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German tanks

PATRIK STOLLARZ/AFP/GETTY IMAGES

Sorpresas militares alemanas: pasado, presente y futuro

Durante miles de años, este pueblo guerrero ha conmocionado al mundo. El patrón es claro. El futuro es seguro.

En este momento, en algún lugar de Alemania, miles de tanques pesados tipo Leopard 2 yacen apaciblemente y olvidados en hangares polvorientos. Nombrados según un gran depredador de la familia de los felinos, estos tanques son una celebración evidente de los temibles tanques alemanes Tiger y Panther de la Segunda Guerra Mundial.

Pero estos polvorientos tanques Leopard no existen, al menos según los medios de comunicación y las fuentes gubernamentales. Solían existir, pero oficialmente, desde la década de 1990, el cuerpo de tanques de Alemania ha sido gradualmente “reducido”. Alrededor del 95% fue reducido de la Bundeswehr (Fuerzas Armadas de Alemania). Pero ¿qué significa exactamente, “reducido”? ¿Fueron convertidos en chatarra? ¿Subastados a las naciones de África Occidental que luchan contra Boko Haram? ¿Vendidos a los clientes árabes de Alemania?

En realidad, como lo informa el Local, la gran mayoría fueron almacenados. Operativamente esto significa que, con una carga de batería de 20 minutos son esencialmente útiles, según un antiguo mecánico de tanques M-1 Abrams. Para los oficiales alemanes les es beneficioso insinuar que los Leopard han sido descartados; admitir que sólo están aparcados es difícilmente aceptable; pero reconocer que todos están casi inmediatamente operativos... bueno, eso es totalmente inaceptable.

Este encubrimiento por los alemanes de equipo militar masivo que puede ser un factor importante, hace un eco escalofriante de un episodio que precedió a la Segunda Guerra Mundial.

Para ser justos, pocos gobiernos tienen interés en anunciar al mundo, o a sus enemigos, incluso a sus aliados, todas sus capacidades militares. Pero Alemania en particular tiene una inclinación histórica notablemente consistente de ocultar sus capacidades, a menudo mientras presenta una fachada pacífica —y luego le da al mundo una sorpresa militar estrepitosa y devastadora.

Desde 1991, el jefe editor de la Trompeta, Gerald Flurry, ha estado aclarando la historia militarizada de Alemania y su disposición actual para desempeñar un papel principal en las profecías bíblicas de Apocalipsis 17 y Daniel 11 del tiempo del fin. Él ha recogido el manto de Herbert W. Armstrong, quien desde 1945 advirtió cómo el militarismo de Alemania se mantuvo listo para cumplir esas profecías (algunas de las cuales examinaremos específicamente en este artículo). Ese militarismo ha persistido silenciosamente durante todas estas décadas desde la Segunda Guerra Mundial y es claramente evidente en la Bundeswehr [fuerza militar de Alemania] de hoy.

Apocalipsis 17:8 dice que las naciones literalmente se maravillarán y se asombrarán ante el repentino ascenso al poder de una “bestia” política que surgirá a través de la conquista. Hemos demostrado durante más de 80 años la identidad de este imperio. La profecía indica que el ejército alemán ayudará a guiar el camino.

Quizás estos terribles eventos profetizados parezcan irreales o que aún faltan muchos años. Incluso usted puede burlarse, o quizás esté adormecido por el silencio de los medios de comunicación sobre el creciente militarismo alemán. Los alemanes no tienen las armas, el presupuesto, la mano de obra ni las capacidades de transporte, dirán muchos; todavía no, y no los tendrán por años.

Entonces los alemanes tienen una sorpresa para usted. La realidad es que el ejército alemán, ahora mismo, está listo para aturdir al mundo. Su historia está llena de poder oculto que de repente se desata. Todo esto hace que el tiempo sea un factor; un factor urgente en su vida.

El patrón histórico

Desde su antigua cultura guerrera y su barbarismo macabro, agitándose en los bosques oscuros y espesos más allá del Rin, acechando entre las páginas de los relatos de Tácito que tanto fascinaron y horrorizaron a los romanos, pasando a la era de las máquinas y de las dos guerras mundiales en donde la tecnología alemana atrapó desprevenidos constantemente a sus enemigos, hasta la inteligente estrategia actual con los tanques Leopard, los alemanes han recurrido repetidamente a la página de “sorpresas” de su libro de jugadas militares.

