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El fundamento del liderazgo

iStock.com/Chalabala

El fundamento del liderazgo

Una lección personal que usted puede tomar de la elección presidencial de Estados Unidos

Sí, la elección presidencial 2016 fue extremadamente divisora. Pero aunque ambos lados chocaron violentamente, ellos y sus 120 millones de seguidores estuvieron de acuerdo en una cosa: El carácter no tuvo lugar en la votación presidencial.

Por más de un año, una lucha agitada y convulsionada por el liderazgo ha dado vueltas en la conciencia de Estados Unidos y del mundo. La pregunta central ha sido: ¿quién será el mejor líder? Y la respuesta se ha reducido a: ¿quién le dará a la nación la combinación justa de trabajos, impuestos y bombas?

Lo que vimos en esta elección fue el resultado lógico de que los votantes hayan rechazado desde hace algún tiempo el fundamento del verdadero liderazgo: la habilidad de liderarse a sí mismo.

La Biblia habla de las cualidades requeridas en los líderes de familias, ciudades, y naciones, e ignora casi completamente la creación de empleos, la sofisticada política e incluso la administración militar. Pero se enfoca casi completamente en una cosa: ¡en el carácter personal!

Para unos pocos ciclos de noticias ocasionales, la elección presidencial involucraba nociones de ser “apto para el cargo” o “presidencial”. Pero los votantes consideraron que estas eran cosas menores en comparación con las cualidades que “realmente importan”. La Biblia, por el contrario, ¡dice que el carácter personal es la cualidad que realmente importa!

Muchos de aquellos en autoridad nunca han aprendido este principio fundamental del carácter. Como resultado, ellos están haciendo un absoluto desastre de este mundo.

“Como ciudad derribada y sin muro es el hombre cuyo espíritu no tiene rienda” (Proverbios 25:28). Aquí es donde el gobierno debe comenzar: Gobernando su propio espíritu. ¡Usted debe gobernarse a sí mismo!

Millones de personas hoy creen que el carácter personal débil no tiene nada que ver con el éxito de un líder. Dios sabe que un carácter débil descalifica a alguien para un cargo importante. Si un hombre no puede gobernarse a sí mismo, ¿cómo puede gobernar a otros? Como dijo Jesús: “[Y] si el ciego guiare al ciego, ambos caerán en el hoyo” (Mateo 15:14).

Para un hombre joven que está pensando en tener una familia, forjar una carrera, tomar su lugar como contribuyente y constructor de la sociedad, ¿qué es lo que el apóstol Pablo aconseja? “Exhorta a que los hombres jóvenes se controlen a sí mismos” (Tito 2:6; Versión Revisada Estándar). La traducción Moffatt declara, “Dile a los hombres jóvenes que también sean dueños de sí mismos en todos los aspectos”.

Una persona que carece de autocontrol es incapaz de liderar en muchas formas. Cede a la presión social fácilmente, y se preocupa por lo que los otros piensan de él. Le da prioridad a su apariencia más que a la esencia, lo cual conduce a formas de hacer trampas y usar atajos. Se vuelve susceptible a los juicios insensatos, al favoritismo, la parcialidad y es impredecible. Lucha con sentimientos de depresión e inferioridad. Se pone celoso fácilmente, especialmente cuando alguien alrededor suyo tiene éxito. Puede volverse terriblemente manipulador y político. Pierde su temperamento. Actúa arrogantemente, incluso tiránicamente, para cubrir sus inseguridades. Es autodestructivo y sucumbe a las malas influencias. Tiene dificultad para controlar sus propias pasiones y lujurias.

¡Entre más autoridad tiene tal persona, mayor daño puede hacer a más personas!

Alguien que realmente se conquista a sí mismo y administra exitosamente su propio auto-gobierno puede asumir con éxito más y más autoridad, haciendo cada vez más bien para más y más personas. Proverbios 16:32 dice: “Mejor es el que tarda en airarse que el fuerte; y el que se enseñorea de su espíritu, que el que toma una ciudad”. Si usted es fiel en asuntos pequeños, Jesucristo dijo que usted será fiel en los asuntos grandes.

Aprenda a gobernarse a sí mismo realmente, luego usted puede influenciar a su familia, a su país, a su mundo. Esto comenzará a liberar su potencial para el liderazgo y el éxito genuino.

Considere este proverbio acerca del liderazgo de acuerdo a Dios: “Misericordia y verdad preservan al rey, y con amabilidad él sustenta su trono” (Proverbios 20:28; Nueva versión King James). La palabra amabilidad [clemencia] puede significar buenos hechos o bondad. La verdad se refiere a honradez. La Biblia Viviente traduce este versículo así, “Si un rey es amable, honesto y justo, su reino permanece seguro”.

Si usted les pregunta a 100 líderes mundiales que enumeren las cualidades más importantes que contribuyen a la longevidad de una administración o reino, ¿cuántos mencionarían la honestidad y la bondad?

El hecho es que la Biblia prepara a la gente en un tipo diferente de gobierno, ¡uno que sí funciona! Dios no está llamando a los gobernadores de este mundo, quienes, por toda su destreza y experiencia, no pueden resolver problemas, no pueden hacer la vida de las personas mejor, no pueden ni siquiera establecer exitosamente trabajos decentes, impuestos o políticas de defensa.

Si usted quiere aprender a construir un gobierno que realmente funciona, estudie la instrucción de la Escritura que Dios resume en 1 Timoteo 3:1-13 y en Tito 1:5-9. Estos líderes son individuos que se gobiernan a sí mismos al someterse a Dios. Luego ellos gobiernan, sirviendo, a los que los siguen.

Sí, estas cualidades de liderazgo son enormemente diferentes de aquellas usadas hoy en día. Pero también lo son los resultados. 

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