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Fire, Tanker

Isna/afp/Getty Images

¿Comenzarán EE UU e Irán una guerra?

La estrategia de alta presión de Trump podría castigar a Irán—o provocarlo.

El cambio es radical. Barack Obama quería a Irán como amigo de EE UU, pero Donald Trump identifica a Irán gobernado por mulás radicales, como un enemigo.

Los esfuerzos del expresidente habilitaron a Irán para alcanzar nuevas alturas de poder, financiar una mayor actividad terrorista en la región y acelerar su búsqueda de armas nucleares. El actual Presidente ha buscado revertir esos avances con Irán a través de una nueva presión económica, amenazas de ataque y una presencia militar estadounidense más fuerte en la región.

¿Funcionarán estas tácticas? La evidencia es insignificante como para decir que Irán retrocederá fácilmente. Una serie de ataques y actos agresivos demuestran que Irán no se irá en silencio, ni sin luchar. Las tensiones en Oriente Medio están creciendo. ¿Comenzarán EE UU e Irán una guerra?

La influencia de Irán

El 31 de mayo el Instituto Hudson en Washington, D.C., llevó a cabo un foro de cuatro eruditos iraníes renombrados de diferentes centros de pensamiento estadounidenses. El foro estaba diseñado para tratar el cambio dramático de la política estadounidense hacia Irán desde la administración de Obama a la administración de Trump. El deseo del exmandatario de establecer una asociación con Irán terminó en el acuerdo nuclear de Irán, implementado el 16 de enero de 2016. El panel habló de cómo la devoción del presidente Obama por el tratado lo ató a las negociaciones, incluso cuando los términos se volvían mejores para Irán y peores para EE UU y el mundo, sino que también lo obligó a tolerar lo intolerable.

El presidente Obama había advertido que si Bashar Assad, el dictador de Siria, usaba armas químicas sobre su propio pueblo, EE UU castigaría a su régimen con fuerza. Pero en 2013, cuando Assad hizo exactamente eso, Obama y su secretario de Estado, John Kerry, se retractaron públicamente del ultimátum. ¿Por qué? Porque Assad era aliado de Irán, y ellos no querían arriesgar el posible tratado con Irán. Cuando la Agencia de Control de Drogas de EE UU presentó pruebas del extenso lavado ilegal de dinero y el contrabando de drogas de Hezbolá (con un valor de casi mil millones de dólares al año) al Departamento de Justicia de Obama, no pudieron encontrar a nadie para procesar el caso, porque ellos seguían en negociaciones con Irán, el patrón de Hezbolá. Y el día después que el tratado nuclear fue implementado, Irán puso en libertad a cuatro estadounidenses inocentes que Irán tenía secuestrados. Coincidentemente, 400 millones de dinero en efectivo extranjero aparecieron en Irán. Pero la Casa Blanca insistió en que esto no era un pago por el rescate.

El régimen iraní usó repetidamente la amenaza de abandonar las negociaciones como una oportunidad para actuar con impunidad por todo Oriente Medio.

Pero el 20 de enero del 2017, todo eso cambió.

La toma de posesión del presidente Donald Trump trajo uno de los cambios más rápidos en la política exterior de EE UU.

Un nuevo sheriff

Justo dos semanas después que Trump tomó el mando, Irán realizó una prueba de misil balístico. El nuevo Presidente no se contuvo. Él escribió, “Irán ha sido puesto en aviso formalmente por lanzar un misil balístico”. Un día después escribió: “Irán está jugando con fuego... ellos no aprecian cuán ‘amable’ fue el presidente Obama. ¡Pero yo no!”

La política anti-Irán del presidente Trump fue clara desde el principio.

Su primera visita como presidente a una nación extranjera fue a Arabia Saudí, enemigo de Irán por mucho tiempo en la región. Ahí él advirtió a Irán por encender “los fuegos del conflicto sectario y el terror”, y luego culminó su visita firmando un tratado de armamentos por 110 mil millones de dólares con los saudíes.

En su primer discurso a la Asamblea General de las Naciones Unidas el 19 de septiembre de 2017, él hizo un llamado al mundo para que se uniera a EE UU “exigiendo que el gobierno de Irán terminara con su tren de muerte y destrucción”.

El 18 de diciembre de ese año, la administración de Trump publicó su primera Estrategia de Seguridad Nacional, en la que declaró: “Irán, el patrocinador número uno del terrorismo en el mundo, ha tomado ventaja de la inestabilidad para expandir su influencia a través de socios y satélites, proliferación de armas y financiamiento”.