En el año 9 d.C. las tribus germanas lograron sacudir al poder militar más dominante que el mundo había visto, el Imperio Romano. (Los romanos los llamaban “germanos”, que significa “hombres de guerra”). El jefe alemán de la tribu, Arminio, un simbólico aliado romano, había invitado a los romanos a unírsele para luchar contra otra tribu germana igualmente problemática para Roma. Sin embargo, Arminio había estado negociando en secreto unir todas las tribus alemanas del área contra los romanos. Si Arminio conseguía que las otras tribus alemanas confiasen en él y se juntasen en secreto, entonces tres legiones romanas—atacadas durante la marcha y expuestas sin remedio—serían tomadas por sorpresa y completamente destruidas. Él lo hizo así y éstas fueron destruidas. Hoy una imponente estatua de Arminio se puede ver en el Bosque de Tuetoburg, en conmemoración de la hazaña.

Después que Roma cayó en el 476 d.C., la guerra se estableció en patrones predecibles, con tecnología estática y asedios metódicos. La Edad Media dejó pocos ejemplos de conmoción y sorpresa militar. Pero en el siglo xiii, miles de alemanes colonizaron Prusia, liderados por los Caballeros Teutones. Después de una década de violentos combates que aplastaron una insurrección, ellos establecieron las bases para una sociedad especialmente poderosa y militarmente dominante, similar a la antigua Esparta.

Su adhesión cultural al militarismo persistió durante siglos, incluso en medio del creciente liberalismo y florecimiento artístico del Renacimiento y de la Edad de la Razón. La Enciclopedia Británica describe así a la Prusia del siglo xviii: “Federico Guillermo I (...) dirigió toda la organización del Estado a la maquinaria militar”. De hecho, la política económica fue diseñada para satisfacer los requisitos del Ejército en constante expansión.

Pero si el militarismo tenía ahora un carácter nacional fijo, la sorpresa se convirtió en el carácter militar de Prusia. En 1740, Prusia sorprendió a Europa al invadir parte de la Austria de los Habsburgo. Como dijo Winston Churchill, se abalanzó sobre su súper poderoso vecino con una “rapidez extraordinaria y repentina”.

Siglo XIX

En las cenizas de la aplastante derrota en 1806 a manos de Napoleón, Prusia instituyó el Estado Mayor, el cual se volvería infame. Fue creado para reorganizar al ejército prusiano y tuvo éxito, desempeñándose admirablemente durante la campaña de Waterloo. Pero pronto el personal comenzó a planear guerras por adelantado. Ellos inventaron los juegos de guerra con ese propósito: Kriegsspiel [juegos de guerra en alemán]. Tal planificación se convirtió en un hábito institucional que impactaría profundamente el siglo xx y más allá.

Entre 1870 y 1871, los pueblos alemanes se reunificaron, gracias a la guerra y la destreza militar sistematizada de Prusia. Mientras tanto, la Revolución Industrial había alcanzado el máximo avance y, como un monstruo de Frankenstein, multiplicó el poder asesino del armamento. Alemania comenzó a hacer uso de la ciencia y la tecnología como un aterrador multiplicador de fuerza. Intentó utilizar estas herramientas para ganar una guerra de dos frentes contra múltiples poderes y establecer un imperio mundial, usando sus antiguas tácticas de sorpresa.

En 1870, los trenes no eran en absoluto un arma secreta. Sin embargo, la Guerra franco-prusiana estableció un precedente en donde los estrategas alemanes sorprendieron a un enemigo poderoso con nueva tecnología. Antes de unificar a todos los Estados alemanes, Otto von Bismarck había incitado a la guerra a Napoleón iii de Francia. Los periódicos desde París a Londres predijeron una abrumadora victoria francesa. Ambas partes tenían trenes. Francia, libre y pluralista, se debatió en un complejo pantano de permisos de uso ferroviario y conflictos de intereses; las tropas llegaron a la frontera de forma desordenada, con unidades divididas y a menudo sin oficiales. La Alemania dominada por Prusia, autoritaria y al estilo de Esparta, promulgó un plan de preguerra para transferir el control ferroviario centralizado directamente al ejército. Detalles notablemente intrincados fueron arreglados de antemano; fuerzas muy superiores fueron adelantadas, con unidades completamente intactas. Esta velocidad de concentración causó sorpresa y choque psicológico, un sello característico alemán.

