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Child, Parent

pixabay/ddimitrova

Padres: ayuden a desarrollar los talentos de sus hijos

¡Los beneficios pueden durar mucho más de lo que usted piensa!

¿Tiene usted un hijo o una hija? Si es así, usted está cuidando lo más grandioso de la creación sobre la Tierra: la mente humana. El Creador de los seres humanos ha puesto bajo su responsabilidad una milagrosa combinación de intelecto, emoción, espíritu y potencial. ¿Qué hará usted con eso?

Desde que su hijo está en el vientre, las neuronas en su cerebro se han estado prendiendo. Ciertas partes del cerebro que controlan las funciones automáticas como los latidos del corazón, los reflejos y la respiración han estado conectándose. Pero después del nacimiento, las que parecen ser innumerables neuronas están disponibles, mientras el cerebro y la mente siguen en construcción.

¿Cómo se está construyendo la mente de su hijo? ¿Cómo llegará a ser en la madurez? ¿Cómo usará esa mente su hijo para contribuir a otros? ¿Llegará a ser un ingeniero su hijo? ¿Un músico? ¿Un traductor? ¿Un artista culinario? ¿Un atleta? ¿Un empresario? ¿Un artesano? ¿Un buen padre o madre?

Eso depende de cómo su hijo (y usted) desarrolle los talentos en esa asombrosa mente humana.

¿Cómo puede descubrir cuáles son los talentos de su hijo? ¿Y cuál es la mejor forma para desarrollarlos?

Encienda su radar de talentos

La palabra talento es vaga e incluso problemática. Soy maestro de música y a menudo veo que esa palabra es usada para excusar la pereza tanto en los “talentosos” como en los “sin talento”. Los “talentosos” ya tienen el dote, así que ellos (y otros también) razonan que no necesitan trabajar duro. Los “sin talento” razonan que el éxito está fuera de su alcance, y por lo tanto no necesitan trabajar duro. Pero en esta discusión le llamaremos “aptitudes”, a las tendencias y preferencias del intelecto y la personalidad del niño. El desarrollo de una aptitud se convierte en su “destreza”. La “aptitud” es el recurso natural en bruto, y la “destreza” es su refinamiento hacia algo utilizable.

La herencia influye fuertemente en las áreas donde un niño sobresaldrá naturalmente. Pero la herencia no predestina a su hijo a convertirse en una estrella del deporte o un virtuoso violinista. ¿Cuántos grandes escritores, músicos u otros genios creativos potencialmente, nunca se pudieron desarrollar porque papá o mamá no reconoció sus aptitudes?

Todo padre y madre debe invertir tiempo y esfuerzo en llegar a conocer bien a su hijo o hija.

Los hijos son predispuestos a tener gustos, aversiones e intereses particulares. No asuma que sabe cómo son ellos. Sea particularmente cuidadoso con respecto a pensar ver semejanzas entre los hermanos.

Observe a medida que sus hijos crecen. ¿Qué preguntas hacen? ¿Qué actividades despiertan su interés? Evalúe su desarrollo. Anímelos en las áreas donde muestran aptitudes o interés, desde libros a aficiones al aire libre. Tales elogios ayudan a que sus hijos crezcan emocionalmente, lo cual puede dar una idea y oportunidades que llevan a hazañas más grandes después en la vida.

Deje que sus hijos exploren diferentes aficiones. Puede que ellos mismos no entiendan sus propios “gustos”. En la primera infancia, las aptitudes no siempre se darán a conocer. Exponga a sus hijos a distintas experiencias. Incluso cuando ellos alcanzan sus años de adolescencia, continúe presentándoles nuevas oportunidades. Estas experiencias y oportunidades pueden ser simples: deje que sus hijos le ayuden a cocinar; juegue pelota con ellos; vayan juntos a un concierto; deje que vean cuando usted cambia el aceite del motor. En toda oportunidad, explíquele lo que está haciendo. Esto no sólo es tiempo de calidad en familia, también es tiempo donde usted está a reloj como su buscador de talentos.

Las conexiones del cerebro avanzan de acuerdo a un programa bastante predecible. Por ejemplo, la corteza auditiva se conecta de una manera que muestra que es mejor introducir un segundo idioma y sus sonidos extraños antes de los 10 años. Usted puede haber tenido su propia experiencia de que esperar hasta la secundaria, hace que aprender otro idioma es mucho más difícil.

Estudios realizados han mostrado que la circuitería neural para las matemáticas está cerca de la circuitería para la música, y puede ser desarrollada incluso en un niño pequeño enseñándoles conceptos como “uno” y “muchos”. Los expertos también han sugerido que el cerebro musical tiene una ventana de aprendizaje entre las edades de 3 a 10 años, para aprender un instrumento y los conceptos fundamentales asociados con la música. Pero la exposición a la música puede ocurrir aun cuando está en el vientre y durante la infancia. Y esto hace mucho más que desarrollar sus habilidades, como lo demuestran abundantes investigaciones.

Desarrolle sus talentos

¿Qué hará cuando descubra los intereses de sus hijos?

Aun cuando la herencia juega una parte en las aptitudes de una persona, “los factores más grandes en determinar el éxito o el fracaso en la vida”, escribió el educador Herbert W. Armstrong, “son la motivación, la determinación, el empuje y la perseverancia” (La Pura Verdad, enero de 1982). En realidad se reduce a lo que hacemos con los recursos que nos fueron dados. Usted no puede simplemente sentarse y admirar el talento que ha descubierto en su hijo o hija, y esperar que se desarrolle mágicamente. Se necesita un esfuerzo juicioso y diligente para forjar a una aptitud, en una genuina habilidad; y necesita mucho más para refinarlo y convertirlo en una maestría.