Pero fue más que palabras. Trump decidió actuar en contra del interés iraní. Cuando Assad usó armas químicas sobre su pueblo, el presidente lanzó 59 misiles crucero Tomahawk contra su régimen. Cuando Hezbolá y otras fuerzas iraníes usaron sus bases en Siria para atacar a Israel, Trump dio luz verde a la Fuerza Aérea Israelí, arrasando esas instalaciones en su mayor ataque aéreo desde la Guerra de Yom Kippur. Y cuando Irán usó la recompensa del dinero en efectivo del tratado nuclear para financiar actividades terroristas, el 8 de mayo de 2018 el Presidente abandonó el tratado nuclear de Obama. Esto reimpuso las sanciones financieras vigentes antes del acuerdo, y algunas otras.

El ataque sobre la economía iraní fue rápido y brutal. El 5 de noviembre de 2018, el Tesoro de EE UU sancionó a más de 700 individuos, entidades, naves aéreas y embarcaciones en su mayor acción de un solo día dirigida contra Irán. EE UU declaró que cualquier nación o entidad comercial que comprara de Irán también sufriría sanciones. Esto dañó especialmente a la industria de petróleo iraní, la cual provee cerca del 70% de los ingresos de exportación de la nación.

Mientras la mayoría de las naciones pataleaban y gritaban por las sanciones, dentro de pocos meses ni siquiera los adversarios de EE UU (como China y Turquía), fueron lo suficientemente atrevidos como para desafiarlas.

En abril de 2018, un mes antes de que el presidente Trump abandonara el tratado nuclear, Irán exportaba 2,8 millones de barriles de petróleo por día. Ese mayo, Bloomberg estima que Irán exportó 226.000 barriles diarios, menos del 10%. Ni siquiera el economista más extremo predijo que las sanciones serían tan efectivas y así de rápido.

El resultado ha sido catastrófico para la economía iraní. Si bien Irán pudiera aguantar por un tiempo lo que se llama “economía de resistencia”, el tiempo se agota para su régimen.

Como la mayoría lo ve, Irán tiene tres opciones.

Plan A: Irán podría acercarse a EE UU y renegociar un nuevo tratado nuclear, el cual podría abarcar mucho más que el anterior, e incluir el programa de misil balístico de Irán y el patrocinio del terrorismo.

Plan B: Irán podría mantener su perfil bajo por los siguientes 18 meses y esperar que Trump pierda las elecciones de 2020. John Kerry ha exhortado a Irán a hacer precisamente eso. La mayoría de los candidatos demócratas han dicho que ellos restituirán el tratado nuclear de Obama.

Plan C: Irán podría contraatacar.

Eventos recientes indican que Irán pudo haber escogido el plan C.

Si nosotros no podemos vender petróleo, nadie más podrá

El ministro de relaciones exteriores de Irán, Javad Zarif, declaró el 24 de abril en una conferencia en Nueva York que “Continuaremos buscando compradores para nuestro petróleo, y seguiremos usando el Estrecho de Ormuz como un pasaje seguro para la venta de nuestro petróleo”. Luego dijo esto: “Si EE UU toma la medida loca de tratar de impedirnos [exportar petróleo], entonces deberá prepararse para las consecuencias”.

Justo luego del amanecer del 13 de junio, dos enormes barcos petroleros llenos de petroquímicos fueron atacados en el Golfo de Omán, luego de navegar a través del Estrecho de Ormuz. El Kokuka Courageous, un navío de bandera japonesa en ruta de Arabia Saudí a Singapur, fue atacado por un dispositivo explosivo, probablemente una mina magnética adherida a un costado de la embarcación, lo que resultó en un incendio en la sala de máquinas que provocó que la tripulación abandonara el barco. Inmediatamente después, un barco petrolero noruego de nombre Front Altair, que viajaba desde Emiratos Árabes Unidos hacia Taiwán, fue atacado de manera similar.

Estos descarados ataques siguieron una táctica similar el 14 de mayo, cuando cuatro barcos petroleros de Noruega, Arabia Saudí y de Emiratos Árabes Unidos fueron impactados por minas magnéticas mientras se anclaban a las afueras del Puerto Fujairah. Este puerto descarga petróleo extraído por oleoductos desde el interior del Golfo Pérsico, lo que permite a los petroleros evitar el tránsito a través del Estrecho de Ormuz.