El magno ejército francés quedó completamente avergonzado. Sólo duró seis semanas.

Primera Guerra Mundial

Al comienzo de la guerra, los caballeros de campo de mente noble que habían conducido a Gran Bretaña al siglo xx actuaban despreocupadamente como si todas las guerras estuvieran gobernadas por las reglas del marqués de Queensberry. Al ver sólo los logros culturales verdaderamente maravillosos de los alemanes, la mayoría de los británicos pasaron por alto la historia alemana: su carácter nacional en la guerra y el imperio. La realidad sería trágicamente difícil de soportar.

Primero Alemania lanzó la guerra contra Francia y Rusia. Inmediatamente, el Estado Mayor alemán desató algo para lo cual ellos se habían preparado desde 1905, llamado Plan Schlieffen. El objetivo principal de este plan era barrer a la neutral y casi indefensa Bélgica, aturdir al mundo e inducir de golpe a Gran Bretaña (protector tradicional y “garante” de los belgas) a declarar la guerra. En cuestión de semanas, los alemanes estaban bombardeando París y al borde de la victoria.

Los Aliados aguantaron, pero a partir de entonces siguieron años de matanzas en masa y destrucción; y sorpresas militares de los alemanes.

En las primeras horas del 22 de abril de 1915, los soldados británicos y las tropas argelinas lideradas por Francia despertaron para otro día más en las trincheras donde luchaban contra los alemanes. Como de costumbre, los proyectiles trinaban sobre sus cabezas, pero sonaban extrañamente diferentes, y más extraño aún, las explosiones eran de color rosado; éstas avanzaban siniestramente hacia ellos como surreales soplos de algodón de azúcar. Los colonos franceses, normalmente muy luchadores, sintieron algo sobrenatural y huyeron.

Lo que ellos estaban viendo eran aproximadamente 150 toneladas de gas de cloro letal siendo lanzadas por primera vez en la historia. Los alemanes intentaron abrir una brecha a través del frente Aliado y tomar París, posiblemente ganando la guerra de un sólo y pasmoso golpe. Los soldados aliados se sofocaron hasta la muerte con convulsiones y agonía. Pero mientras reinaba el caos en las líneas de los Aliados, los alemanes, tal vez cautelosos por el gas, no lograron cerrar la brecha enorme con la velocidad y la fuerza que habían planeado, y su oportunidad pasó.

Un aumento de las posibilidades llegó con los estadounidenses en la primavera de 1918. Luego vino el siguiente aturdimiento. Anteriormente, Alemania había patrocinado al comunista Vladimir Lenin para ingresar a Rusia y fomentar la revolución. Eso funcionó: Lenin logró tomar el control, saldar su deuda y sacar a Rusia de la guerra. Las estimaciones varían, pero pronto por lo menos 30 divisiones alemanas fueron hacia occidente.

Los británicos vieron el enredo. Lo que ellos no podían ver eran las nuevas tácticas de infiltración que los alemanes estaban desarrollando en secreto. Las tácticas involucraban a “comandos de asalto” altamente entrenados y fuertemente armados, evitando puntos fuertes y encontrando puntos ciegos en los campos de fuego de los Aliados. En una guerra donde los grandes avances eran de unos pocos metros, se abrió una brecha de 64 kilómetros de profundidad y el frente casi se derrumbó. Las tropas estadounidenses finalmente la estabilizaron, pero los alemanes casi ganaron la guerra.

Para noviembre, los líderes alemanes se vieron obligados a negociar la paz. Los Aliados, señalando varias guerras de agresión prusianas, utilizaron el Tratado de Versalles para limitar en gran medida al Ejército y la Fuerza Aérea alemanas, conociendo el efecto devastador que el poder aéreo germano tendría en la capacidad de la Marina Real para defender a Gran Bretaña.

Impávido, el Estado Mayor alemán, todavía algo dominante cultural y políticamente en la República Alemana de Weimar, estableció en 1922 una base aérea oculta, desconocida para Occidente. ¿Dónde? En la Rusia soviética, el enemigo pasado y futuro de Alemania, lejos de los ojos occidentales. Siguiendo la doctrina de desarrollar planes y capacidades en secreto, el ejército alemán trató de revocar la decisión de la última guerra.