No importa cuán impresionantes sean sus “talentos”, los grandes intérpretes nunca podrían lograr la excelencia, simplemente incursionando en su campo y luego pasando a algo más cuando tienen dificultades o estén aburridos. “¿Eran ellos especialmente talentosos, más que otras personas?”, preguntó el Sr. Armstrong. “Sin duda, pero cada uno comenzó siendo muy joven—y lo mantuvieron con determinación, día tras día, año tras año. Ellos no renunciaron. Trabajaron en eso. Continuaron mejorando. Ellos no se contentaron con la mediocridad. ¡Ellos se volvieron verdaderos profesionales!” (ibíd.).

La Biblia promueve que usted haga todo lo que esté a su mano para hacerlo “según sus fuerzas” (Eclesiastés 9:10). Dios ha usado a personas con habilidades y destrezas para movilizar naciones enteras a la justicia, para escribir Sus pensamientos, y para componer música que ilustre Su plan. Hombres como Daniel, Sadrac, Mesac y Abed-nego eran conocidos (incluso en la nobleza gentil de Babilonia) por sus destrezas en idiomas y ciencias (Daniel 1:3-4). El joven David era “hábil” con el arpa (1 Samuel 16:15-23), y más tarde empleó a personas que se distinguían en la música para servir a Dios todo el tiempo con esas habilidades (1 Crónicas 15:22).

Dios claramente apoya tal desarrollo. El hecho es que, el camino a la grandeza en cualquier actividad física demanda el mismo enfoque y compromiso que el camino hacia la grandeza espiritual. Enseñar a nuestros hijos a cómo desarrollar sus habilidades inculca hábitos para toda la vida y lecciones en disciplina, autocontrol, enfoque, motivación y trabajo duro.

Concentrarse en “desarrollar los talentos” no significa descuidar la educación general ni las tareas diarias. Éstas proveen oportunidades para equilibrar la base de la personalidad y el conocimiento. Pero evite la tentación de inscribir a sus hijos en demasiadas actividades extracurriculares. Anímelos a desarrollar más profundamente una o dos de esas áreas en las que han mostrado una aptitud mayor.

Desarrolle el carácter de ellos

El Sr. Armstrong relataba: “Conocí a un niño que tenía el talento de un niño prodigio en el piano a la edad de 6 o 7 años. Pero él se cansó de eso y se puso a tocar trompeta; se cansó de eso y al alcanzar la madurez fue incapaz de hacer mucho en ninguna de las dos áreas” (ibíd.). Si nuestros hijos renuncian cuando las cosas se vuelven difíciles, quizás nunca aprenderán a superar los obstáculos que la vida seguro les presentará. Esta mentalidad no lleva a ninguna parte.

Desarrollar las aptitudes requiere sacrificios tanto del niño como de los padres que lo supervisan (y financian). Pero puede rendir beneficios que durarán toda su vida—y más allá.

1 Pedro 4:11 muestra que las habilidades vienen de Dios, que son para ser usadas en servir a Sus propósitos, y que toda la gloria debe ir a Él que las dio.

Dios está más preocupado en formar el carácter espiritual correcto en nosotros, y lo que hacemos en el ámbito físico afecta ese carácter. Como el señor en una de las parábolas de Cristo, les dijo a los dos siervos que duplicaron sus talentos: “sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré” (Mateo 25:21). Como mínimo, “desarrollar los talentos” nos enseñan una simple lección: usar cualquier cosa que Dios nos da.

“Todo aquel que lucha, de todo se abstiene; ellos, a la verdad, para recibir una corona corruptible, pero nosotros, una incorruptible” (1 Corintios 9:25). La frase “aquel que lucha” viene de una palabra griega que significa entrar en un combate o competir en juegos de gimnasia; luchar; esforzarse con celo agotador para obtener algo. Lo que sea la “corona”, este ejercicio puede enseñarnos a ser disciplinados “en todas las cosas”.

Como escribió el Sr. Armstrong, “La vida cristiana requiere el mismo esfuerzo continuo, diligente y sin descanso que debe ejercer un gran pianista, un violinista o un cantante. El camino fácil que lleva al fracaso existe, pero el camino al logro, ya sea en una profesión, o la entrada a la vida eterna en el Reino de Dios, es el camino duro, difícil, de persistencia y de no rendirse nunca, de esfuerzo determinado y de auto-empuje” (ibíd.).

Cada padre, cada persona joven que desarrolla una habilidad, debería leer esa cita nuevamente.

Si usted no desarrolla los talentos físicos y habilidades de sus hijos, ¿entonces cómo aprenderán a priorizar, a resistir, a disciplinarse, sacrificarse y darse impulso? Por otra parte, si usted desarrolla y refina los talentos físicos de sus hijos de esta forma, entonces él o ella pude aplicar estos principios espiritualmente, y aprender a priorizar, a resistir, a disciplinarse, sacrificarse e impulsarse hacia el desarrollo del carácter divino. Esa es la razón por la que Dios nos hizo físicos en primer lugar, y nos dio el espíritu humano para facultar a la mente humana y finalmente tener una conexión con Él.

Descubra y desarrolle los talentos de sus hijos. Trabaje para proveerles los recursos para perseguir aquellas aptitudes. Al alimentar esas habilidades físicas, ¡él o ella aprenderán lecciones eternas

Boletín, AD