Una investigación de la ONU al incidente del 14 de mayo resaltó su sofisticación, usando botes rápidos, minas magnéticas y buzos navales, un “alto nivel de precisión” en la colocación de explosivos que requiere “un conocimiento detallado” de las embarcaciones y un aparente intento de incapacitarlas sin hundirlas.

Toda la evidencia apunta a Irán como el perpetrador de ambos incidentes (del 14 de mayo, y 13 de junio). Su estilo encaja con el de Irán. Incapaz de ganar una guerra a gran escala, Irán usa libremente la guerra híbrida, atacando a través de satélites o con negación plausible.

Además, Irán tiene la motivación para interrumpir el transporte de petróleo. Cerca de un 30% de los envíos marítimos de petróleo zarpan desde el Golfo Pérsico, directamente desde la costa iraní. Las amenazas al tránsito seguro de petróleo aumentan el precio del petróleo mundialmente. En las horas posteriores al ataque del 13 de junio, el precio del petróleo aumentó un 4%.

Anthony H. Cordesman, un analista del Centro Estratégico de Estudios Internacionales, resumió así las capacidades iraníes: “Irán no tiene que lanzar una guerra mayor. Puede conducir ataques esporádicos de bajo nivel que no provoquen necesariamente una mayor reacción árabe o de parte de EE UU, pero crean repentinas primas de riesgo en los precios del petróleo y el equivalente a una guerra de desgaste. Los barcos petroleros son inherentemente vulnerables a misiles y vants [vehículos aéreos de combate no tripulados, o drones] relativamente pequeños, y a los ataques de sumergibles y pequeñas naves a control remoto cargadas de explosivos. Irán puede plantar minas ‘inteligentes’ en el fondo de las rutas de los barcos petroleros que pueden detectarlos, dirigirse a ellos y estar listas para ser armadas en intervalos muy espaciados”.

Estudie un mapa de las ventajas de Irán. Irán se encuentra en una posición única para atacar y alterar el comercio mundial de petróleo, no sólo en el Golfo de Omán, sino también en el Golfo Pérsico, el Estrecho de Ormuz, el Golfo de Adén y el Estrecho de Bab el-Mandeb, dos de los tres lados de la Península Arábiga.

Adicionalmente, los hutíes, quienes cuentan con el apoyo de Irán, son expertos en colocar minas navales y usar botes explosivos para detener los envíos a lo largo del tercer lado: el Mar Rojo.

Si el precio mundial del petróleo se ve afectado por solo dos ataques a barcos petroleros en el Golfo de Omán, ¿qué pasaría si Irán movilizara sus fuerzas para mayores y simultáneos ataques en todas estas áreas geográficas? Si Irán detiene el tráfico marítimo por semanas, o solo por días, las demoras y los desorbitados precios del petróleo dañarían enormemente a la economía mundial.

Irán tiene el poder para realizar tales ataques. ¿Pero lo hará?

La profecía bíblica responde

En el panel del Instituto Hudson, había virtualmente una unanimidad de que Irán finalmente debería regresar a negociar, incluso si éste ejecuta un par de ataques más como los del Golfo de Omán. Tal vez Irán está tratando de incrementar su poder para negociar, al demostrarle a EE UU lo que es capaz de hacer.

Tal vez.

O quizás Irán reconozca la posibilidad de que el Sr. Trump ganara un segundo periodo en 2020, y que su “economía de resistencia” no pueda durar por otros seis años.

Muchos dicen que Irán negoció con anterioridad y que lo hará nuevamente si es que sale lo suficientemente dañado. Sin embargo, está claro que los iraníes hablaron con la administración de Obama sólo porque sabían que podrían ganar. No tendrán tanta confianza esta vez, especialmente si el objetivo de Trump es cambiar la naturaleza básica del régimen islámico.

No importa si Irán negociara a corto plazo, la profecía bíblica revela que Irán, al final, perseguirá una política para controlar los pasajes cruciales de salida, del petróleo de Oriente Medio.

Daniel 11:40-45 declara que en el tiempo del fin un “rey del sur” tendrá control sobre Egipto, Libia y Etiopía. Por más de tres décadas, la Trompeta ha identificado a este rey del sur como un bloque islámico radical, comandado por Irán.