Advertencias de Churchill

Durante la siguiente década, personajes militares alemanes ayudaron al surgimiento de los nazis durante los años de los Camisas Pardas. Ellos ayudaron a llevar a Hitler al poder en 1933, sabiendo que él ignoraría las restricciones militares de Versalles.

Mientras tanto, Winston Churchill continuaba estudiando la historia alemana. Basado en lo que aprendía, él observaba. Buscaba informes de inteligencia. Y estaba alarmado. En 1936, comentó sobre el descubrimiento de un gran número de pilotos alemanes entrenados: “Cuando recordamos la afición que Alemania ha demostrado en su historia por (...) sorprender, y observar la gran cantidad de máquinas y pilotos que parecen haberse desvanecido de la vista y los ciento y pico aeródromos que han sido construidos, esta posibilidad no se puede excluir” (énfasis agregado en todo). “Churchill”, escribió Martin Gilbert, “estaba convencido de las posibilidades de sorpresa en el marco organizativo alemán”. Él sabía que la sorpresa era su herencia, cosida al tejido de su pensamiento militar. (Usted puede leer esta historia en el electrizante folleto de Gerald Flurry, Winston S. Churchill: The Watchman. Winston Churchill: el Vigilante, disponible en inglés).

Claramente existe un paralelo con los actuales tanques Leopard. El mundo no sabía que los Leopard todavía existían por miles en la Bundeswehr, hasta que fue revelado en un desliz de relaciones públicas.

Segunda Guerra Mundial

Prácticamente solo, Churchill advirtió valientemente durante la década de 1930. El Parlamento no hizo caso, ni tampoco el público. La Segunda Guerra Mundial comenzó en septiembre de 1939 con Alemania muy por delante en los preparativos de guerra. En Polonia, el Alto Mando Alemán desencadenó un sistema táctico y operativo para la guerra mecanizada que silenciosamente había ensayado, teorizado y refinado. Pronto los periodistas comenzaron a llamarlo “blitzkrieg” (guerra relámpago). La Enciclopaedia Britannica describe las tres características básicas de la guerra Blitzkrieg como “sorpresa, velocidad y superioridad en material o potencia de fuego”. La sorpresa, tal como la lograron los alemanes en 1940, fue “calculada para crear una condición de choque psicológico y la resultante desorganización en las fuerzas enemigas”.

El grado de coordinación entre las fuerzas aéreas y terrestres alemanas nunca antes se había visto en la guerra. También concentraron sus tanques y, como si estuvieran superpuestos en capas, elegían el punto de ataque más inesperado. Allí rompían el frente enemigo, luego corrían hacia el campo abierto docenas, incluso cientos de kilómetros, rodeando reservas, cortando suministros y amenazando objetivos estratégicos, destruyendo así la confianza y la voluntad de sus enemigos. A principios de mayo de 1940, los Aliados Occidentales pensaron que la lucha sería estática, a lo largo de las líneas de la Primera Guerra Mundial. Increíblemente, sólo cinco semanas después, los Países Bajos fueron invadidos, Francia estaba negociando la paz y el Ejército Británico estaba huyendo del Continente por su vida.

Los británicos, después de celebrar la evacuación verdaderamente milagrosa de su ejército de Dunkerque en junio de 1940, despertaron para enfrentar una alarmante escasez de aviones militares y pilotos entrenados, en comparación con los alemanes, esenciales para detener una invasión marítima. En cuestión de días, la supervivencia de Gran Bretaña se reduciría a sólo 600 [aviones] combatientes tipo Hurricane y Spitfire, pagando el precio en la moneda del heroísmo por el fracaso de la nación al no escuchar a Churchill, su vigilante. Mientras tanto, los civiles sufrían meses de bombardeos aéreos.

El Alto Mando alemán desató más sorpresas. Un año después fue el turno de la Unión Soviética [la urss] de ser el objetivo. Esta vez, al igual que con Arminio, surgió de la diplomacia y el engaño. Hitler había firmado un pacto de no agresión con Stalin; habían dividido a Europa del Este entre ellos. Sin embargo, al amanecer del 22 de junio de 1941, la infantería alemana irrumpió a través de la frontera para comenzar la Operación Barbarroja. En sólo cuatro meses, las unidades de avance alemanas ya podían ver las torres de Moscú. Se ha informado que, a pesar de las advertencias de una variedad de fuentes, Stalin fue tomado tan de sorpresa y quedó tan psicológicamente sacudido, que mientras los tanques rodaban él permaneció en un estado de choque catatónico, incapaz de actuar o hablar durante varios días.

