Urales de Rusia yace la ciudad de Tobolsk, un nombre derivado del antiguo nombre Tubal. Tobolsk antiguamente funcionaba esencialmente como la capital de Rusia en la región de Asia Central y Oriental.

Sin embargo, otro nombre para toda Rusia yace algo escondido en este pasaje. Hay desacuerdo sobre cómo la palabra hebrea rosh en este versículo debería ser traducida al español. La versión Reina Valera anteriormente citada lo traduce con el adjetivo de “soberano”. Pero la traducción correcta lo traduce no como un adjetivo, sino como un nombre propio: Rosh.

Correctamente traducido, el versículo lee: el “príncipe de Rosh, Mesec y Tubal”.

Rosh era un antiguo nombre para el pueblo que llegó a ser conocido como Rus (o Rusia). Así que la identidad de este “príncipe” de Rusia, Moscú y Tobolsk empieza a tomar forma clara: la lista de los tres nombres confirma que se trata de un individuo que gobierna sobre todos los diversos pueblos de Rusia, de occidente a oriente.

La mención de Magog muestra que el liderazgo de este hombre se extiende más allá de las fronteras de Rusia y hasta China. Los versículos 5 y 6 mencionan los antiguos nombres para los pueblos de naciones como India, Japón y las Coreas, diciendo que estos también prestarán su poderío militar a este bloque, liderado por Rusia. Rusia ya está construyendo una poderosa alianza con China y estableciendo el terreno para relaciones cercanas con muchas de estas otras naciones. (Ordene su copia gratuita de nuestro folleto Rusia y China en Profecía ).

Cuando estos pasajes bíblicos son examinados junto con los actuales eventos en Moscú, la identidad de este “príncipe de Rusia” llega a ser clara. En la edición de septiembre de 2014 de Trompeta, el Sr. Flurry escribió:

Creo fuertemente que Vladímir Putin va a liderar el ejército de 200 millones de hombres. Tan sólo mire el poder que él ya tiene. ¿Puede usted pensar en otro político ruso que pudiera llegar a ser tan poderoso y tener la voluntad para guiar a Rusia hacia la crisis de las crisis? No veo a nadie más en el horizonte que pudiera hacer eso. (…) Creo que no hay suficiente tiempo para que un competidor se levante y lo desafíe. Más del 80 de su pueblo apoya su liderazgo.

Esto es absolutamente cierto: ¡la restauración del poder ruso por parte de Vladímir Putin —el príncipe de Rusia— fue profetizada!

La reacción de Europa

Mientras Putin comienza su cuarto término, él lo hace con sorprendente poder político económico y militar, y con una determinación comprobada para usarlo. Muchos europeos (particularmente en la parte oriental del Continente) están alarmados por la creciente agresión de Putin.

En 2014, poco después de que Rusia se anexara Crimea, el Sr. Flurry explicó el significado de este movimiento en términos de la Profecía bíblica: “Hemos estado profetizando por cerca de 70 años que Europa Oriental se convertiría en una parte vital de una nueva superpotencia europea; en una resurrección del Sacro Imperio Romano. ¡Esta profecía está directamente relacionada con la crisis de Crimea! El temor que usted ve en Europa a causa de los eventos en Crimea va a causar que 10 líderes en Europa se unan en una forma repentina y dramática; ¡y en preciso acuerdo con la descripción de la Biblia de ese imperio europeo! (…) ¡El nuevo temor europeo por Rusia va a jugar un papel importante en apresurar el cumplimiento de esa profecía!” (Trompeta, mayo-junio de 2014).

Los europeos no se han olvidado de lo que Putin le hizo a Georgia y Ucrania. Ellos ven la creciente y provocadora participación de Rusia en Oriente Medio, y sus amenazas nucleares bélicas. Muchos europeos están lo suficientemente temerosos como para buscar con mayor urgencia la unificación europea. Dentro de un bloque europeo unificado política, económica y militarmente, los europeos pueden hacer frente a la creciente amenaza rusa.

Una señal de gran esperanza

En su folleto El ‘príncipe de Rusia’ profetizado el Sr. Flurry examina ampliamente el papel que Putin juega en la profecía del tiempo del fin. Él escribe que el hecho de que este “príncipe de Rusia” esté en el escenario, demuestra que el evento más lleno de esperanza en la historia de la humanidad está cerca. Además escribe que, “Vladímir Putin es una señal, literalmente una señal, ¡de que Jesucristo está a punto de regresar! (…) Éste es uno de los mensajes más inspiradores en la Biblia”.

“Lo que estamos viendo en Rusia finalmente conduce a la transición del hombre gobernando sobre el hombre, ¡a Dios gobernando sobre el hombre! Y ya está ¡prácticamente aquí! Está a solo unos pocos años de distancia. (…) ¡El resurgimiento de Rusia (que vemos registrado a menudo en los titulares) muestra que las profecías bíblicas del tiempo del fin se están cumpliendo rápidamente!”

A corto plazo, el hecho de que Putin se haya asegurado seis años más en el timón de una Rusia resurgente, es un presagio de terrible tumulto global. Pero este suceso está íntimamente ligado a las mejores noticias imaginables: ¡Jesucristo retornará a la Tierra e introducirá una era de paz para los pueblos de Rusia y todo el mundo! 

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