Liderar al Islam radical le dará a Irán el control sobre muchos de los principales puntos de bloqueo de petróleo del mundo. El control de Egipto significaría el control del Canal de Suez y grandes porciones del Mar Rojo. El control de Etiopia probablemente incluiría el control del Cuerno de África y del Estrecho de Bab el-Mandeb, otro punto de bloqueo que Irán puede controlar por medio de los hutíes, sus satélites en Yemen. Libia es una nación productora de petróleo y añadiría una base estratégica en el Mediterráneo. Añada a eso el Estrecho de Ormuz y el Golfo de Omán, y además de eso una fuerte voluntad y las condiciones correctas, y entonces Irán podría, al menos temporalmente, bloquear todo el flujo de petróleo proveniente de Oriente Medio. Esto forzaría a otras naciones a actuar.

Tiempo atrás, en diciembre de 1994, el jefe editor de la Trompeta, Gerald Flurry, especuló que un ataque al suministro del petróleo mundial por parte de Irán provocaría repercusiones colosales. Esto “podría ayudar a provocar un colapso a las débiles monedas del mundo occidental”, escribió él. “Esto podría causar que Europa rápidamente se uniera como el bloque económico más poderoso en el mundo. ¡Precisamente ese evento lo profetiza su propia Biblia que va a ocurrir!”

En mayo de 2015, el Sr. Flurry escribió: “No es inverosímil imaginar a Irán usando su poder para controlar el flujo de petróleo proveniente de Oriente Medio. El líder supremo de Irán, Ayatola Jomeini, ha amenazado con eso”. Él citó un artículo de la Agencia de Noticias Tasnim, con el patrocinio del Estado iraní, que dijo: “Hoy, todas las arterias de transporte de petróleo, desde el Estrecho de Bab el-Mandeb hasta el Canal de Suez y el Estrecho de Ormuz, están bajo el control iraní, por medio de Siria, Yemen y Baréin, y dentro del alcance de los misiles iraníes”.

Las profecías de la Biblia brindan fuerza a estas estimaciones. Éstas también responden ampliamente a la pregunta, de qué tan lejos están EE UU e Irán de comenzar una guerra.

Daniel 11:40 dice: “Pero al cabo del tiempo el rey del sur contenderá con [el rey del norte]; y el rey del norte se levantará contra él como una tempestad, con carros y gente de a caballo, y muchas naves; y entrará por las tierras, e inundará, y pasará”. Esta es una profecía del tiempo del fin. Se refiere a nuestro tiempo actual, y describe directamente a estas naciones de Oriente Medio.

El “rey del norte” en este versículo es una potencia europea liderada por Alemania. Esta profecía revela que la potencia liderada por Irán presionará a Europa.

¿Usará su control del petróleo de Oriente Medio para provocar esa contienda?

Europa finalmente se dará cuenta de que esta estrategia y toda la estrategia iraní de agresividad y terror es una embestida definitiva. Muchas naciones ya tienen bases navales en el Cuerno de África, probablemente colocándose en posición para contrarrestar esta amenaza.

La Biblia revela que Europa será quien embestirá de vuelta y se levantará “contra él como una tempestad” [un torbellino]. Esta coalición guiada por Irán, “el rey del sur”, será arrasada.

Pero no sucederá por la mano de un EE UU guiado por Trump. ¡Será por un imperio europeo fastidiado y empoderado!

Este contraataque europeo contra el empuje iraní iniciará una guerra aún mayor. Como es revelado en los versículos que siguen en Daniel 11, esta última gran guerra rápidamente incluirá al resto del mundo. Traerá un periodo de sufrimiento sin precedente a la humanidad; “cual nunca fue desde que hubo gente hasta entonces” (Daniel 12:1).

Otros versículos bíblicos revelan que esta guerra mundial será brutal y mortal, pero breve, y culminará con la venida del Mesías, un evento que por fin terminará con el sufrimiento de la humanidad.

Si usted entiende y cree estas profecías, Dios también le ofrece una manera de escapar a tal calamidad. Daniel 12:1 también dice: “pero en aquel tiempo será libertado tu pueblo, todos los que se hallen escritos en el libro”. Dios ofrece protección para un grupo especial de personas que se levantarán y entregarán este mensaje de advertencia al mundo. Si usted quiere saber qué se necesita para ser parte de ese grupo, y para entender más profundamente cómo la actual política de Irán en Oriente Medio empujará al mundo a esa guerra final, pida una copia gratuita del folleto de nuestro jefe editor, El rey del sur

KOS, AD