La guerra se volvió contra Alemania, pero los alemanes continuaron sacando lo inesperado de su costal. Un tranquilo día de junio de 1944, los residentes de Londres escucharon el sonido de un solo avión de bajo vuelo. Era el [misil] V-1, un avión sin piloto. El segundo bombardeo alemán estaba en marcha. Peor aún, los alemanes habían inventado virtualmente cohetes modernos en laboratorios y bases aéreas ocultas; pronto los V-2, mucho más mortales, caían como lluvia de proyectiles. Para los londinenses eso fue un choque aterrador.

Mientras tanto en los cielos de Alemania a fines de 1944, los pilotos alemanes tripulaban los primeros aviones “jet” (motor de reacción) de combate del mundo: los Messerschmitt me 262; asombrando a los pilotos Aliados. Los analistas han argumentado que si estos aviones superiores hubieran llegado en cantidades varios meses antes, podrían haber cambiado el resultado de la guerra.

Con los Aliados a punto de ponerle fin a la guerra, otra sorpresa aturdidora apareció en los bosques nevados de Bélgica. En diciembre de 1944, los alemanes agruparon en secreto varias divisiones mecanizadas que nadie se dio cuenta que tenían, y al amparo de tormentas de nieve cruzaron abruptamente (una vez más) las Ardenas, ligeramente defendidas, hacia el centro de suministros de los Aliados en Amberes, amenazando con un segundo Dunkerque. Tan abrumador fue el impacto que un testigo presencial vio a un oficial estadounidense de alto rango, mientras evacuaba un cuartel general, intentando arrancar un jeep a manivela. Un vehículo de arranque con manivela ya no era fabricado hacía décadas.

A medida que la guerra progresaba convencionalmente, Alemania apremiaba secretamente hacer armas nucleares. La famosa carta de Albert Einstein al presidente de EE UU, Franklin D. Roosevelt, transmitió esto, desencadenando los esfuerzos de EE UU para desarrollar la bomba. Los alemanes tenían el talento y los medios, pero, milagrosamente, estaban mal organizados. EE UU ganó esa carrera, junto con la guerra.

En la Conferencia de Yalta, Churchill y Roosevelt culparon oficialmente al Estado Mayor Alemán de las guerras mundiales, y prometieron desmantelarlo para siempre. Sin embargo, hay muchas pruebas de que no fueron lo suficientemente exhaustivos.

Ambiciones nucleares

En 1996, el gobierno de EE UU publicó un documento de inteligencia (reimpreso por Trumpet en theTrumpet.com/922) que confirma oficialmente una poderosa verdad: que los industrialistas nazis y los jefes militares, huyendo de los Aliados y de los fiscales de Núremberg, se fueron a la clandestinidad, principalmente a Suramérica, y trabajaron para crear “un fuerte imperio alemán”.

Uno de sus objetivos era desarrollar en secreto nuevos sistemas de armamento. La mayoría de nosotros hemos asumido que los esfuerzos alemanes para adquirir armas nucleares terminaron en 1945. Sin embargo, en su artículo de denuncia titulado Trinidad impía, que documenta las ratilíneas [rutas clandestinas de escape] del Vaticano que ayudaron a los nazis a escapar de Europa, Mark Aarons y John Loftus describen un concordato secreto hecho en 1968 entre Alemania Occidental y Argentina, dirigida por el hombre fuerte Juan Perón, simpatizante de los nazis. El acuerdo permitió a Alemania Occidental a desarrollar en secreto armas nucleares en suelo argentino. Loftus escribe: “El autor estadounidense, Paul Manning, obtuvo una sorprendente confirmación de esto directamente de un físico nuclear alemán que trabajó en el programa...”.

La Pura Verdad también citó a científicos que denunciaron a los alemanes que diseñaban una bomba de hidrógeno de combustión limpia, una bomba nuclear que no dejaría ninguna radiación—un arma con la que podrían comenzar, ganar y sobrevivir a una guerra nuclear.

Actualmente, las bases aéreas alemanas tienen cientos de bombas nucleares de la otan instaladas en aviones alemanes, nominalmente bajo la dirección de EE UU. Suponer que esto no cambiará rápidamente sería una locura en el mejor de los casos; especialmente en medio de una fractura con la otan, el aislacionismo de EE UU, una Rusia amenazante, una inminente guerra comercial de la UE con EE UU, un Irán con misiles que pueden atacar a Europa y la tecnología para construir ojivas nucleares, y las incontables crisis cada vez más profundas dentro de la UE.

Oficialmente, nadie considera que Alemania posea armas nucleares. Sin embargo, la profecía bíblica indica que el uso comprobará la posesión. Esto será una sacudida traumática para muchos, pero solo una conmoción militar alemana más, en una larga lista de éstas.

En el pasado, las conmociones eran los legionarios muertos, carreteras llenas de refugiados, soldados sofocados por gases químicos, ciudades en ruinas, campos de concentración y naciones esclavizadas. Mas esta vez será igual de malo pero mucho, mucho peor. Las Escrituras son asombrosa y famosamente inquietantes, y muy precisas al describir la guerra nuclear del tiempo del fin, y sus efectos. (Para obtener más información, solicite una copia gratuita del folleto de Gerald Flurry, El Armagedón nuclear está ‘a las puertas’).

Muchos carros y naves

Una profecía en Daniel 11:40 muestra que un imperio europeo liderado por Alemania invadirá a un bloque de poder liderado por Irán (explicado en nuestro folleto El rey del sur). Daniel describe un asalto “en torbellino”, “con carros, y jinetes, y con muchos navíos”.

A la luz de esta profecía, considere las capacidades militares convencionales (no nucleares) de Alemania. En la época de Churchill era casi imposible distinguir entre los aviones alemanes de transporte civil y los de uso militar. ¿Estamos nosotros hoy en mejores condiciones para evaluar las capacidades de transporte de tropas alemanas, tanto por aire como por mar, que podrían ser un factor de cambio en Oriente Medio y en el mundo? El hecho es que dichos equipos de transporte pueden ser de doble uso, o ser silenciosamente modificados.

Considere nuevamente los miles de tanques Leopard alemanes (nombrados en honor a los tanques de la era nazi) “reducidos”, pero que en realidad no lo son. Los líderes alemanes podrían decir: “Nosotros honramos a nuestro ejército, y en un mundo peligroso creemos en la preparación; no tenemos nada que ocultar”. Churchill habría respondido: “Cuanto más atrás en la historia miramos, más adelante vemos. ¡Cuidado! Alemania es un país fértil en sorpresas militares”.

Hoy, los liberales alemanes hablan de paz y humanitarismo. Pero Dios identifica a Alemania como la antigua y profética Asiria, y dice: “Oh, Asiria (...) él no lo pensará así, ni su corazón lo imaginará de esta manera, sino que su pensamiento será desarraigar y cortar naciones no pocas” (Isaías 10:5, 7).

El 11 de marzo de este año, el inspector general de la Bundeswehr anunció que los desarrollos de armas serían secretos. La legislatura federal y el público serán mantenidos en la oscuridad mientras que la transparencia de la posguerra es descartada (theTrumpet.com/18791).

¿Qué sabemos entonces de las capacidades alemanas? Como lo señalamos antes, un cambio en la administración expuso torpemente la existencia de miles de tanques Leopard 2 actualizados, que las administraciones anteriores fingían que no existían. Las naciones de la UE lideradas por Alemania poseen una capacidad de sigilo nuclear (theTrumpet.com/18015), y Alemania lidera el camino en las capacidades satelitales, y de ciberataques que nuestro editor ha destacado durante mucho tiempo como el talón de Aquiles de EE UU (theTrumpet.com/1394).

El asalto como de torbellino de Daniel 11 incluye “muchos navíos” —casualmente, el mar Mediterráneo conecta la UE con Oriente Medio. Entonces, considere el dominio virtual de Grecia por parte de Alemania después de su colapso financiero, proporcionándole acceso directo a la infraestructura y recursos griegos (theTrumpet.com/13027). Durante años, el gobierno alemán ha alentado con éxito a los ciudadanos y corporaciones alemanas a invertir fuertemente en transportes marítimos extranjeros. Por lo tanto, Alemania podría fácilmente incautar, recuperar, acaparar u organizar el uso de las vastas capacidades de transporte de Grecia. Las capacidades alemanas convencionales de “torbellino” contra Irán son fenomenales, teniendo en cuenta la facilidad de convertir sus propios navíos no militares en navíos de transporte militar, de cargarlos con los miles de tanques Leopard modernizados (algunos de los cuales ya han vendido a los enemigos de Irán en su vecindario), y añada su sigilosa destreza satelital.

Justo ahora, Irán está utilizando representantes armados chiíes en Yemen para amenazar las rutas marítimas del Mar Rojo; la ruta vital de Europa. El ayatolá está promoviendo el terror islámico en Europa y en el norte de África. Las provocaciones contra Alemania y Europa son reales.

Lea el folleto de Gerald Flurry, Germany’s Secret Strategy to Destroy Iran, (La estrategia secreta de Alemania para destruir Irán, disponible en inglés). Al igual que el Plan Von Schlieffen, la Operación Barbarroja y otras invasiones alemanas planificadas de antemano, ¡ya se pueden ver esquemas claros de la planificación del asalto tipo torbellino de Daniel 11 en los recientes despliegues de Alemania que rodean a Irán!

Corrección divina

La Biblia muestra que Dios está levantando una Alemania con armas nucleares para hacer arrodillar a las naciones de EE UU, Gran Bretaña e Israel (Judá bíblica), que no se han arrepentido de sus grandes y múltiples pecados.

Algunos expertos piensan que sí es posible ganar una guerra nuclear. Los informes de que Alemania ha investigado o desarrollado armas nucleares de baja radiación indican que sus líderes lo han pensado durante mucho tiempo, ¡y eso debería alarmar a todos! Pero algo nos impide enfrentarlo. Por favor, lea Winston S. Churchill: The Watchman, del Sr. Flurry. Él afirma que: “Al igual que antes de la Segunda Guerra Mundial, esta generación tiene que lidiar con vivir durante muchos años en la irrealidad”.

Pero fíjese en su cita de Churchill, que describe un revés calamitoso en su esfuerzo de advertir a Gran Bretaña: “Desde la medianoche hasta el amanecer, me quedaba en la cama consumido por las emociones de tristeza y miedo. (...) Observaba que la luz del día entraba lentamente por las ventanas, y veía mentalmente ante mí la visión de la muerte”. El Sr. Flurry comentó: “Churchill creía que el gran imperio de Gran Bretaña, construido durante siglos, sería destruido repentinamente. Él estaba con una profunda tristeza, miedo y desesperación (...) Nosotros debemos experimentar primero algo de la tristeza y el miedo de Churchill para motivarnos a cambiar. Sólo hay esperanza si nos enfrentamos a la realidad y tenemos la visión de lo que está en el horizonte. Una voluntad débil nos estaba afligiendo gravemente en la Segunda Guerra Mundial. Pero la buena noticia es que podríamos cambiar esa debilidad si recurrimos a Dios”.

Enfrente sus miedos y debilidades volviéndose completamente a Dios; Él lo ayudará a cumplir Su ley que produce gozo. Lea Josué 1:1-6 y Proverbios 29:18. ¡El tiempo es ahora! Permita que la advertencia le corrija... ¡para que el cumplimiento [de la profecía] no tenga que hacerlo!

Dios usará a Alemania para corregir a muchas naciones pero Él lidiará con Alemania, a medida que la humanidad finalmente aprende esta agonizante, pero última lección de causa y efecto. Una vez que esta lección sea aprendida y Dios establezca Su Reino en la Tierra, Él va a poder usar la creatividad y la ética de trabajo de los alemanes en el mundo venidero. Ellos serán bellamente reconciliados con sus antiguos enemigos. La nación de Beethoven, Bach y Brahms ayudó a diseñar los cohetes que nos llevaron a la luna. Dios, después de darnos Su ley e inculcarnos Su maravilloso camino de vida, planea darles a ellos y a usted la luna y las estrellas, y todas las vastas y antiguas galaxias y más allá, para siempre. Y si usted duda de eso, Dios tiene una sorpresa para usted. 

Boletín, AD